Un agente que multó tres veces al exalcalde de Baiona destapa un mal ambiente en la jefatura local tras las denuncias: «Ahora sufro acoso de mi jefe»

E. V. Pita VIGO

BAIONA

Imagen del exalcalde de Baiona, Carlos Gómez, durante el juicio por presunta prevaricación
Imagen del exalcalde de Baiona, Carlos Gómez, durante el juicio por presunta prevaricación M.Moralejo

Los acusados de prevaricación, Carlos Gómez y el actual jefe de la Policía Local de Baiona, pidieron declarar en último lugar en el juicio y el tribunal se lo concedió gracias a una novedosa doctrina

17 ene 2024 . Actualizado a las 14:20 h.

Varios policías locales de Baiona que multaron al alcalde de la villa por mal aparcamiento en el 2021 han declarado esta mañana en la Audiencia en Vigo en el juicio por un delito de prevaricación contra el exalcalde Carlos Gómez Prado y el entonces oficial y ahora actual jefe de la Policía Local, Plácido Viéitez. El exregidor afronta cárcel por quitarse cinco multas de aparcamiento en el 2021, cuando estaba en el poder, y amañar tarjetas simuladas de autorización. En la vista se destapó el mal ambiente entre compañeros y jefes en las oficinas de la jefatura local.

La primera jornada de la vista se ha celebrado en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. El exalcalde de Baiona, Carlos Gómez, pidió alterar el orden de las declaraciones para ser interrogado en último lugar, lo mismo que el otro acusado, el actual jefe de la Policía Local y número dos en la fecha de los hechos, Plácido Viéitez. Debido a que desde septiembre del 2023 la jurisprudencia acepta que los acusados tengan derecho a declarar al terminar la práctica de la prueba, el tribunal ha pospuesto el interrogatorio de ambos para el viernes, día 19.

El primer testigo, un policía local de Baiona desde 2006, Alejandro Misa, fue uno de los que multó al alcalde entre el 2020 y 2021. Admitió en el juicio que últimamente tenía «problemas» con su jefe y acusado Plácido Viéitez. «Yo denuncié tres veces el vehículo del alcalde por aparcar en zona de carga y descarga. Un empleado de Mahon me dijo que ese coche llevaba allí todo el día pero entonces, el 30 de abril, no sabía que era del alcalde. Días después, me enteré de que era de él en la segunda sanción al comprobar su nombre en la PDA. Le informé al oficial Plácido, las órdenes siempre las recibía de él», dijo. «La tercera vez, llamé al jefe de policía porque el coche del alcalde estaba en carga y descarga con una tarjeta de autorización de estacionamiento y, como no lo localizó, nos dijo que procediésemos a denunciar», indicó. Su mando les ordenaba ir continuamente a la calle Elduayen a corregir coches mal estacionados, donde solía aparcar el alcalde.

El agente negó motivos de venganza laboral contra el alcalde porque «no teníamos ningún problema con él». Los agentes se enteraron en un pleno municipal de que el archivo de las multas que habían puesto al alcalde había sido estimado a espaldas de los agentes que lo multaron, que no tenían conocimiento de que el regidor hubiese presentado alegaciones.

Tras presentar las denuncias,  se enteraron de que los acusados emitieron tarjetas y una lista con 80 autorizaciones, «hasta para aparcar en la Festa do Entroido, era una barbaridad», apuntaron en el juicio. 

El testigo añadió que no tenían constancia de que antes se emitiesen estas tarjetas, salvo las de eventos como el plan de emergencia de la Festa da Arribada, en zona limitada, para atrezo y cetrería y, antiguamente, para los residentes de casco histórico. «No recuerdo autorizaciones para nada más, no vi ninguna orden colgada en la corchera con anterioridad a las denuncias», dijo.

La abogada del alcalde le recordó al agente que él mismo estaba denunciado e investigado por la Fiscalía por quitar multas y que había presentado una denuncia en el 2019 contra el oficial por malversación de caudales públicos. Este se defendió «Yo sufro un acoso continuo en el trabajo, no estoy interesado en su cese pero lo que quiero es que el jefe de policía me deje trabajar tranquilo», indicó.

