«Tras 50 años al frente del hotel Queimada, ya toca el relevo»

Monica Torres
mónica torres NIGRÁN / LA VOZ

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El hotel de Nigrán cambia de gerencia a la tercera generación

16 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Aniversario con sorpresa en el hotel Queimada de Nigrán. Los dueños, Rogelio Comesaña Valverde y María Marta Valverde Vilar hicieron una gran fiesta a la que invitaron a más de trescientas personas para celebrar el cincuenta aniversario del establecimiento y anunciaron su relevo. «Fue una sorpresa para mis hijos porque, aunque llevan toda la vida trabajando en el negocio familiar, les dijimos que delegamos en ellos la gerencia desde el próximo fin de año. Adrián se queda al frente del Queimada y Lorena, que además estaba de cumpleaños, del Val Convention», explica Rogelio. El matrimonio ha decidido «hacerse a un lado, aunque no nos jubilamos, así que desde enero van a cambiar las normas y cada hijo va a mandar en un hotel».

La pareja invitó a toda el barrio de la Carrasca a una noche de recuerdos, música y comida en la que además se inauguró una escultura con los bustos de Luciano Comesaña e Isolina Valverde, padres de Rogelio y fundadores de la taberna A Queimada, germen del negocio familiar. «Tenían una taberna que era como uno de los furanchos actuales, en los que se vendía vino de la casa porque otro no se conocía y mi madre preparaba cordero», recuerda Rogelio. En 31 de agosto de 1980 celebraron la primera boda en el local y, dos años después, cuando regresó del servicio militar, ya asumió él el timón. «Ese mismo año compramos la primera televisión, para ver el mundial, en 1985 abrimos el segundo salón y el 1990 un hostal de 12 habitaciones», recuerda. El negocio volvió a ampliarse a los cinco años.

«En 1995 ya teníamos un hotel de 17 habitaciones y una estrella, luego ampliamos a 27 cuartos y 2 estrellas y después ya nos lanzamos y en junio del 2017 hicimos también el Val Convention, en el centro de Nigrán, con otras 27 habitaciones», explica el empresario. «Todo ha sido a base de mucho trabajo y dedicación. Hemos estado 50 años pendientes durante las 24 horas porque los clientes también pueden llamar o necesitar algo de madrugada, así que ahora toca delegar en los hijos», afirman. Fueron los más jóvenes los encargados de dar la noticia, ya que los nietos de Sergio y María Marta, con tan solo diez años, actuaron de maestros de ceremonias y leyeron la historia de la familia dando cuenta de la resolución de sus abuelos mientras se proyectaban imágenes de todos estos años de trabajo.

«Ha sido un negocio hecho a base de horas y al que hemos dedicado la vida entera, todos a una», insiste Rogelio, orgulloso de su familia que ha conseguido sacar adelante un negocio con 32 personas en plantilla a día de hoy. La proximidad a Porto do Molle y el desarrollo del parque empresarial y del área comercial supuso un espaldarazo crucial para el hotel. «Entre 1985 y el 2000 hacíamos hasta sesenta bodas en verano, ahora ni siete porque la gente se casa menos y hace otras celebraciones», desvela. Las perspectivas son muy buenas. «Desde que empezó el polígono de Porto do Molle estamos durante toda la semana al 70 % como mínimo, pero para agosto, por ejemplo, ya tenemos casi agotado en los dos hoteles», avanza Rogelio.