«No se puede criminalizar a alguien que va a ayudar de forma altruista»

alejandro martínez O PORRIÑO / LA VOZ

O PORRIÑO

Alejandro Martínez

Fue a misiones de rescate en Lesbos como la que valió la detención de tres bomberos que han sido absueltos

09 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Misiones. Ha participado en misiones humanitarias en la isla griega de Lesbos y en el Mediterráneo central.

Vocacional. Pertenece al equipo de bomberos del parque de O Porriño, que abarca toda la zona sur de la provincia. Tiene 32 años y lleva desde los 25 trabajando como bombero.

Un juzgado de la isla griega de Lesbos absolvió este lunes a tres bomberos sevillanos a los que había acusado de tráfico de personas en grado de tentativa por acudir al rescate de inmigrantes que huían de la guerra de Siria en el mar Egeo. Pertenecen a la ONG Proem Aid, con la que también ha colaborado el bombero de O Porriño, Alberto Agrelo. Durante los dos últimos años ha seguido con estupor el proceso judicial contra tres compañeros que habían acudido a la isla griega con fines humanitarios.

«Me parece una injusticia muy grande. No se puede criminalizar a alguien que lo único que hace es intentar ayudar de una forma totalmente altruista», valoraba ayer al terminar su servicio en el parque de bomberos de As Gándaras de Budiño.

Este calvario judicial podía haberle pasado a él, puesto que participó en misiones de rescate en Lesbos en febrero de 2016, un mes después de que los guardacostas griegos detuvieran a sus compañeros, que habían acudido en ayuda de un barco que zozobraba a pocas millas de la costa. Además les acusaron de tráfico de armas porque llevaban un pequeño cuchillo «que es una navaja que se usa como autorrescate, por ejemplo si un cabo se enreda en la hélice», señala.

Alberto Agrelo volvió a Lesbos al año siguiente y también colaboró en otra labor humanitaria en el Mediterráneo. Participó en el rescate de 480 inmigrantes sirios que navegaban de forma precaria.

«Viajan deshidratados, desnutridos, intoxicados por el humo y con muchas mujeres embarazadas, la mayoría por violaciones. Lo hacen en las bodegas de embarcaciones de madera, antiguos barcos de pesca, donde caben hasta un millar de personas. Salen de la zona de Libia y cruzan el Mediterráneo sin conocimientos de navegación», expone. Por eso considera fundamental la ayuda que prestan las ONG.

La absolución de sus compañeros ha puesto fin a muchos meses de incomprensión. Los bomberos españoles se declararon inocentes. Solo iban a salvar vidas. «Ponemos nuestra formación al servicio de la organización. Muchas veces nos cuesta dinero y tiempo libre porque vamos en nuestras vacaciones . Dejamos nuestras familias atrás para arriesgar nuestras vidas a cambio de poder rescatar a esta gente», valora este bombero de 32 años.

Ocultar la realidad

En su opinión, el objetivo de estas intervenciones que entorpecen las labores humanitarias es tratar de ocultar una realidad que no interesa a las autoridades. «Con acciones así intentan cortar el altavoz de lo que está pasando que las oenegés traen aquí y que los políticos y dirigentes están intentando tapar día a día», manifiesta. De hecho cree que hay poca empatía hacia el drama humanitario que se vive a unos pocos miles de kilómetros. «No somos conscientes porque lo vemos muy lejos, pero en realidad no está nada lejos. Cualquiera de nosotros podía ser una persona de estas».

La justicia italiana continúan poniendo coto a las misiones humanitarias. Alberto Agrelo iba a embarcarse el 21 de este mes a bordo de otra embarcación para participar en misiones de rescate en el Mediterráneo central, que cada día intentan cruzar cientos de refugiados. Pero un juez instructor incautó en marzo el barco de Proactiva Open Arms, a la que acusa de favorecer la inmigración irregular. Pero no tirará la toalla. «Pretenden que tengamos miedo y que nos vayamos, pero si nos quedamos en nuestras casas, toda esa gente va a morir», afirma.