
Anabam los recoge cuando caen del nido y se hace cargo de ellos en una pequeña finca
13 jun 2025 . Actualizado a las 13:19 h.El presidente de la Asociación Naturalista Baixo Miño (Anabam), Agustín Ferreira, va cinco veces al día a una pequeña finca que tiene en A Guarda para alimentar a los dos pollos de gaviota que crecen en la pequeña guardería que crearon para este animal hace seis años. Estos son los primeros ejemplares de esta temporada y, ayer, un tercero estaba de camino. «Antes de comezar con este proxecto, tiñamos que pornos en contacto con el Centro de Fauna Silvestre de Cerdedo-Cotobade cando atopabamos algún polo de gaivota», explica Ferreira. Esto complicaba su rescate. «Por iso comezamos con esta gardería», continúa.
El primero de los pollos de este año tiene solo dos semanas de vida. Lo recogió Gema Ferreira en Baiona y lo llevó hasta la finca de Anabam para salvarlo. «Aquí permanecen ata que se fan maiores e poden saír voando», indica. En la finca, que está vallada, tienen espacio para moverse libremente y también para practicar el vuelo, lo que suele provocar su caída de los nidos.

«Tamén tratamos de ter a menor interacción posible con eles», indica. Su objetivo es que crezcan acostumbrándose lo menos posible a los seres humanos, «aínda que tamén é certo de que é un animal que vive moi ligado a nós», continúa. En Anabam las alimentan, sobre todo, con pescado que compran o que les donan en Pescados Emilio, un comercio con sede en la plaza de Abastos de A Guarda. «Imos todos os sábados alí e xa nos entregan o peixe que non venderon ese día», continúa. Después, Ferreira va hasta la finca y les entrega con una pinza la comida a los pollos directamente.
En Anabam rescatan, de media, unos 20 pollos al año. Esto también les ha permitido constatar que muchos de ellos también se caen de los nidos cuando se asustan con los fuegos artificiales. Además, también monitorizan cada año la población del ave en la comarca de O Baixo Miño. Al contrario de otras zonas de Galicia en las la población del ave está decreciendo de manera alarmante, las Cíes perdieron el 92 % de su población de patiamarillas en 20 años, «na comarca só estamos notando unha baixada nestes últimos dous anos, sobre todo neste 2025. Os datos son aínda provisionais, pero indican que hai un 30 % menos de gaivotas que o ano pasado», explica.
Las ave, al igual que en el resto de Galicia, están siendo víctimas de una epidemia de botulismo, «una neurotoxina que es la causa más probable del síndrome parético, una enfermedad que provoca parálisis severa en aves acuáticas, especialmente gaviotas», indican en el CSIC. Ferreira también lo atribuye a que sus nidos habituales se están viendo afectados en distintas obras que se están haciendo en la comarca. También insiste en la necesidad de proteger a la gaviota.