El Geppetto de Gondomar que ideó los parques infantiles más seguros

Laura Míguez Rúa
L. Míguez GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

CEDIDA

Carlos Misa creó hace siete años la firma Morplay, especializada en áreas de ocio para niños

05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Treinta años de experiencia como carpintero no hicieron que Carlos Misa se acomodara. Inquieto y soñador, este particular Geppetto de Gondomar decidió dar una vuelta de tuerca a su negocio hace casi una década. Fue entonces, al llegarle peticiones para hacer bancos y algún otro elemento original, cuando decidió dar cursos de dibujo y formarse en la creación e instalación de parques infantiles. Con todo ese bagaje acumulado, nació la empresa Morplay.

Con unos diez empleados, la firma está detrás de muchos de los parques de la provincia donde juegan los pequeños, desde Marín a Bembrive. «Hace tres años hice un curso en Valencia de seguridad, que es lo más importante en los parques infantiles y hace unos ocho meses, otro más. Me gusta mucho estar bien formado y creo que en este sector es fundamental», explica Misa. La mitad de los parques infantiles, advierte, «no pasan inspección alguna de ningún técnico que los certifique y eso no debería ser así. Cada poco tiempo una persona con su formación homologada debería de revisarlos».

El carpintero apela a la responsabilidad de lo ayuntamientos para atajar esta situación. Contra esta propuesta se encuentra habitualmente desidia, falta de concienciación y de información. «Hace poco una niña se lastimó un dedo en un parque en A Coruña y me llamaron para arreglarlo y di un presupuesto. Hay que invertir en seguridad y en renovar los parques antiguos, no solo abrir nuevos», comenta con preocupación. Morplay llevó a cabo la restauración del parque de Vilariño de Conso, en Marín, de varios elementos de la zona infantil de Playa América, en Nigrán, y de muchos columpios para niños con problemas de movilidad que hay en diferentes puntos. Además, la empresa colaboró en Navidad con la instalación de algunas estructuras de madera para la puesta en escena que vivió Vigo en esas fiestas.

Según explica Carlos Misa, en Galicia hay más empresas dedicadas al sector, pero pocas están homologadas. «Lo habitual es que a los cursos vayan comerciales y a veces técnicos municipales, pero empresarios, pocos. En el que hice en Valencia yo era el único», se lamenta.

La responsabilidad que conlleva hace que se preocupe de cada detalle de sus instalaciones, desde la cimentación adecuada a los suelos de caucho continuo, el cierre de madera del espacio, las medidas de los elementos o el uso de plásticos y otros materiales para garantizar la seguridad de los pequeños. Una minuciosidad que él no siempre observa en las propuestas ganadoras de los parques infantiles municipales, donde el precio manda y los costes muchas veces olvidan esa calidad que tanto defiende. Es más, reconoce que cada vez que monta un parque lo visita de nuevo al cabo de un tiempo para reajustar y revisar que ha quedado todo en perfecto estado, y si el comprador quiere, se encarga también de su mantenimiento y futura restauración. «Aunque aquí son más de poner un parque nuevo, esperar a que se pudra y luego poner otro. Una lástima porque muchos se pueden arreglar y restaurar por mucho menos», indica.

En su cabeza, como en la del carpintero Geppetto, que talló a Pinocho, no dejan de bullir ideas para hacer felices a los más pequeños: un parque centrado en el medio ambiente, más elementos de diversión... Todo tiene cabida en la imaginación de este profesional que sueña con las risas de los niños. Pero, como todo, esa diversión tiene un coste. Según explica, una zona de juegos básica, con unos catorce elementos que incluyan columpios toboganes y balancines de muelle que esté limitada por una cerca con suelo de caucho continuo, puede rondar los 15.000 euros. Por encima de esa cifra, la imaginación es el único límite.

Desde su empresa de Gondomar no solo salen parques infantiles. También fabrican e instalan bancos, pasarelas o puentes que completan paseos marítimos o fluviales y pueblan los concellos del área de Vigo. Todos ellos, hechos con el mayor de los mimos y con los tratamientos necesarios para garantizar su seguridad y durabilidad.