Coia: el tránsito de una parroquia rural al urbanismo moderno

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El castro de Castriño es el primer espacio poblacional conocido de este barrio vigués

21 sep 2025 . Actualizado a las 02:09 h.

La revisión de una de las ortofotos realizadas en 1956/57 por el conocido como vuelo americano ayuda a comprender el cambio experimentado por la parroquia de Coia en los últimos sesenta años. Pasó de ser una zona eminentemente rural, con numerosos campos y zonas de cultivo familiar, a una sucesión de edificios planificados de una forma racional para acoger la explosión demográfica vivida por la ciudad a partir de finales de los años sesenta. En ese tiempo también ha sido mermada en su condición territorial, hasta el punto de que actualmente, desde el punto de vista administrativo municipal, ha sido incluida en la denominación Vigo Centro.

Coia es un espacio que históricamente abarcaba una enorme extensión. Iba desde el entorno del Auditorio Mar de Vigo hasta Teixugueiras, y desde el mar hasta el río de Lagares, en una correcta denominación según explica Iván Sestay, en su libro de toponimia de la parroquia editado por el Concello de Vigo. En ese espacio se agrupan muchos siglos de historia evidenciada por hallazgos aislados y elementos poblacionales. Entre los primeros destacan el bifaz hallado en 1973 en O Rocío, o Resío, o unos grabados en forma de concavidades situados en la Primera Travesía da Cordoeira, como señala el arqueólogo Eduardo Rodríguez Saiz, en su documentado libro As lembranzas soterradas. Unha lectura arqueolóxica da Coia histórica (Instituto de Estudios Vigueses, 2012).

El primer espacio poblacional de la parroquia es el castro de Castriño, situado justo encima de la curva de San Gregorio. Es un poblado que estuvo activo entre los siglos IV y II a. C. y que se despobló por el auge del castro de Vigo, al igual que le pasó a otros poblados de la Edad de Hierro.

De época romana, la Coia tradicional presenta desde el yacimiento situado en Marqués de Valterra-Juan Ramón Jiménez hasta el entorno de San Gregorio, pasando por la antigua iglesia de San Martiño. En su libro sobre la parroquia histórica, Eduardo Rodríguez Saiz alude a materiales arqueológicos subacuáticos localizados hace años en San Gregorio.

Este mismo arqueólogo explica que en la zona hubo un modesto centro templario que, si bien todavía no se encontraron restos materiales, sí aparece documentado.

De la Edad Media todavía se puede ver una pieza descontextualizada en una casa de la calle Cordoeira. Se trata de una estela funeraria en forma de disco. En ese entorno se localizaron varios restos arqueológicos de distintas épocas, entre ellos, un sarcófago. Está muy próximo a la iglesia parroquial, cuyo edificio original, levantado en el siglo XVI, fue demolido en los años sesenta del pasado siglo. Sí se conserva su espadaña ante la nueva iglesia, pero ya como elemento decorativo. De origen medieval también es el puente de Balaídos, que hoy en día ya no sirve para cruzar el Lagares porque su cauce fue desviado.

Volviendo al ámbito religioso, Coia tiene dos petos de ánimas en la calle de As Ánimas, que fueron construidos sobre el edificio racionalista proyectado por Francisco Castro para acoger Conservas Ribas. Se ven afeados por la presencia de una máquina expendedora entre ambos. Asimismo, existen cruceiros, de realización moderna. El más llamativo fue realizado por el escultor Raúl Comesaña y está ubicado en la plaza del Emigrante. Este mismo año se inauguraba otro cruceiro, realizado por la Escuela de Cantería de Poia ante la iglesia de San Martiño, que ya tenía otro en su fachada.

Celta y tranvías

Coia aporta dos elementos fundamentales en la conformación del colectivo social vigués. Por un lado está el Real Club Celta, que tuvo en el antiguo campo de Coia su primer domicilio deportivo, que trasladó posteriormente a Balaídos. Y por otro, la presencia del tranvía. En la zona estuvo la cochera de aquel transporte que articuló Vigo y el área metropolitana entre 1914 y 1968. También allí vieron los vigueses y viguesas de la época como se deshacían aquellos vehículos. Hoy en día se recuerda aquella época con un tranvía situado en la avenida de Castelao, aunque no es un modelo que operase en la ciudad.

Desde la planificación de la Coia moderna fueron surgiendo numerosos ejemplos de la arquitectura contemporánea. Desde los edificios de cuatro plantas proyectados por Desiderio Pernas para La Caja de Ahorros; el edificio cooperativo San Xosé de Bar Boo; o la guardería infantil que Desiderio Pernas creó en la calle de A Estrada.

La creación de nuevas parroquias en Coia tras el Concilio Vaticano II surgieron varios templos de factura contemporánea. Ahí están los ejemplos de San Martiño, de Arturo Fraga; O Rocío, de Desiderio Pernas; Perpetuo Socorro, de Yáñez Ulloa y Pérez-Lorente; o Cristo de la Victoria, de Francisco Coello de Portugal. Con otra finalidad proyectó Antonio Cominges el Hogar San Rafael en el mismo sitio donde en otra época se levantó el pazo de Figueirido.

Atendiéndonos a la Coia histórica se pueden destacar los edificios académicos de la Escola Universitaria de Enxeñería Industrial, de Jenaro de la Fuente Álvarez, mismo arquitecto que proyectó el edificio racionalista de la antigua Escuela de Comercio, aunque años después fue modificado por Emilio Bugallo Orozco.

Y en escultura urbana, Coia presenta una de las grandes obras de Silverio Rivas, la Porta do Atlántico, aunque bien podría llamarse la puerta de entrada a Coia por el lugar que ocupa. Ramón Conde también esculpió uno de sus característicos gordos para el Centro Comercial Camelias. Años antes, Camilo Nogueira se despedía de su arte con el Monumento al emigrante, en la plaza del mismo nombre.

Un paseo por Coia es una buena ocasión para realizar descubrimientos continuos de elementos patrimoniales.