Aduanas cree que Liñares disimulaba los concursos con 3 empresas amigas

Xosé Carreira x. C. lugo / la voz LUGO / LA VOZ

A CAÑIZA

OSCAR CELA

La jueza le dijo al exconcejal que en los concursos participaban generalmente los mismosUna conversación alertó a los investigadores de una entrega a Liñares

27 feb 2014 . Actualizado a las 07:02 h.

En la Pokémon, Liñares y sus colegas supuestamente tenían de mano a empresas amigas para disimular en los concursos, según creen los investigadores de Aduanas. Realmente no se trata de un proceder exclusivo del exconcejal, ni mucho menos. En Lugo, el caso de las tres invitaciones es tan viejo como la operación Muralla. En la Diputación, durante el mandato de Cacharro, echaban mano de esa táctica, legal para determinados procedimientos pero siempre y cuando se utilice limpiamente Parece que en muchos casos ni era así en la Muralla, ni tampoco en la Pokémon. Supuestamente los presupuestos eran previamente amañados para que ganara una firma de elaboración de proyectos en el primer caso y las de conocidos de Liñares, en el segundo.

En la marco de la investigación abierta actualmente aparece el caso de la concesión de la grúa. Los investigadores aprecian acuerdos sospechosos entre algunos de los concursantes. Pero hay más, muchos más ejemplos.

Durante una declaración en la que la jueza De Lara preguntaba a Liñares por sus relaciones con el empresario Manuel Santiso, uno de los beneficiarios de contratos con la Hidrográfica cuando el exconcejal estaba en la presidencia, y le solicitó que le explicara cómo funcionaba eso de las invitaciones. Después de explicarle que no había favorecido en las contrataciones a Santiso, porque «se invitaba a algunas empresas», la instructora preguntó cuál era la mecánica. «Se llamaba a otras empresas», le explicó sucintamente el imputado.

Pilar de Lara. Pero, ¿Quién las llamaba?

Fernández Liñares. El servicio de contratación.

P. L. ¿Y quién le daba los nombres de las empresas al servicio de contratación?

F. L. Es posible que yo en general o que salieran de algún técnico.

P. L. ¿Y a usted quién le daba los nombres?

F. L. Se me ocurrían a mí entre las más conocidas.

P. L. ¿Es cierto que buscaban las empresas entre aquellas a las que se les quería dar la adjudicación? Lo que hacían era: Oye, Santiso, busca otras dos...

F. L. Generalmente no.

P. L. Cuando salía Sanle (La empresa de Manuel Santiso), ¿Le daba luego dinero?

F. L. No estoy seguro, pero diría que no.

P. L. Entonces, ¿Por qué le pagaba a usted Santiso? Si es solo por cumplir la ley...

F. L. La gente parece que alguna vez es excesivamente agradecida, lo estoy viendo ahora. Me sorprendo por primera vez. La gente paga por nada y otras veces no paga lo que tiene que pagar, dicho sea de paso.

P. L. ¿No sería porque era una costumbre? Me dan una obra y yo pago al concejal de turno...

F. L. No diría tanto.

En el transcurso de otra declaración, la jueza le dijo a Liñares que le llamaba la atención de que en los concursos casi siempre participaban las mismas empresas, sin embargo el exjefe del organismo fluvial le manifestó que no tenía ningún interés por ninguna en concreto.

En esa misma declaración, el exconcejal dijo que Manuel Santiso no le había pagado nada, pero la jueza le recordó su anterior versión e incluso un escrito que firmó. La versión inicial es que le dio 200.000 euros tanto por las obras que logró del Ayuntamiento como de la Confederación. «Quizás me pasé en la cifra. Puede ser que fuera por las del Ayuntamiento», aclaró Liñares.

Los investigadores también detectaron posibles irregularidades en la adjudicación, por parte de la Confederación, de unos proyectos en Salceda de Caselas y A Cañiza. Pilar de Lara le preguntó a Liñares si previamente no habían concertado las propuestas de las otras dos empresas amigas. «No lo creo -respondió Liñares- porque el concurso no se lleva a cabo si hay una empresa deficiente. Hay que dar opción a rectificar».

Pilar de Lara. ¿Y si no rectifican a quién se le da el concurso?

Fernández Liñares. Hay que invitar a otras

P. L. En una conversación, Javier Reguera dice que suele usar dos empresas. ¿Reguera actúa a través de empresas diferentes para adjudicarse un concurso y dar apariencia de legalidad?

F. L. Puede ser.

P. L. ¿Qué criterios siguen para invitar a las empresas?

F. L. Llamar a las de la zona.

P. L. ¿Y por qué facilita los nombres Reguera y Santiso?

F. L. Para facilitar la búsqueda

«Estoy viendo ahora que la gente era excesivamente agradecida»

Reguera y Santiso daban nombres de empresas «para facilitar la búsqueda»

Es de suponer que los «escuchadores» pasaron días, noches, semanas y meses con la oreja puesta. Es de suponer que el equipo fuese amplio y que el entrenador pudiera ir haciendo cambios. Los investigados estaban al tanto de que podían ser escuchados y de ahí que utilizasen claves para tratar de despistar a los investigadores. Estos, en una ocasión, se toparon con la llamada que un hombre, de nombre Juan, le efectuó a Liñares. «Te tengo que dar eso, el chisme ese», le dijo el comunicante al exedil y parece que quedan en verse a una hora determinada en la casa de Liñares de A Ponte.

Posiblemente alguien pensó que se trataba de otra entrega de «pintura». No, esta vez no. Esta vez parece que era aceite, o esa es al menos la versión que dio el receptor.

«¿Quién es Juan, qué es el chisme y por qué se lo daban?», preguntó la jueza en uno de los interrogatorios. Liñares contestó que Juan era un pedáneo y que el «chisme» era aceite para su histórico Seat 600. Aclaró el expresidente de la Hidrográfica que, después de suprimir algunos tipos de gasolina, a su vehículo hay que echarle un producto en el combustible para que lubrifique el motor.

En este caso parece que no hubo sobre, ni bote de pintura, sino una simple lata de aceite para el viejo 600.

crónica La cara B de la operación