Estela Carrera, de Guardés, se perderá el partido de máxima rivalidad gallega al estar embarazada, y Aroa Fernández, del Porriño, por lesión
01 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los motivos de sus ausencias no tienen nada que ver, pero las sensaciones son, en cierta medida, similares. Porque tanto Estela Carrera, del Guardés, como Aroa Fernández, del Porriño, hablan con entusiasmo de lo que significa el derbi entre sus respectivos equipos de División de Honor de balonmano femenino y ninguna podrá disputarlo. La portera de Elda está embarazada de su primer hijo, cuyo nacimiento está previsto para enero, mientras que una lesión de tobillo frenó hace tres semanas a la viguesa, cuyo regreso dependerá de cómo evolucione. Ambas estarán en las gradas y tendrán que lidiar con los nervios de ser espectadoras en vez de participar en la pista.
Carrera anunció el pasado verano un parón en su carrera por su futura maternidad, si bien había renovado y sigue formando parte del equipo. «El primer trimestre fue más complicado, pero parece que ha pasado lo peor. Ahora mismo, me está pegando muchas patadas», contaba ayer en el pabellón de O Porriño sobre Xián, el nombre que ella y su pareja, gallego, han elegido para el pequeño. Son 27 semanas de gestación y no oculta que echa de menos su deporte. «Al principio, fue más complicado el cambio de rutina, de dejar de hacer lo que llevas haciendo toda tu vida», cuenta.
La jugadora define esa primera etapa como «caótica», pero explica que trabajó mentalmente para asumir que era «otro momento» y disfrutarlo al máximo. «Me he ido acostumbrando, pero sigo muy vinculada. Intento ir a todos los partidos y cuando puedo, voy a verlas y estar con ellas», señala. Sus compañeras están volcadas con este embarazo, pero admite que la situación se hace extraña en ocasiones. «No estamos habituados a que haya un embarazo en un equipo. Eres una persona en otra etapa y resulta raro», se sincera.
Recuerda Carrera que cuando estás lesionada «sí que vas a entrenar, aunque sea en parte», mientras que ella está de baja y los entrenamientos que hace son por su cuenta. El mayor tiempo que había estado parada por es emotivo fueron nueve meses, mientras que Aroa, a sus 20 años, vive ahora su lesión más latosa. «Había tenido mucha suerte», comenta. Ahora, se repone de un problema de ligamentos de tobillo, «un esguince un poco feo» y no tiene fecha de vuelta.
La joven admite que le da «mucha rabia» perderse un partido que ya ha jugado en categorías inferiores y le «encanta». «Es mi partido favorito, y el de casa, como este domingo, más», cuenta. Pero asume la situación e intenta «aportar al equipo de una manera diferente, apoyando desde fuera». Por ahora, no puede entrenar, pero sí se siente cerca de sus compañeras en el día a día.
Confiesa Fernández que es «muy mala espectadora». «Lo paso fatal en la grada. Desde dentro, estás más metida y no piensas tanto. Desde fuera, se ven muchas más cosas y está la impotencia de no poder ayudar», analiza. También aparecen los nervios, que comparte Carrera en esta faceta que ambas van a experimentar este fin de semana. «No me lo pierdo por nada. Pero sí que aunque intento que la emoción vaya por dentro, a veces me pongo de los nervios», dice bromeando con que incluso se le pasa por la cabeza que «va a salir el bebé antes».
Una y otra coinciden en que no hay favoritos y alaban tanto el arranque del equipo propio como del rival. Mientras Carrera esperará a verse en su faceta de madre para decidir sobre su futuro como deportista, Aroa está deseando volver a las pistas. Y preguntada por si le choca ver a una compañera de profesión embarazada, responde: «Me choca por la diferencia de edad, pero debería estar cada vez más normalizado, como en cualquier trabajo», reflexiona. Y recuerda que en la liga tienen casos de se puede retomar la carrera tras la maternidad.
«La magia del derbi es que puede pasar cualquier cosa»
Carrera ha vivido el derbi de los dos lados y habla con un gran entusiasmo de lo que supone. «Es súper bonito de ver, una fiesta que mola mucho vivir. Los equipos siempre intentan hacer algo grande para que las aficiones se junten y puedan disfrutar», ahonda. Así que proclama sus ganas de que llegue y destaca que «va a ser muy bonito y reñido».
Haber vestido las dos camisetas es otro punto en común que tienen Carrera y Fernández, así como la pasión con que se refieren a este partido. «Puede pasar de todo y eso les da aún más encanto. Nunca hay favoritos en estos partidos, que se decantan por detalles pequeños. Si ya pasa en el balonmano en general, en los derbis, más», apunta. La magia reside también, recuerda, en «el gran ambiente que se genera y toda la gente que mueve, una pasada», recalca Aroa.
La joven viguesa ve al Guardés como «un rival muy fuerte, que no ha perdido y está haciendo un inicio de temporada increíble, igual que la pasada», pero entonces, las porriñesas ganaron como locales por la mínima. «A nosotras este año tampoco nos quito mérito. Con las bajas que tenemos, el arranque es muy bueno, se hace un gran trabajo».
La alicantina dice que los derbis «son preciosos», incluso si no eres de aquí. Del Porriño destaca «lo fuerte que se hace en casa», y del Guardés, «el factor confianza, por llevar prácticamente todos los partidos ganados». No se atreverían a apostar. Lo único seguro es que ellas no estarán y que lo darán todo, pero desde la grada.