Cuando los marineros frenaron el tren Vigo-Ourense

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Benito

En octubre de 1995, tripulantes de O Morrazo de la flota del banco canario-sahariano protagonizaron acciones de protesta para presionar a la Unión Europea en sus negociaciones con Marruecos

29 oct 2025 . Actualizado a las 01:04 h.

Desde mediados de 1995, la flota gallega que faenaba en el caladero canario-sahariano presionó al Gobierno español y a la Unión Europea para que consiguiera un acuerdo con Marruecos que garantizase la continuidad de la pesca en aquellas aguas y, por lo tanto, el mantenimiento de los puestos de trabajo que proporcionaba. En donde más se notó la movilización de los marineros fue en la comarca de O Morrazo debido a los métodos expeditivos que pusieron en práctica, aunque también hubo acciones de menor intensidad en Ribeira y A Guarda. Raro era el día en que no se manifestarán los trabajadores del mar e hiciesen moverse a los antidisturbios de la Guardia Civil. Cortaron numerosas veces las carreteras de la zona, ocuparon dos bancos en Cangas y mantuvieron en jaque a las fuerzas de seguridad del Estado.

Aquellas movilizaciones experimentaron una escalada en intensidad durante la madrugada del 25 de octubre de 1995. Fue una noche intensa para los marineros participantes en las acciones reivindicativas. Sus objetivos fueron dos medios de transportes tan importantes para Vigo y su comarca como el aeropuerto de Peinador y la vía férrea entre la ciudad olívica y Ourense.

Pasadas las cinco y media de la mañana, un grupo de marineros de O Morrazo prendió fuego a varios neumáticos en la cabecera de pista del aeropuerto. De acuerdo con la versión facilitada al día siguiente por un portavoz del aeropuerto a La Voz, nadie se enteró del suceso hasta mucho más tarde. «Entramos a trabajar a las siete y el lugar queda bastante alejado del edificio central», señaló el portavoz, mostrando las deficientes medidas de seguridad que entonces presentaba el aeropuerto.

Su siguiente objetivo fue la vía del ferrocarril que enlaza Vigo con Portugal y Ourense. En torno a las seis y media de la mañana, los piquetes de trabajadores talaron un árbol de grandes dimensiones para posteriormente tirarlo sobre la vía férrea a su paso por el municipio de Mos. El árbol, además de obstaculizar el tráfico, provocó graves daños en el tendido eléctrico, ya que arrastró 800 metros de cableado y tiró dos columnas de electrificación. Un tren de mercancías que circulaba por la zona minutos más tarde chocó con el árbol y lo arrastró unos 200 metros. Fuentes de Renfe señalaron a este periódico que el convoy no detectó el problema ya que llevaba una locomotora diésel por lo que no necesitaba fluido eléctrico. El portavoz de Renfe explicó que los daños serían muy distintos si en vez de transportar cemento, como era el caso, hubiera llevado pasajeros. El tráfico quedó suspendido hacia Portugal y Ourense.

La noche de acción concluyó con una concentración, a las ocho de la mañana, en la alameda antigua de Cangas, desde donde emprendieron los manifestantes una marcha hacia Moaña. Durante el trayecto, al pasar por el cuartel de la Guardia Civil, los manifestantes todavía corearon una curiosa consigna: «De que caladero son estes maderos».

Tanto la CIG como la Asamblea de Mariñeiros en Loita consideraban que el acuerdo entre la UE y Marruecos significaba un paso más en el desmantelamiento de la flota congeladora gallega, por ello, siguieron movilizándose aunque con escasos resultados.

El acuerdo entre la Unión Europea y Marruecos se firmó el 13 de noviembre de 1995 y fue calificado por la Xunta como malo para los intereses pesqueros de Galicia. El propio presidente, Manuel Fraga, decía que era «la solución menos buena para los gallegos». Por su parte, los sindicatos calcularon que se perderían por encima de los 750 puestos de trabajo.

Y las movilizaciones no se detuvieron. Al día siguiente, a pesar de que algunos marineros del banco canario-sahariano fueron ya requeridos para embarcar en los días siguientes, más de un centenar de trabajadores protagonizaron un nuevo acto de protesta en contra del acuerdo pesquero. Un grupo de marineros encapuchados colocaron una barricada de neumáticos en la carretera Cangas-Bueu. Tras rociarla con gasolina y prenderle fuego, lanzaron a la calzada piedras y eucaliptos, así como varias docenas de bengalas al aire, pero aquella estrategia se detuvo ahí.

A partir de entonces empezaron a llegar las multas propuestas por el Gobierno Civil a quienes consideró responsables de las acciones violentas. Los numerosos expedientes abiertos afectaron en su mayoría a los sindicalistas de la CIG Xabier Aboy y Manuel Caamaño, aunque también existieron puntuales sanciones contra otros marineros. En enero de 1996, el gobernador había firmado alrededor de cuarenta multas, aproximadamente la mitad del total, alcanzando las novecientas mil pesetas la propuesta de sanción más elevada. Además, Manolo Camaño, Xabier Aboi y Xosé Lois Díaz fueron procesados como instigadores de las acciones de 1995. El fiscal pedía tres años de cárcel para los dos primeros y dos años, cuatro meses y un día para el tercero, así como el pago de los daños causados en la autopista, en la oficina del Banco de Galicia de Cangas y en un coche de la policía. Los tres acusados fueron absueltos al no quedar acreditada su influencia en las acciones por las que fueron imputados.

El acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos se renovó en años posteriores, pero cada vez con mayores exigencias del país africano y menor número de barcos en aquellas aguas. Actualmente, existe un acuerdo aunque no está en vigor debido a que el tribunal europeo sentenció que vulneraba los derechos del pueblo saharaui.