Fallece Faro Lagoa, el panadero que se metió a político y condicionó la gobernabilidad de Cangas

Cangas despide a uno de sus vecinos más singulares y controvertidos, Bernardino Faro Lagoa. Nardo, como se le conocía popularmente, falleciió esta mañana a los 77 años en la residencia Domusvi de Aldán. Fue panadero de profesión (hace más de una década cerró su popular negocio en la céntrica calle del Sol), cazador por afición y político por conviccón propia.

La trayectoria de Faro Lgoga comenzó en el Partido Popular, del que fue concejal entre 1999 y 2003. En esa etapa asumió la concejalía de Tráfico y protagonizó una sonada confrontación con la Policía Local. Llegó a llamar vagos a los agentes, a los que quiso rehacer los turnos y restringir el uso de los vehículos, y a asegurar a cuentos vecinos le quisieran oír que vivían «de cloclo». En agosto del 2002, un mando llegó a cogerle por el cuello de la camisa mientras otro le daba patadas. Aquel episodio concluyó con la intervención de la Guardia Civil y el posterior cese del edil. 

Fundó un partido, la Unión de Parroquias de Cangas (UPAC), y juró que no volvería a darle la alcaldía al popular José Enrique Sotelo («antes al diablo», aseguró públicamente). Logró representación en el Concello en las elecciones del 2011 y acabó dándole al PP la mayoría que precisaba, eso sí, gracias a la intervención a última hora del entonces todopoderoso Xosé Cuiña. Se convirtió en responsable del departamento de Obras.

Nardo fue un personaje popular y, en no pocas ocasiones, polémico. En uno de los carteles electorales con los que empapeló el pueblo no  figuraba su cara, sino la imagen de unos huevos. Decía defender a Cangas por encima de todo, en un momento en que las formaciones independientes condicionaron la gobernabilidad en muchos ayuntamientos e influyeron incluso en la Diputación Provincial de Pontevedra.

Bernardino Faro Lagoa será enterrado este domingo por la tarde en el cementerio de Cangas, tras las honras fúnebres en la excolegiata.

---

---

---