El porriñés que localizó Puerto del Hambre

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

Carracido le rinde homenaje por aclarar la discutida ubicación

06 abr 2015 . Actualizado a las 13:17 h.

En octubre de 1958, la prensa española se hacía eco del hallazgo de los restos de Ciudad del Rey Don Felipe, en Chile, conocida por Puerto del Hambre debido al dramático destino de sus habitantes. El descubridor fue Jesús Veiga Alonso, nacido en Carracido, O Porriño, donde se prepara el descubrimiento de una placa como homenaje a su memoria.

Había viajado a Chile en 1909, junto a su madre y hermano, para reunirse con su padre en Valparaíso. Años después, Jesús Veiga iniciaba una carrera profesional en el mundo de los seguros en Punta Arenas, en el estrecho de Magallanes. «Foi un emigrante singular, posto que aos seus labores como contable e xerente, sumou unha gran inquietude cultural que se manifestou de forma activa nos campos da arqueoloxía e historia», afirma el historiador José Ramón Iglesias Veiga, cuyo abuelo era primo de aquel emigrante.

Desde su interés histórico, Jesús Veiga investigó la presencia de los primeros navegantes hispanos en el sur de Chile, con especial atención a la figura del gallego Pedro Sarmiento de Gamboa y a sus malogradas fundaciones en el estrecho de Magallanes, nacidas para frenar las incursiones de Francis Drake. Felipe II mandó organizar una gran expedición para establecer un sistema defensivo. La flota partió de Sanlúcar de Barrameda en 1581 bajo el mando de Diego Flores de Valdés, mientras Sarmiento de Gamboa iba como gobernador y capitán general de las tierras del estrecho austral.

El explorador gallego fundó las ciudades del Nombre de Jesús y Rey don Felipe, que pasaría a la historia como Puerto del Hambre. Casi todos sus habitantes fallecieron por desnutrición o intentando escapar del desabastecimiento. Tres años después de la fundación, el pirata inglés Thomas Cavendish halló cadáveres insepultos y unos pocos supervivientes famélicos de los que solo uno regresó con los ingleses. Lo llamó Port Famine.

Durante mucho tiempo la localización del asentamiento estuvo errada, ya que fue situado más al sur de Punta Santa Ana. Veiga Alonso encontró en 1955 sus primeros restos y, poco después, determinó el emplazamiento. Antes, había realizado una labor de documentación bibliográfica y de rastreo en los textos de Sarmiento de Gamboa sobre su actividad en la región a partir de 1580. «Coñecía ben o terreo e ao percorrer o litoral comezou a decatarse que as descricións de Sarmiento non coincidían coa realidade xeográfica», explica el nieto del primo del protagonista.

Jesús Veiga comprobó que la antigua colonia no se había fundado en la bahía de San Juan ni tampoco en Punta Santa Ana. Tras encontrar los primeros restos de fortines, el 1 de marzo de 1955 pudo localizar un muro de piedra que determinó que podía pertenecer a la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, templo matriz de la colonia. Reconvertido en historiador y arqueólogo, creó el Comité de Recordación Histórica Pedro Sarmiento de Gamboa, en el que participó el Centro Galego de Punta Arenas.

Tres años más tarde, el porriñés logró implicar a Joseph Emperaire, etnólogo francés ligado a la Universidad de la Sorbona y miembro de la Misión Arqueológica del Museo del Hombre de París. Juntos hallaron en ese lugar en 1958 los esqueletos de nueve colonos. Fueron depositados en el antiguo emplazamiento, en un monumento inspirado en un dolmen gallego que pagó el Comité de Recordación.

Los primeros textos sobre la localización e historia de Puerto del Hambre fueron publicados por Jesús Veiga en el periódico chileno El Magallanes. Su investigación también tuvo amplio eco en la prensa de España. El historiador pontevedrés Amancio Landín Carrasco escribió un amplio reportaje en ABC. Aquellos textos tomaron forma de libro en 1975. En 1999, salió la segunda, mientras que en el 2012 se publicaba la última reedición bajo el título Sarmiento de Gamboa y la ciudad del rey Don Felipe (El descubrimiento del Puerto del Hambre). Esta fue promovida por Pascual Veiga y preparada por Edmundo Moure en una versión bilingüe en castellano y gallego. En ella se incluye una pequeña autobiografía de Jesús Veiga. Fue publicada en Santiago de Chile por SubWay Ediciones.

Jesús Veiga Alonso recibió el reconocimiento del Estado español que le otorgó la Cruz del Mérito Naval de Segunda Clase en 1964 y la Encomienda del Mérito Civil con grado de Comendador en 1968. Entre los años 1959 y 1965, desempeñó el cargo de vicecónsul de honor de España en esta región magallánica. En julio de 1963, Jesús Veiga visitó Carracido y las principales ciudades gallegas. «54 años me había separado, irremediablemente, de la patria», concluye su autobiografía.