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Perucho, con dos Olimpiadas a cuestas y un oro, sueña con clasificarse para Río
12 nov 2015 . Actualizado a las 12:02 h.Tiene un oro olímpico y un amplio surtido de medallas en Mundiales y Europeos. Pero Carlos Pérez Rial, Perucho, quiere más. A sus 36 años, el piragüista de Cangas conserva la ilusión y las ganas de quien comienza en el piragüismo, y estos días quema kilómetros sobre su barco en el embalse de Trasona con un objetivo en mente: lograr la clasificación para los Juegos de Río. «Es muy complicado, pero por ahora me respetan las lesiones, estoy con ganas y me queda luchar e intentar ser de los mejores para poder estar ahí», explica el campeón olímpico.
Hacerse un hueco entre los mejores de los mejores es un reto mayúsculo cuando las nuevas generaciones llegan pisando fuerte, pero Perucho tiene claro que no negociará su esfuerzo en busca de la que sería su tercera participación olímpica. «Tengo la veteranía que hace falta y la experiencia, aunque sé que en velocidad la gente joven aprieta muy fuerte y es más complicado, pero físicamente me encuentro bien y con muchas ganas».
Desde hace días está concentrado en Trasona junto al equipo nacional de 200 realizando intensas jornadas de entrenamiento. Los selectivos están a la vuelta de la esquina y esta vez ha tenido que iniciar la pretemporada antes, pero no le importa. Disfruta en la piragua. «Me encuentro bien, creo que mejor que el año pasado, y con muchas ganas, así que quiero intentar conseguir ese último billete olímpico, porque sé que no habrá más oportunidades», razona el deportista.
Lo que todavía está por ver es en qué categoría y distancia peleará. «El más factible que veo es el K-2, pero primero tienes que rendir bien en K-1». La piragua de dos es en la que se ve con más opciones, pero primero debe rendir al más alto nivel en el barco individual y luego ver con quién podría formar pareja, puesto que el que fuera su socio en lo más alto del podio de Pekín, Saúl Craviotto, también está preparando el K-1. «A día de hoy está todo en el aire. Con Saúl tengo mucho ganado porque ya nos conocemos y sabemos cómo remamos juntos, pero él también está preparando el K-1 y pasar de uno al otro es muy justo. Primero tienes que tener muy buen nivel en el K-1 para luego tener opciones en barcos de equipo».
Misma ilusión, menor presión
«Tengo las ganas y la ilusión del primer día, pero sin la tensión con la que entrenaba antes. Sé que en mi deporte he conseguido lo máximo que se puede lograr, así que la única presión que tengo es la que me impongo a mí mismo», dice Perucho sobre su nuevo reto. Eso le permite disfrutar mucho más del exigente trabajo diario y mirar al futuro sin la preocupación de quien está empezando en el deporte de élite o de quien necesita títulos que garanticen becas, puesto que su trabajo como policía tiene cubierto el plano económico.
La temporada pasada, en la que decidió probar suerte en mil metros, no marchó como esperaba. «Fue un poco rara. Empecé en Trasona, iba ir para Tui, pero tardaron un poco en cambiarme el destino, así que no pude entrenar como debía ya que solo éramos dos para trabajar». Esa limitación, sin embargo, ya ha quedado en el olvido, y ahora se entrena a diario con otra decena de piragüistas que sueñan con seguir los pasos del de O Morrazo. «Sé que si logro estar en Río seré el hombre más feliz del mundo, y que si no lo consigo tendré la conciencia tranquila por haber hecho todo lo posible». Porque la madera de campeón olímpico pervive en Perucho.
«Es muy complicado, pero estoy con ganas y me queda luchar e intentar ser de los mejores para poder estar ahí»
«El más factible que veo es clasificarme en el K-2, pero para eso primero tienes que rendir bien en el K-1»