El arte de levantarse en el Cangas

X.R.C. VIGO

CANGAS

XOÁN CARLOS GIL

Juan Quintas, el capitán, no esconde que la derrota ante el Guadalajara «fue un duro golpe», pero ve al vestuario tranquilo y aprecia mucho margen de mejora

15 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El Balonmán Cangas se mueve como nadie en situaciones límite. Lleva haciéndolo de un modo asiduo en muchos de los 14 años ininterrumpidos que acumula en la Liga Asobal, pero ese instinto de supervivencia no impide que la derrota ante el Guadalajara, que llegaba a O Gatañal como colista, dejase secuelas. Juan Quintas, el capitán, admite que fue un golpe duro y que el domingo no fue un día fácil, pero del mismo modo, percibe tranquilidad en la plantilla y en Quique Domínguez, el entrenador, y ve al equipo con mucho margen de mejora para revertir la situación. El cambio de ciclo no ha comenzado de la mejor manera, con un triunfo en cinco jornadas, pero queda toda una liga por delante para certificar la permanencia.

«Mentiría si dijera que el equipo está bien. Fue una derrota dura. Creo que en el vestuario se respira tranquilidad. El domingo fue un mazazo y al acabar, los ánimos no estaban bien. Fue un golpe porque sabíamos que habíamos hecho un mal partido y eso duele, especialmente por la afición, pero estas cosas pasan, hay que aprender de los errores y empezar a trabajar para el sábado», reconoce el pivote ourensano.

Esa misma tranquilidad también es extensible a Quique Domínguez, el entrenador. «Está tranquilo —dice Quintas—. Sabe que tenemos una plantilla joven y que tiene mucho potencial. Está incidiendo mucho en los errores que estamos teniendo desde que empezamos. Son errores de plantilla joven que con la calidad que tenemos no se deberían de tener».

En su análisis del partido, incide en que para nada les cogió desprevenidos el papel de los alcarreños, que llegaron a Cangas sin ninguna victoria en su haber. «Llevábamos el partidos bien preparado, sabíamos que ellos no venían a pasearse porque estaban compitiendo muy bien, pero en los partidos que habían jugado, los porteros de los equipos contrarios les habían parado muchísimo. Salimos enchufados, metidos y marcando muchos goles en la primera mitad, pero en la segunda se nos fue todo al garete». ¿Qué pasó en esos 30 minutos complementarios? Quintas asegura que «desde dentro, parece que cuando se nos ponen por delante agachamos un poco la cabeza, nos ponemos un poco nerviosos y empezamos a correr de más. No sabemos subir ese nivel de ritmo y de velocidad sin evitar las pérdidas. Fue un querer y no poder. Queríamos meter goles rápido, pero no lo conseguimos».

A diferencia de otras temporadas, también se anuncia máxima igualdad en la parte baja de la tabla, con cinco equipos empatados a dos puntos, estadística que sigue la estela del curso pasado: «Cuando acabamos tantos equipos empatados a 20 puntos. Este año, la liga será más o menos así, pero no tenemos que fijarnos en el resto, sino hacer lo nuestro, intenta sumar lo máximo posible, no cometer estos errores».

El traspié ante un Guadalajara convertido en equipo ascensor supuso la cuarta derrota en cinco partidos en el inicio de la Liga Asobal. Más que pararse en los resultados, el capitán lo hace en el juego, para apreciar brotes verdes: «Es muy pronto. Lo importante es que estamos compitiendo bien, estamos entrenando bien, llevamos una victoria en casa y fuera hemos competido».

Ahora les esperan a los cangueses dos partidos muy complicados. El primero, el sábado (20.30 horas) en Torrelavega ante el único equipo que el mantiene el pulso al Barcelona, ya que es colíder con 10 puntos. Una semana después, será el Ciudad de Logroño el que llegue a O Gatañal. El jugador no descartar ninguno porque «en esta liga, cualquiera te puede ganar y tu también puedes hacerlo. Lo importante es olvidarse de lo que pasó, preparar el partido de Torrelavega lo mejor posible e ir allí a muerte a ganar».

Quitas, pese a sus problemas de rodilla, quiere ayudar: «No me están respetando las lesiones. Llevo con la rodilla fastidiada desde hace tiempo, pero sigo trabajando, recuperándome e intentando ayudar al equipo cuando puedo. Cuando salto, doy el 100 % en la pista y cuando no ayudo a los más jóvenes». Un claro ejemplo de máxima implicación.