
La jueza ve mala praxis y Sanidade dice que era un caso difícil
25 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Servizo Galego de Saúde tendrá que indemnizar a una mujer de 44 años a la que no detectó una fractura en un hueso del pie porque la confundió con un esguince. El Sergas argumentó que era «una lesión muy difícil de diagnosticar», pero el Juzgado Contencioso Administrativo 1 de Vigo observa que «se produjo una mala praxis por no practicarse todas las actuaciones médicas que eran exigibles para el diagnóstico». Por ese motivo, ha condenado a la Administración a pagar 18.000 euros a la demandante. La sentencia ya se ha convertido en firme.
Los hechos ocurrieron en diciembre del 2021. La mujer se mareó y se cayó. Quedó dolorida de un pie y acudió a urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Allí la exploraron, le hicieron una radiografía y le diagnosticaron un esguince. En los dos meses siguientes siguió con mucho dolor y acudió cinco veces al médico de cabecera. Solo después, la volvieron a derivar al hospital. Un radiólogo revisó su caso y descubrió que tenía una fractura de un metatarsiano —una compleja lesión llamada fractura de Lisfranc, en el medio del pie—. Para llegar a esa conclusión, no se le practicaron nuevas pruebas, sino que el radiólogo revisó la placa inicial.
La jueza encuentra cuatro razones para concluir que hubo mala praxis. La primera es que la exploración física fue incorrecta, porque no se hicieron todas las maniobras que podían haber llevado a un diagnóstico adecuado, según puso de manifiesto el perito.
La segunda está en cómo se llegó al diagnóstico. El médico revisó si tenía fracturado otro metatarsiano y, al verlo en su sitio, concluyó que la lesión debía ser un esguince. Lo hizo «por probabilidad», según se recogió en el pleito.
En tercer lugar, la magistrada critica que no se derivara a la paciente a un especialista, traumatólogo o radiólogo, sugiere. La jueza pone de manifiesto que ningún radiólogo informó la placa inicial, en diciembre, «como debería hacerse», sino que la revisó el médico de urgencias. Censura que esa práctica supone que el Sergas «asume el riesgo de cometer errores diagnósticos». De hecho, el radiólogo llegó al diagnóstico correcto con esa misma radiografía.
Por último, la sentencia señala que el seguimiento que se hizo de la paciente en los días posteriores fue incorrecto. En urgencias le dieron el alta, pero con el fin de que en el centro de salud su médico la derivase de nuevo si empeoraba. No se hizo hasta dos meses después, cuando ya tenía secuelas.
La jueza considera que todo lo anterior merece una indemnización de 18.000 euros porque «se produjo una evidente pérdida de oportunidad». Se refiere a que seis semanas después del accidente ya era más difícil reducir la lesión. Ya no la operaron de la fractura, sino de las secuelas derivadas de la fractura. «Se le quitó a la recurrente la posibilidad de que hubiera podido curarse sin secuelas ante un diagnóstico inicial certero», reza la sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo.
El abogado que defendió a la mujer, Alberto Rodríguez Cid, reflexiona sobre cómo los pacientes son cada vez más exigentes con la atención médica que reciben. «Cuando uno va al médico, deposita toda su confianza en los profesionales sanitarios y es normal que espere que hagan todo lo que esté en su mano para tener un diabnóstico correcto», dice.