Líder en la grada, educadora para la vida

MIGUEL SALGADO REBOREDA VIGO / LA VOZ

VIGO

CELE RODRIGUEZ

Desde 2012, Sandra Miguéns trabaja sin descanso y sin retribución económica como directiva de Pecheches FS

11 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo aquel que sigue el fútbol sala en Vigo conoce la figura de Sandra Miguéns. Bajo esa forma tan pasional con la que vive el deporte se esconde una educadora para todos esos cientos de niños que han pasado por las filas de Pecheches desde su fundación.

Con motivo del fallecimiento prematuro de Pablo Gallego ‘Pecheche’, portero del equipo del barrio vigués de A Salgueira, sus amigos y familiares quisieron mantener viva su figura y tras unos años de torneos conmemorativos, cuatro matrimonios decidieron fundar el equipo. Una de esas parejas fueron Enrique Benavides y Sandra Miguéns.

Entre las premisas iniciales de Sandra, además de honrar la memoria de su amigo, era utilizar el fútbol sala como una vía alternativa a los malos vicios que históricamente se le atribuyen A Salgueira. La conciencia social y la educación desde el balón se convirtieron en pilares fundamentales de la entidad, de los cuales Sandra tiene un papel muy protagonista. Sin tener control ninguno en lo que pasa en los cuarenta minutos del partido ni en las sesiones de entrenamiento que tienen sus niños y niñas, la vicepresidenta del equipo ha sido la encargada de instaurar en la mente de todos ellos unos valores de esfuerzo, humildad y compañerismo desde la generosidad más absoluta. La prueba que ratifica esta creencia es la consideración de Sandra como la presidenta del club, cargo el cual no ostenta, pero que por su rol crucial en la estructura deportiva le atribuyen los niños. «Es cierto que los niños me conocen así. Ni me gusta ni me disgusta», confiesa.

Su generosidad desinteresada hace del club, que en principio debería ser una afición en la que se implica, en un trabajo. La propia Sandra describe su semana en un constante vaivén de gradas de pabellones, balones de fútbol sala y jóvenes a los que cuidar. «Desde las nueve de la mañana del lunes hasta el domingo a las once de la noche mi vida es fútbol sala, fútbol sala y fútbol sala», asegura. Sus funciones, lejos de la dirección de juego y a mayores de las cuestiones formativas, se encarga de todo el tema económico y burocrático.

Al igual que Pecheches, que pasó de ser un club de barrio a alcanzar divisiones nacionales y ser campeones gallegos, Sandra ha evolucionado con el paso de los años. Ella misma reconoce que «ha cambiado mucho, que madurado al igual que los muchos niños y niñas que han pasado por las categorías del club». Parte de esa evolución llegó desde situaciones negativas y tristes que, si bien no eclipsan los éxitos personales y deportivos conseguidos, no son agradables para nadie «Hay momentos en los que me arrepiento de haber fundado esto, pero la satisfacción de haber tratado con niños que ahora son universitarios hace ver que no ha sido una formación meramente deportiva, también ha sido una formación para la vida. Las lágrimas de estos años han merecido la pena», se sincera.

El cariño de todos los jugadores, entrenadores y padres que han convivido con ella durante todos estos años, aunque considere que no es una cuestión que deba explicar ella, es innegable. Su sensibilidad y familiaridad hacia todos ellos, incluyendo desde sus dulces elogios hasta sus ocasionales regañinas, le convierten en una pieza fundamental para comprender al equipo de fútbol sala vigués.

Otro de los afectos que más reconforta a Sandra Miguéns es el de la familia de su amigo Pablo. Desde su familia le han agradecido siempre llevar el nombre de ‘Pecheche’ por toda Galicia y que esté en un lugar tan respetado por el trabajo de todos los miembros de la institución. «No me cabe la menor duda de que Pablo estaría y está orgulloso de todo esto, pero no es algo individual de mí. Está orgulloso de mucha gente del club y su familia. No creo que se enorgullezca solo de una persona y mucho menos de mí», advierte.

Estos casi trece años, que serán oficiales el próximo 12 de septiembre, no fueron un camino de rosas y las adversidades de la vida hicieron tambalear el proyecto, sin embargo, Sandra, de espíritu luchador, tomó decisiones tan extremas que poca gente llegaría a tomar, por mantener vivo el proyecto. En un momento en que las subvenciones tardaron el llegar a las arcas del club, ella decidió tirar de fondos propios de su familia. Un riesgo que poca gente sería capaz de correr y que ella decidió correr.

Los innumerables triunfos en la pista, los ascensos a divisiones soñadas y la participación en la élite del fútbol sala gallego, aunque ella se niegue reconocerlo, tiene a Sandra Miguéns como una de sus principales artífices.