Las moscas hacen la vida «imposible» a los vecinos de Tomiño

Pedro Rodríguez
pedro rodríguez TOMIÑO / LA VOZ

TOMIÑO

La parroquia de Amorín lleva más de un mes lidiando con una «invasión»

30 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Isto é terrible. Matas unha e veñen tres ao enterro», dice Avelina, una vecina de Amorín (Tomiño). Su casa lleva asediada por las moscas más de un mes. «Comezaron a chegar a mediados de agosto, polas festas da parroquia, e aínda seguen invadindo todo», continúa. Llevan ya cinco años sufriendo plagan intermitentes, pero la de este año «é a peor», continúa. Mientras habla hay en el techo y en la mesa varios de estos insectos a su alrededor «e iso que teño todo pechado», explica. Las moscas aprovechan para entrar cuando se abre una ventana o una puerta. «Mira como están os baixos das ventás», indica. «Hai decenas de moscas».

Avelina ha erigido una serie de barreras para proteger su casa de los insectos, pero resultan ineficientes. Tiene cinco tiras atrapamoscas repartidas y todas están repletas. «Teño que cambialas cada moi pouco», explica. La vecina de Tomiño también ha colocado una lámpara eléctrica antiinsectos que tenía en el bar que regentó durante una buena parte de su vida. «Non é suficiente», insiste. Cada poco, Avelina rocía con insecticida a los insectos. «Sabes canto me dura? Un día», continúa.

«É asqueroso todo», insiste Avelina. Ella lleva toda una vida viviendo en Amorín y no recuerda «nada igual». Tampoco en los últimos años. «Lembro unha vez que un día, de súpeto, apareceu unha nube de moscas, pero o deste ano é peor. Levamos máis dun mes sufrindo aos bichos todo o día», insiste. Las moscas que asedian su casa «son pequenas e cando as matas manchan de sangue», explica. «Non nos dan a solución. Tampouco sei cal é nin por que pasa todo isto, pero isto é terrible», insiste Avelina.

Las moscas se han convertido en el principal problema de gran parte de los vecinos de Amorín. En el supermercado Autoservicio Quinteiro los rollos atrapamoscas se venden a pares. «Vendemos varios cada día. Nunca vin nada igual», explica Julia Quinteiro. Los insectos también se cuelan en su pequeño local añadiendo su eliminación en sus tareas diarias. Tiene tres tiras colocadas en la tienda que ya están completas con centenares de moscas. «Estamos desesperados», insiste.

Julia contrata a una mujer para que le ayude a limpiar habitualmente, pero ahora una se tiene que afanar en matar y retirar moscas. Su teléfono móvil está lleno de imágenes y vídeos de la plaga de insectos. «Enchemos os recolledores con elas», indica. En algunas de las fotos hay cientos de moscas acumuladas a montones en el suelo. «Non se aguanta aquí», continúa Julia, que explica que hay varios clientes que se plantean vender la casa si la situación no mejora. La dueña del autoservicio relata que la plaga de insectos también la ha obligado a respirar entre insecticidas. «O outro día sangrábame o nariz de respirar iso», relata. También sufrió un pequeño accidente tratando de eliminar a las moscas que se ubicaban a gran altura. «Caín da cadeira e din un bo golpe», explica. Como tantos otros vecinos de Tomiño, Julia también está pensando en hacer varias inversiones para protegerse de la plaga de moscas. «O primeiro sería mercar unha mosquiteira», dice desde su tienda.

El mes pasado los vecinos de Forcadela también denunciaron que la plaga de moscas les impedía hacer su vida con normalidad. Ana Belén Rodríguez, la propietaria del bar La Bodega Los Rodríguez, se vio obligada a reducir su jornada laboral por la magnitud de la plaga. «Al desplazarte, había tantas que las podías agarrar con la mano, incluso las ibas pisando al caminar. El techo de mi establecimiento es blanco y estaba todo negro», declaraba a La Voz.

El Concello de Tomiño atribuyó ese episodio a unos depósitos de abono que localizó la Policía Local en unas parcelas de cultivo. El gobierno local también indicaba que remitió a la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia el acta de inspección elaborada por la Policía Local, solicitando «a adopción inmediata das medidas de inspección e control necesarias para poñer fin a esta situación e evitar a súa repetición no futuro». Más de un mes después de aquel episodio, los vecinos de Amorín no conocen cual es el origen de la plaga que sufren desde hace más de un mes.

«Levamos sufrindo isto durante cinco anos e aínda non hai solución», insiste Julia Quinteiro, que recuerda que los vecinos están cansados y hartos de luchar contra el insecto. «A verdade é que todo isto é un horror», concluye Avelina.

Una concentración para exigir una solución en Carregal

La asociación de vecinos de Carregal, barrio que pertenece Amorín, han convocado este domingo 5 de octubre una manifestación bajo el lema «Non máis moscas. Si a solución». La concentración comenzará a las 11.00 horas en el recinto de fiestas de Carregal.

Desde la asociación insisten en que «non buscamos culpables. Simplemente solucións». Los vecinos indican que «despois de varios anos sufrindo nas nosas carnes as pragas de moscas, cremos que chegou o momento de unirse e levar a cabo as accións pertinentes para que ás administracións busquen unha solución a este problema», indican. Durante la concentración, los vecinos también leerán un manifiesto con todas sus reivindicaciones. «Tes moscas? Únete», insisten.