Redondela y Arbo pedirán la declaración de zona catastrófica tras el temporal

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera REDONDELA

REDONDELA

Sospechan que la riada de San Esteban de Negros fue provocada por una balsa de agua en el monte causada por un vertido ilegal

15 feb 2016 . Actualizado a las 22:51 h.

Los dueños de comercios, viviendas y garajes del centro de Redondela, especialmente de la zona de O Salgueiral continúan achicando agua de sus bajos tras un fin de semana catastrófico en el que estuvieron trabajando medio centenar de efectivos de Protección Civil, Policia Local, Grumir, operarios de Aqualia y de la concejalía de Vías y Obras. También participaron efectivos de Conservación de carreteras del Ministerio de Fomento y la Axencia galega de Emerxencias, que facilitó 16 bombas de achique que se sumaron a otras propiedad del Ayuntamiento y de particulares. En total han estado funcionando unas treinta bombas.

Las infraestructuras municipales resultaron dañadas y el Concello está evaluando los daños con Augas de Galicia. Entre los daños, el Concello ha citado la caída de 30 muros, el desprendimiento de parte de una ladera del monte de Cedeira, y otro en en San Estevo de Negros arrastrando con gran fuerza árboles y rocas que llegaron a la carretera nacional 555.

Declaración zona catastrófica

Tanto este concello como el de Arbo han anunciado que solicitarán la declaración de zona catastrófica para acogerse a la línea de ayudas reguladas por el Real Decreto 307/ 2005, según ha confirmado Europa Press.

En el caso de Arbo, el alcalde, Horacio Gil, ha publicado un bando en el que informa a los vecinos de que se iniciarán los trámites para solicitar esas ayudas y les insta a comunicar por escrito al Ayuntamiento los daños registrados en sus propiedades.

En el caso de Redondela, el concejal de Interior, Arturo González, ha confirmado que «por supuesto» se solicitará esa declaración, tras los «importantísimos» daños registrados en este municipio, cuyo casco urbano resultó anegado en numerosos puntos debido al desbordamiento del río Alvedosa.

El edil redondelano ha señalado que el municipio «recupera poco a poco la normalidad» este lunes y, aunque ya se han abierto al tráfico las calles del centro del pueblo, la maquinaria municipal sigue trabajando en la zona de San Esteban de Negros, donde una avalancha de lodo y piedras causó problemas importantes en esta zona rural.

El alcalde de Redondela, Javier Bas, ha explicado que «se están evaluando los daños» causados por la climatología adversa, y se están estudiando las circunstancias del desbordamiento del río. Asimismo, con respecto a San Esteban de Negros, el regidor ha mostrado su sospecha de que la riada de barro y ramas se debió a un embalsamiento de agua, monte arriba, provocado por un vertido ilegal.

Otros concellos

En el caso de Ponteareas, también se trabaja para evaluar las consecuencias de las inundaciones, desprendimientos de tierras y otros incidentes, según ha explicado el alcalde, Xosé Represas, quien ha precisado que todavía no hay una cifra sobre las repercusiones económicas.

El primer edil de Ponteareas ha recordado que el temporal afectó a instalaciones deportivas municipales, carreteras secundarias y propiedades particulares, aunque no se registraron daños personales, más allá de que varios vecinos tuvieron que ser rescatados al estar rodeados por el agua. En cuanto estén cuantificados los daños, ha apuntado, «se reclamarán ayudas a otras administraciones».

En Gondomar, las inundaciones y caídas de muros y árboles mantuvieron trabajando a pleno rendimiento a todos los efectivos de Policía Local, voluntarios de Protección Civil y del GES Val Miñor. Los daños materiales aún no han sido calculados y los equipos siguen trabajando en algunos viales para paliar las «consecuencias colaterales» del temporal.

Obras

En el caso de Mos, su alcaldesa, Nidia Arévalo, ha lamentado que se produjeron «daños grandísimos» en viales del municipio y en propiedades privadas. Así, ha recordado que uno de los incidentes más importantes se registró en Guizán, donde la caída de un muro de contención «llegó a poner en peligro un vivienda».

Arévalo ha señalado que esos percances obligaron a cortar hasta 8 carreteras en este ayuntamiento y, aunque se han reabierto al tráfico, los operarios municipales siguen trabajando en la limpieza de las calzadas.

Además, la regidora ha advertido de que las lluvias causaron tales daños que, al menos en cuatro de esas carreteras, será necesario acometer «obras importantes» con un coste de unos 300.000 euros. A ese respecto, ha advertido de que el ayuntamiento de Mos «no tiene capacidad económica» para hacerse cargo de esos trabajos.