Jesús Vázquez Almuiña, próximo alcalde de Baiona: «Tengo más ilusión y el mismo nivel de exigencia que hace veinte años»

Jesús Vázquez Almuiña (Baiona, 1962) ha batido su propio récord, logrando 11 de los 17 ediles de la corporación municipal de Baiona, su villa natal. El expresidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, exconselleiro de Sanidade durante el covid y alcalde de Baiona entre 2003 y 2015, tomará posesión el sábado 17 de junio, pero ya ha comenzado a trabajar con su equipo de cara a preparar la época estival, un momento crucial para un municipio que triplica su población en esas fechas. Vázquez Almuiña asumirá de nuevo el bastón de mando de su municipio 20 años después y tras cosechar por tercera vez una mayoría absoluta.

—¿Cómo valora los resultados electorales?

—Podemos decir que han sido unos resultados históricos. En parroquias como Belesar, por ejemplo, tuvimos más de 500 de los 720 votos emitidos, así que estoy encantado y muy contento por el apoyo. Nuestro proyecto y equipo llegaron a los vecinos de Baiona, que consideraron que éramos la salida a la grave crisis institucional que tenía el Concello. Queremos devolverle la ilusión a los vecinos. El tripartito de estos últimos cuatro años, integrado por PSOE, BNG y Nós, ha hecho que Baiona retrocediera con respecto a los demás ayuntamientos, especialmente entre los turísticos, cuando antes era todo un referente a nivel nacional e internacional.

—¿Ha comenzado ya a trabajar en la configuración del nuevo gobierno?

—Tras analizar los resultados, comenzaré a hablar con los concejales para ver la distribución de áreas y las primeras medidas a tomar tras la toma de posesión. La idea es poder llegar al pleno de investidura con el trabajo avanzado, pero el pleno de organización de delegaciones no será hasta la semana siguiente. Lo más importante es establecer ya las líneas del programa y traspasarlas a esas concejalías para dar resultados y que cada concejal tenga sus labores claras para comenzar a trabajar.

—Les pilla en vísperas de la temporada alta en Baiona.

—Tenemos que agilizar nuestro trabajo para acabar con los cuatro años de parálisis municipal que han pasado y porque tenemos encima el verano, con el consiguiente incremento de población. Necesitamos unos servicios de mucha más envergadura que el resto del año. No sé qué planificación había hecho el equipo saliente, pero me temo que no ha sido demasiado exhaustiva y, por lo tanto, nosotros debemos estar preparados para hacerlo en breve. Desde limpieza de playas y caminos, a basura o espectáculos de verano, y el primer año siempre es más complejo. Lo sabemos, lo asumimos y le vamos a dar solución

—¿Cuáles son las prioridades?

—Que el Concello comience a funcionar de cara al verano y que vuelva a ser uno abierto en el que, cuanto antes, se preste de nuevo una atención presencial a los vecinos, ya que ahora siguen teniendo que pedir cita telefónica y no se les atiende. También es prioritario para nosotros la reordenación del urbanismo. Trataremos de ampliar plantilla y hacer una nueva organización que mejore los resultados. Hay licencias que tardan más de dos años, no hay desarrollo del plan xeral ni rehabilitación en el casco histórico. Todo está en una situación muy mala y es un importante nudo gordiano para todo lo demás.

—Veinte años después, ¿cómo asume el cargo?

—Con mucha más experiencia, mucha más ilusión y con el mismo nivel de exigencia que entonces.

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