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Vecinos de Vigo denuncian daños por las obras del Barrio do Cura: «Es un sinvivir»
VIGO
Los afectados sufren vibraciones, grietas e inundaciones en edificios colindantes de O Berbés
20 dic 2025 . Actualizado a las 13:46 h.Las obras de la macrourbanización Barrio do Cura están generando impactos en las edificaciones antiguas situadas entre los números 23 y 37 de la rúa San Francisco, en O Berbés. Los vecinos denuncian ruidos constantes, vibraciones, filtraciones, grietas y hasta inundaciones que, aseguran, comenzaron después de que se modificara el curso de las aguas pluviales. Muchos residentes explican que estos problemas se han vuelto diarios y afectan tanto a su rutina como a la propia estructura de unas casas que superan el siglo de antigüedad. Algunos afirman que viven «con miedo» a que la situación vaya a más y que las obras se están ejecutando «demasiado cerca» de inmuebles muy frágiles.
En el número 25, Mari Luz Camuerga, de 76 años y nacida en ese mismo primer piso, relata meses de vibraciones «terribles». Los platos «temblaban» dentro de los armarios y el viernes, a las seis de la mañana, escuchó «un golpe muy fuerte». Un mueble entero de su cocina se desplomó: «Se me cayó todo el mueble por las vibraciones de las obras que están haciendo atrás», se queja.
El golpe arrancó el grifo y lleva una semana sin agua: «Tengo que calentar tarteras para fregar la loza. Hoy tuve que ir a casa de una vecina a lavar unas vieiras». Afirma que dio sus datos a la obra, pero «no vino nadie». Detrás de su casa se construirá la futura escuela infantil que sustituirá a la que se derribó en Santa Marta.
«No son obras para hacer teniendo edificios tan antiguos delante», protesta esta mujer, que insiste en que ya avisaba desde hacía meses de que las vibraciones eran «horrorosas».
En la planta baja del número 23, una empresa de transporte vive una situación límite. Su responsable explica que el local sufre inundaciones por culpa de los trabajos de construcción en el Barrio do Cura: «El agua se cuela por los azulejos». Se les llena de barro y han tenido que levantar barreras de hormigón en el suelo para contenerlo. Señalan como causa el desvío de los desagües naturales por las obras y advierten de que están perdiendo tiempo y dinero intentando proteger el material almacenado.
En el número 31, una familia recuerda el susto que vivieron en abril, cuando piedras «de grandes dimensiones» cayeron en la parte trasera de la vivienda, abriendo un agujero en el techo plástico del anexo de la cocina. Leida, la abuela de la casa, estaba cocinando y salió corriendo al escuchar el estruendo. «Menos mal que no había nadie en la estancia», repiten. Poco después acudieron operarios de la constructora a reparar los daños, aunque la familia mantiene el temor de que el desprendimiento pueda repetirse.
Fachada
En el número 35, Paula ha detectado grietas en la fachada posterior. «Esto es un sinvivir. El ruido es horrible», lamenta. Explica que las vibraciones son tan fuertes que «se mueven todas las cosas de casa». La vecina insiste en que la situación se ha ido agravando a medida que avanzaban los trabajos. Los problemas no surgieron de improviso. El Concello de Vigo sancionó a la promotora hace seis meses, en marzo, por incumplir medidas de seguridad y no garantizar la estabilidad del terreno. Urbanismo impuso entonces una multa coercitiva de 2.000 euros por no ejecutar las obras urgentes ordenadas para estabilizar un talud.
Con carácter previo al inicio de los trabajos, la empresa notificó a los residentes del perímetro y realizó un chequeo con fotografías para dejar constancia del estado de las viviendas ante posibles reclamaciones. Los afectados creen que la situación actual supera cualquier previsión y reclaman una intervención inmediata antes de que los daños vayan a más.