Miguel Moreno debe aguardar 15 meses para la primera cita de su depresión y se va a la privada; «No tengo alicientes para vivir», dice el paciente. El Sergas asegura que solo hay demoras tan largas en casos que no son prioritarios
18 nov 2025 . Actualizado a las 01:29 h.Miguel Moreno (62 años) se desvela muchas noches dándole vueltas a la cabeza. Hace pocos años que se vio forzado a dejar de trabajar, por una infección de cadera. Llevaba cuatro décadas dedicándose al mantenimiento de la electrónica de barcos de pesca, una profesión que lo llevó a recorrer el mundo de un extremo al otro, desde Svalbard, en el polo norte noruego, hasta la punta sur de Chile, en el otro polo. Hace cuatro años, en Namibia, sufrió una potente infección de cadera. Pasó un mes ingresado, lo operaron dos veces y un avión medicalizado tuvo que traerlo de vuelta a Vigo. Acabó con una prótesis e impedido para trabajar. Ahora, se desvela por las noches «pensando en que no hay nada que tenga sentido».
Después de unos meses rumiando su bajón emocional, el médico de cabecera del centro de salud de Rosalía de Castro derivó a Miguel al servicio de psiquiatría, con sospecha de una depresión. Fue el 26 de mayo. Unas semanas después le llegó a casa la carta con su cita con el psicólogo de la unidad de salud mental del Taboada Leal (en el anexo del antiguo Hospital Xeral): para el 7 de septiembre... del 2026. El Servizo Galego de Saúde le hace esperar 469 días para que un profesional de salud mental valore por primera vez su depresión.
«No se puede estar un año y pico con una depresión sin tratar, así que te buscas la vida», reflexiona. Buscó una consulta privada y paga para que lo atiendan. Empezó en junio en Navarra. No es lo habitual ir tan lejos, pero como ya acudía allí por un problema en la columna y le trataban bien, aprovechó. Son más de 200 euros por consulta. Vive solo y su situación económica no es mala, pero reconoce que no todo el mundo puede afrontarlo. Le pautaron un tratamiento farmacológico y su médico de cabecera le renueva las recetas.
«Estoy un poco mejor, pero estoy mal, no tengo ningún aliciente para vivir», reconoce. Miguel Moreno explica que tiene varios problemas de salud, además de la cadera y la depresión. Sufre de un dolor en la columna por una estenosis del canal y apenas puede usar una mano por una artrosis. Le han dado una cita con una espera de nueve meses con el traumatólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo. «Supongo que la depresión viene un poco de todo», se resigna.

Echa los días en su casa. Tiene una pequeña huerta. «Si tengo ganas, planto unas lechugas, unos tomates», explica. «Cuando me apetece», ataja. También restaura piezas de barco. Ha recuperado una brújula majestuosa de bronce sobre un pedestal barnizado de un metro, o un timón de madera noble. Y más cosas. Las limpia, las pule. «Si tengo ganas», aclara.
Según los últimos datos oficiales de la lista de espera, el 30 de junio había 2.877 personas esperando una primera consulta en psiquiatría —incluye psicología— en el área sanitaria de Vigo. Es el tercer mayor dato de la historia (a junio). El año pasado había 400 personas más que ahora. «La demanda es ingente», reconoce el Sergas.
Las consultas se llevan a cabo en las diez unidades de salud mental. El tiempo de espera puede variar. Una fuente oficial del Sergas explica que los médicos de familia derivan cada caso a la unidad de salud mental correspondiente, con una descripción. «El médico de primaria suele indicar si el paciente necesita psiquiatra o psicólogo. En la unidad de salud mental estudian el caso y le asignan uno u otro profesional», aclara una portavoz, «y lo priorizan». Insiste en que, aunque haya personas con esperas largas, los casos más graves y urgentes se ven pronto. Para ello, existen vías rápidas para personas con ideación suicida o indicios de trastorno mental grave.
Los datos del Sergas dicen que las personas pendientes de una cita en salud mental en junio llevaban una media 93 días esperando, de media. 356 ciudadanos estaban aguardando desde hacía seis meses o más. Oficialmente, nadie más de doce. En enero, el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia alertaba de que las primeras consultas en Vigo se estaban dando para entre nueve y doce meses después
Miguel Moreno lo tiene claro: «Yo preferiría que me atendiesen en el Sergas, para no tener que ir hasta allá... y pagarlo».
Cinco centros de salud del área de Vigo incorporarán psicólogos el próximo año
El Servizo Galego de Saúde asegura que está tomando medidas para afrontar la gran demanda que viven los departamentos de salud mental. Una de las principales consiste en dotar de cinco psicólogos a centros de atención primaria el próximo año. Con el nuevo plan gallego de salud mental —debía llevar en vigor desde principios de este año y todavía no se ha aprobado— se extenderá la psicología en los centros de salud. Está previsto que al área de Vigo le toquen ocho o nueve. Pero cinco de ellos ya empezarán a trabajar el próximo años, según una fuente oficial del área sanitaria de Vigo.
Todavía no se ha definido en qué centros de salud desempeñarán esta función. Sí que habrá uno en el Olimpia Valencia especializado en la población infantil. En el área de Vigo ya hay un psicólogo en atención primaria, que se ocupa de la población de los centros de salud de Sárdoma y Bembrive. Desempeña dos funciones: hace intervenciones terapéuticas en pacientes con trastornos leves y filtra las derivaciones que los médicos de familia hacen a las unidades de salud mental.
El Sergas asegura que tiene otro gran proyecto que poner en marcha: la unidad de hospitalización a domicilio de salud mental. Podrá tratar a personas que están en su casa en un régimen similar al de un ingreso hospitalario. De entrada, adultos.
El proyecto todavía debe ser definido, pero hay pocas experiencias en Galicia similares a esta. En el área sanitaria de Vigo destacan que ningún hospital gallego tiene tantas camas para psiquiatría (hasta 62 de agudos en el Cunqueiro, ampliables en seis, y 68 de crónicos, en el Nicolás Peña) y además va a implantar la hospitalización domiciliaria. Esto se unirá a los tres equipos de atención a domicilio, que hacen seguimiento de pacientes que se van de alta.
En salud mental también va a ampliarse la unidad de prevención del suicidio, que actualmente tiene un equipo de psiquiatría, psicología y enfermería y está previsto duplicarlo, aunque todavía no hay fecha. Esta unidad está siempre llena de pacientes, que proceden, sobre todo, de quienes llegan a urgencias después de alguna conducta suicida, como un comportamiento autolesivo. Hace tiempo que el servicio de psiquiatría planteó que se duplicase su capacidad porque actualmente tienen que seleccionar los casos más urgentes, pero hay otros que podrían beneficiarse de las terapias.