Un tique fue clave para acusar a la pareja que se enfrenta a 30 años por incendiar dos buses de Vitrasa en Vigo en el 2023

Un tique de cortesía de la compañía Vitrasa para familiares y allegados fue clave para acusar a la pareja que afronta penas por un total de 30 años por el incendio, en abril de 2023, de dos autobuses de la empresa que presta el servicio urbano en Vigo. Ayer comenzó el juicio contra ellos y los acusados declararán una vez practicadas el resto de testificales tras haberlo solicitado. La mujer, conductora de la compañía, compareció ante la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, con una mascarilla y se ha sentado en el banquillo de los acusados junto a su pareja en un juicio con más público de lo habitual, una veintena de personas.

La Fiscalía atribuye a ambos procesados sendos delitos de incendio con peligro para la vida y solicita dos penas de diez años de prisión para el hombre acusado y otra de un decenio para la mujer. Además, en concepto de responsabilidad civil, el hombre, de salir culpable, tendrá que indemnizar a Vitrasa en 4.673,34 euros por los desperfectos en uno de los vehículos y ambos responderán solidariamente en el pago de 423.183,22 euros por la destrucción del otro autobús, el que ella conducía.

Primero declaró otro chófer de la compañía, David R.V., que conducía el autobús de la línea C3 y trasladaba a «entre 6 y 12 pasajeros» cuando escuchó voces de ellos diciendo «fuego, fuego» y él abrió las puertas para evacuar.

El vehículo quedó vacío en un par de segundos y cogió el extintor para apagarlo, pero no vio quién lo causó. Una mujer que iba en el otro bus incendiado, que acabó calcinado y cubría la línea 4A —el conducido por la acusada— explicó que percibió olor a gasolina y vio a un hombre con papeles o telas al fondo del vehículo, y que fue él que alertó del fuego.

Ella contó que las llamas se propagaron «muy rápido» y el sospechoso se fue del lugar a paso rápido. También dijo que ese hombre llevaba gafas de sol, mascarilla, gorra y mochila y lo identificó posteriormente. Sobre la conductora, afirmó que le extrañó que no reaccionara cuando ella, que iba hablando por teléfono, mencionó varias veces en la conversación, en alto, que olía mucho a gasolina. Un representante de Vitrasa, agente de operaciones, afirmó que la Policía Nacional e mostró un tique rosa que encontraron en el artefacto incendiario de uno de los buses. Se trata de un billete de cortesía para familiares o allegados de conductores, cada uno con una numeración, que coincidía con la inscripción en una hoja asignada a la conductora acusada. La defensa le preguntó sobre si ese billete rosa fue entregado por la conductora cinco días antes y si revisaron las cámaras para comprobar a quién se lo dio, pero él dijo no recordarlo o desconocerlo.

Grabaciones de vídeo

El policía que dirigió la investigación afirmó que recuperaron las grabaciones de uno de los vehículos, el de la línea C3, que se mostraron en sala, donde se ve a un hombre con gorra, gafas de sol, mascarilla y una mochila subirse de último en una parada. Otra cámara le captó en la última fila de asientos manipulando la mochila y prendiendo el fuego que se extendió por los asientos en cuestión de segundos y provocó gran cantidad de humo. La Policía Nacional logró capturar dos fotogramas en los que identificaron los modelos de la chaqueta y de las gafas, así como tatuajes en los dedos que contrastaron con fotografías que la pareja había subido a las redes sociales.

La Fiscalía considera que el procesado iba de viajero en el vehículo que sufrió menos daños cuando circulaba con nueve pasajeros, alguno de ellos de avanzada edad, y, con «total desprecio del riesgo que para ellos originaba», se sirvió de un artefacto incendiario casero, con gasolina como acelerador de la combustión, para prender fuego. Escasos minutos después, el mismo procesado habría subido al bus que conducía su compañera sentimental para prenderle fuego igualmente.

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