El agente indicó que le faltaban requisitos de tarjetas como el número de expediente o la fecha de expedición, hasta que los vio correctamente a partir del 2022. «Le hicieron tarjetas al alcalde sin número de expediente, le saqué una fotografía», dijo.

Otro agente, Leopoldo, también ratificó su denuncia aunque aclaró que él no puso ninguna multa al alcalde. Habló con los compañeros y denunció por solidaridad, porque no se hubiesen transmitido las alegaciones del sancionado a los agentes. No tenía conocimiento de que existiera una tarjeta para el alcalde a finales del 2020 y 2021. Antes de usar la aplicación Gestiona, las órdenes generales de conocimiento o novedades se exponían en el tablón de la oficina. «Explotó el tema a partir de un pleno, los compañeros no habían recibido alegaciones», dijo el agente. Recalcó que «es una cosa ilegal que la tarjeta valga también para aparcar en zona de carga y descarga». Respecto al mal ambiente en la comisaría de Baiona por conflictos laborales declaró que «no tengo interés en que el jefe deje la jefatura, solo quiero que se haga justicia». 

Sobre la tarjeta de autorización, el agente indicó que «solo ponía departamento de Alcaldía, que desconocemos qué es, no ponía nada, es como hacer una copia en papel».

Un tercer agente dijo que las malas relaciones surgieron tras las multas, de las que él le puso dos en el 2021. Admitió que sabía que era el coche del alcalde y lo sancionó con una PDA. Negó que su jefe le presionara para no sancionarlo. Al igual que otros testigos, le llamó la atención que archivasen las multas del alcalde sin haber recibido ellos ninguna alegación.

El antiguo jefe de la Policía Local de Baiona hasta noviembre del 2021, ahora ya jubilado, Pedro Alonso, explicó que las multas del alcalde surgieron en su ausencia, cuando él estaba de vacaciones, y el mando acusado lo sustituía en funciones. «El oficial me lo explicó y vi que todo está bien, una denuncia una vez cursada tiene un procedimiento», dijo. Aclaró que había que distinguir las excepciones y límites en las zonas de carga y descarga, minusvalía o zona de policía, porque el documento es el mismo pero la valoración es disntita. «En mi punto de vista, sin prejuzgar, cuando el alcalde-presidente está en el ejercicio de sus funciones, aunque sea con su vehículo particular, la expedición de este permiso no lo vería inadecuada. La cercanía de su vehículo a su puesto está en la zona de Policía pero no en la carga y descarga», dijo. Recordó que a los médicos del centro salud o a la asistente de los servicios sociales la Policía Local de Vigo les tramitó una tarjeta en cualquier zona restringida y en carga y descarga si estaban libres, excepto en la de minusválidos.

Sin embargo, aclaró que estos criterios no están regulados aunque si se motivan deberían de admitirse por el sentido común de uso. El tribunal le replicó que los jueces tienen plazas autorizadas en la Cidade da Xustiza y ellos no pueden aparcar en carga y descarga.

Respecto a las autorizaciones, indicó que «si se perjudica o restringe el derecho del ejercicio de terceros, sea quien sea, él es el jefe de la policía y debe haber una fiscalización».

«Yo no he visto la tarjeta pero si el oficial me dijo que todo estaba correcto, yo le creo», dijo.

El fiscal le mostró una tarjeta expedida con la firma y fecha de su segundo, por lo que deduce que el jefe estaba vacaciones.

Según explicó, cualquiera podía solicitar la autorización por excepcionalidad en el registro al alcalde-presidente y ser valorada por una junta local y, partir de ahí, se expediría la tarjeta. Las del control, solo las firmaba la jefatura. «El oficial no me habló de la tarjeta porque yo creo que no le dio importancia», añadió.

Las órdenes de general conocimiento eran para el cumplimiento diario de la fiscalización y algunas estaban registradas con número.

Asegura que nadie le consultó sobre qué hacer con las multas del alcalde. «Los agentes, si tienen dudas por el mal uso de la tarjeta, denuncian y ya se verá» , aclaró.