Testigos del choque mortal de O Rosal: «La moto se veía perfectamente»

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

O ROSAL

Escenario. Los servicios de emergencias se esforzaron para que el cuerpo sin vida de Brais Otero no fuera observado o retratado por los muchos coches que circularon por ese vial tras el siniestro y hasta la retirada del cadáver. Los testigos del siniestro sí se bajaron de sus coches para socorrer a los implicados.
Escenario. Los servicios de emergencias se esforzaron para que el cuerpo sin vida de Brais Otero no fuera observado o retratado por los muchos coches que circularon por ese vial tras el siniestro y hasta la retirada del cadáver. Los testigos del siniestro sí se bajaron de sus coches para socorrer a los implicados. Álvaro P.

Dos ocupantes de coches que presenciaron la muerte Brais Otero relatan que había visibilidad cuando el conductor de Murcia inició el fatal adelantamiento

13 sep 2025 . Actualizado a las 12:41 h.

Brais Otero, de 33 años, no sobrevivió al impacto de su moto contra un BMW el pasado 15 de julio, a las 16.35 horas en O Rosal. La tragedia ocurrió en kilómetro 3 de la CG-4.2, entre Goián (Tomiño) y A Guarda. El siniestro mortal derivó en una fuga del único ocupante del coche, Fermín Martínez, natural de Murcia, que arrastra tres condenas firmes por conducción temeraria y protagoniza otras tres pendientes de sentencia; entre ellas la que causó la muerte de este vecino de Oia. Al único investigado, Martínez, se le imputan los delitos de homicidio por imprudencia, omisión de socorro y abandono de lugar tras el accidente. La investigación del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui prosigue su curso. Los últimos testigos en declarar son dos ocupantes de sendos coches que circulaban en ese tramo de la CG-4.2 y presenciaron colisión mortal. Ambas no dudaron en ladear sus coches en el arcén para socorrer a los implicados en el coche. Una de ellas, en su declaración, no deja espacio para la duda sobre la visibilidad en el vial para iniciar el adelantamiento que derivó en la colisión: «Venía la moto de frente, ¿sabes? La moto se veía perfectamente».

La testigo ocupaba el asiento de copiloto en un coche conducido por otro testigo que ya prestó declaración a finales de julio. Su relato de lo presenciado tampoco favorece a los intereses de Martínez al concluir si cometió una imprudencia al volante al iniciar un adelantamiento de tres coches con la moto de Brais Otero viniendo de frente y sin espacio para completar el adelantamiento con garantías de seguridad para ambos conductores y el resto de coches que coincidían en ese tramo de la calzada. «El BMW me adelantó de un acelerón cuando venía la moto a escasos metros», declaró entonces este testigo.

Su acompañante relató, en su comparecencia judicial de la semana pasada, que el BMW de Martínez se situó detrás de su coche unos dos minutos antes de la colisión: «Venía muy pegado, no sabría decir el tiempo que lo tuvimos detras, unos dos minutos, desde la rotonda anterior, que se incorporó a la misma carretera que nosotros. Pero sí tuvimos la sensación de que lo teníamos detrás, muy pegado a nuestro coche». Lo siguiente maniobra del murciano con su coche de más de 300 caballos de potencia fue adelantar al turismos de esta testigo con otros dos coches por delante. Lo siguiente fue sentir el brutal impacto.

Lo relató igualmente en sede judicial la conductora de otro coche que circulaba por el mismo carril que el BMW. «Circulaba a unos 80 kilómetros por hora, delante no iba ningún vehículo, y observé que se aproximaba una motocicleta por el carril contrario circulando por el centro del carril y a una velocidad similar a la mía [el límite en ese vial es de 90 kilómetros por hora]. Pero cuando la moto estaba muy próxima [a mi coche], de repente giró hacia la derecha sin saber por qué e inmediatamente escuché un fuerte acelerón y se produjo el accidente». El acelerón que alude la testigo es el mismo que declaró el testigo citado con anterioridad y que emanó del BMW para completar el adelantamiento en vez de reducir la velocidad y regresar a su carril.

Lluvia de acero

Las dos mujeres que declararon la semana pasada explicaron cómo su seguridad se vio comprometida por la gran cantidad de restos metálicos del BMW que saltaron por los aires provocando una lluvia de objetos de acero. Ya a salvo, con ambos coches estacionados en el arcén, los tres ocupantes de los dos turismos se apearon para socorrer a los conductores accidentados: «Me acerqué al conductor del BMW, que salía del vehículo. Era una persona joven que vestía una camiseta de algodón. Me dijo que se encontraba bien; luego me dirigí hacia el motorista, pero cuando estaba llegando me comunicaron que había fallecido. Al regresar a mi vehículo, me dijeron que el conductor del BMW que ya no estaba», alusión a la huida del lugar de Martínez en el coche de un matrimonio que atendió su petición de traslado a Tui.

Lo siguiente fue coger una habitación en el Parador de Tui a través de su teléfono, ducharse, organizarse, subirse a un coche de BlablaCar y viajar a Madrid para que lo recogiera su novia y regresar a Murcia. La Guardia Civil estuvo días sin saber su paradero hasta que su abogado lo notificó para entregarse.