
El Centro Juan María impulsa una iniciativa pionera que combina formación, autonomía y oportunidades reales para personas con discapacidad intelectual
25 abr 2025 . Actualizado a las 20:07 h.Este lunes, 28 de abril, se inaugura en A Ramallosa un proyecto que va mucho más allá de levantar la persiana de un nuevo negocio: el quiosco, gestionado íntegramente por personas con discapacidad intelectual, abre sus puertas como símbolo de una sociedad que avanza hacia la inclusión real.
La iniciativa forma parte del programa de Formación Dual Adaptada Juan María Sin Etiquetas, impulsado por el Centro Juan María, entidad referente en Galicia en la educación, formación y empleabilidad de personas con necesidades especiales. Desde hace más de tres décadas, este centro trabaja para que cada persona encuentre su lugar en la sociedad, desde el respeto a sus capacidades y su talento.
El quiosco ofrecerá prensa diaria, revistas, snacks, bebidas, café y pan, y además funcionará como punto de sellado de la Compostela para peregrinos. Estará abierto de lunes a domingo en horario de 8.30 h a 13.30 horas, y aspira a convertirse en un pequeño faro de encuentro, diversidad y esperanza en pleno corazón de la villa.
Es mucho más que un punto de venta. Un espacio donde la formación, el acompañamiento personalizado y la confianza en el potencial de cada trabajador se entrelazan para construir un futuro de oportunidades. Aquí, cada gesto, cada sonrisa, cada producto entregado al cliente, será también una lección silenciosa de superación y dignidad.
Juan María Sin Etiquetas no busca únicamente ofrecer empleo: persigue transformar vidas, abrir puertas que durante mucho tiempo permanecieron cerradas, demostrar que la diferencia suma, enriquece y fortalece a toda la comunidad.
Con este quiosco,Nigrán no solo ganan un nuevo servicio, ganan un ejemplo vivo de que la inclusión no es una utopía, sino una realidad que se construye día a día, con esfuerzo, formación, empatía y mucho corazón.
Desde el Centro Juan María se invita a toda la ciudadanía a acercarse, a conocer a quienes lo harán posible y a apoyar este sueño colectivo convertido en realidad. Porque cada café servido, cada pan entregado, cada compostelana sellada será también un pequeño acto de transformación social.