La frontera lusa agoniza: «A nosa maior saudade é escoitar falar galego na fortaleza»

Monica Torres
mónica torres VALENÇA / LA VOZ

TUI

Mónica Torres

Valença es una ciudad fantasmal sin turistas. Los 200 comercios de la fortaleza están cerrados a cal y canto pese a tener solo cuatro casos activos de covid. El ayuntamiento ha puesto un servicio de apoyo psicológico

15 mar 2021 . Actualizado a las 00:42 h.

«A nosa maior saudade é escoitar falar galego na fortaleza», dice André Coelho. Es uno de los contados vecinos que residen en el recinto amurallado de Valença do Minho, con cinco kilómetros de perímetro, que los gallegos han encumbrado como uno de los mayores centros comerciales abiertos de Europa. Esa saudade, esa «dulce palabra de perfiles ambiguos» para la que ni Pablo Neruda consiguió una equivalencia, impacta aún más en el eco de las calles vacías y los comercios cerrados a cal y canto. «Son máis de douscentos negocios e unha ducia de restaurantes os que están fechados dende xaneiro, efectivamente é unha cidade absolutamente fantasmal», reconoce el alcalde del municipio en la frontera lusa, Manuel Lopes.

Al principal centro de peregrinación de gallegos al norte luso le falta el aire. En cuanto se cruza la frontera, blindada por la policía, la estampa corta la respiración. El virus arrasó el sonido del bullicio, el del motor de los coches que habitualmente esperan para cruzar sus emblemáticas puertas medievales o el de los comerciantes ofreciendo sus mejores géneros. Una monumental cruz que preside el conjunto, cubierta con el manto morado hace que la foto fija sea aún más estremecedora. No parece haber vida intramuros y la penitencia de su pueblo se prolonga mucho más allá que el tiempo de cuaresma, pese a que, tras las semanas más duras de la segunda ola, acaben esta con tan solo cuatro casos activos, según los datos del Servicio Nacional de Salud Portugués.

En la fortaleza de Valença solo continúa la actividad en los edificios administrativos, por lo que, en hora punta, pueden verse hasta cinco o seis personas a la vez en la calle, funcionarios del concello, del registro, de Correos o del juzgado. Las enormes explanadas que se cubren con vehículos de matrícula española, especialmente los fines de semana, ni siquiera están operativas. El silencio es ensordecedor en el balcón luso desde el que se mira «con saudade» a la otra parte de su eurociudad.

Urgencia

«Valença precisa con urxencia a reapertura da fronteira e que se recupere a vida e o brillo desta cidade histórica e comercial que depende dos galegos», insiste André Coelho. Según las estimaciones del regidor valenciano, en la fortaleza solo residen a día de hoy una veintena de personas además de los cerca de ochenta usuarios del centro de atención a mayores de la Santa Casa de la Misericordia. «O habitual é que pasen a diario pola nosa fortaleza, entre 10 e 12.000 persoas. Son ata 14.000 ao día para partir xa desta altura do ano e, especialmente, durante a época estival», señala el alcalde, Manuel Lopes con una sensación agridulce sabedor de que la inminente llegada de la primavera no parece que vaya a traer el florecimiento a su comercio aún habiendo acatado las estrictas normas de movilidad y distanciamiento a las que el covid les ha sometido.

«Parece que la semana que viene pueden abrir algunas tiendas y peluquerías», comentan tras saber que el Parlamento luso ha renovado vez el estado de emergencia hasta el 31 de marzo. Ayer recibieron además otro envite al confirmar el ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, que todas las fronteras terrestres con España, continuarán cerradas «por lo menos», hasta Pascua.

Tanto el alcalde de Tui como su homólogo valenciano insistieron, aun así, en la urgencia de reabrir pasos fronterizos para no castigar más a las poblaciones ribereñas que sufren un doble impacto en esta crisis, «tanto económico como social y cultural».

La sucesión de imágenes y percepciones en un paseo por Valença se asemejan a las que se grabaron para siempre en la memoria hace un año en las calles de ciudades como Vigo, cuando todavía comenzaba la pesadilla. Pese a doblegar la curva de contagios, el ayuntamiento luso ha habilitado un servicio totalmente gratuito de apoyo psicológico para todos los vecinos, que está operativo en un horario de atención telefónica ininterrumpido de 8.30 a 17.00 horas. «A pesar de la esperanza motivada por una vacuna que nos permita la inmunidad y volver con seguridad a nuestro día día, las alteraciones que hemos vivido este año justifican la creación de este servicio para garantizar nuestra salud mental», indica el concello.

Proyecta con Tui el séptimo puente sobre el río Miño, peatonal y para bicis

En plena pandemia y con las fronteras cerradas, Valença y Tui insisten en su dependencia mutua y han presentado su proyecto más ambicioso. La eurociudad proyecta el que será su tercer puente internacional y séptimo sobre el Miño transfronterizo. El nuevo paso, que será solo para uso peatonal y ciclista, pretende unir una ruta fluvial de 52 hectáreas entre ambas márgenes del Miño. Según el plan avanzado ayer por los regidores Enrique Cabaleiro y Manuel Lópes, el nuevo puente cruzará Tui desde la zona sur del extremo del Paseo de Santo Domingo hasta la parroquia de Ganfei, con un tablero sobre el Miño de unos 350 metros de longitud. En la parte lusa continuará la senda fluvial otros dos kilómetros hasta el parque de Nosa Señora da Cabeza, que a su vez esta ya unido hasta Caminha por una ecovía con mas usuarios gallegos que portugueses, por lo que realmente se podrá circular desde el primer momento en una ruta de más de 30 kilómetros partiendo desde Tui por tierras lusas. Solo falta un pequeño tramo de conexión para concluir su conexión con la ciclovía que llega hasta Viana do Castelo, la capital del distrito.

En la parte gallega, donde ya disfrutan del paseo desde el antiguo puente centenario con Santo Domingo, se ampliará la senda hacia Salvaterra y, una vez que concluya la expropiación pendiente en el río Louro, se podrá llegar hasta Salvaterra do Miño, completando otros 20 kilómetros de sendas que se bifurcarían de nuevo hacia Portugal por el puente de Monçao.

El regidor tudense, Enrique Cabaleiro, señaló que por el puente centenario, «que é como unha rúa máis da eurocidade, circulan cando está aberta, unha media diaria de 4.340 vehículos ó día. A inmensa maioría son de veciños de Tui, Valença ou municipios limítrofes o que evidencia a magnitude da relación entre ambas ribeiras». Considera Cabaleiro que este tránsito por la frontera más antigua de Europa, «é suficientmente clarificador para explicar a necesidade de crear unha vía pensada para o paso de peóns máis que de vehículos».

El proyecto se denomina Parque urbano fluvial transfronterizo Valença-Tui. La eurociudad lanzará en el plazo de cuatro meses un concurso de ideas «para que sexa o máis rico posible». «Non temos dúas cidades senón un único territorio con 40.000 persoas», apuntó Lopes. El presupuesto de partida, con el que concurrirán a fondos europeos, es de 5 millones de euros, aunque podrá ser mayor en función de los servicios que se implementen. Apuestan por complementar el espacio con zonas de ocio y recuerdan que son «la puerta principal de entrada de mercancías y personas entre España y Portugal».