La muerte de un árbol que había que proteger

Pedro Rodríguez
pedro rodríguez VIGO / LA VOZ

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CELE RODRIGUEZ

La Xunta certifica la defunción de la haya centenaria de Castrelos al retirarla del Catálogo de Árbores Senlleiras

18 jul 2025 . Actualizado a las 22:25 h.

El pazo de Castrelos y Vigo han perdido un pedazo de su historia con la decadencia de su haya centenaria. «Está morta», lamenta Gaspar Bernárdez, ingeniero forestal y técnico de la estación Fitopatolóxica do Areeiro. El árbol, que tenía cerca de 130 años, se fue marchitando sin que nadie supiera qué le pasaba y terminó partiendo. La Xunta certificó de manera oficial su defunción excluyendo a la haya de su Catálogo de Árbores Senlleiras esta semana. El motivo ha sido la «perda dos valores que motivaron a súa inclusión», indica un portavoz de la Consellería de Medioambiente.

La enfermedad de la haya centenaria se distingue a simple vista. Su tronco está partido por la mitad y pintado con un grafiti. Solo mantiene dos ramas de las muchas que tenía en su plenitud. Los últimos hilos de vida del árbol se encuentran en una de ellas, que todavía mantiene alguna hoja que no está seca.

Cele Rodríguez

La haya del pazo de Castrelos obtuvo la distinción de «senlleira» en el 2007 por su historia y su porte. «La dendrometría certifica su existencia desde el último cuarto del siglo XIX, cuando se convirtió la Finca de la Marquesa en el jardín de Castrelos. Debido a sus características llama la atención, por lo que es inevitable su contemplación y la consiguiente admiración que suscita entre las visitas que se acercan al parque vigués», destacaba un catálogo difundido por la Deputación de Pontevedra. En el 2007 medía casi 46 metros de altura y el tronco tenía un grosor de cerca de seis. Hoy, 18 años después, solo es un recuerdo de lo que fue. Sus 130 años de historia terminaron en menos de 20 sin que nadie, por lo menos de manera oficial, haya tratado de protegerla.

«Os responsables de protexelo son o Concello e a Xunta de Galicia. Castrelos é de titularidade municipal e ao ser un ben de interese cultural o Goberno galego tamén ten a responsabilidade de ver por el» indica el educador ambiental de Amigos da Terra, Antón Lois. «A pregunta que temos que facer non é por que o descatalogan. Temos que saber porque, ao parecer, miraron para outro lado cando había que protexela», continúa Gaspar Bernárdez.

Esta haya es la segunda que el parque de Castrelos pierde en lo que va de siglo. Otra crecía muy cerca de esta hasta que se partió y fue retirada. Ahora, con esta última descatalogación, el pulmón verde vigués solamente mantiene tres árboles consideradas «senlleiras»: Matusalén, la camelia japónica que hay en los jardines del pazo; los eucaliptos centenarios que hay en el parque y los dos tulíperos que se encuentran en el jardín inglés. Para que un árbol sea considerado «senlleiro» deben tener «características extraordinarias ou destacables en tamaño, idade, significación histórica ou cultural, rareza ou beleza». Son considerados «reliquias botánicas que representan un valioso legado e un valor natural na medida en que se trata de elementos que subsistiron aos rigores dos tempos ou que contan cunhas particularidades especiais», indican en la consellería de Medio Ambiente.

«É tarefa de todos protexer a estas árbores. Penso que a sociedade en xeral descoñece a importancia destas árbores e o seu valor natural, identitario e histórico», indica Bernárdez, que insiste en la necesidad de divulgar este legado, protegerlo y, también, expandirlo. «Os concellos e a Xunta deberían centrarse máis en tratar de buscar máis árbores con estas características, que as hai. O truco está en falar coa veciñanza que é a que realmente sabe onde están estes exemplares».