Vitrasa sigue vetando a discapacitados

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Pese al compromiso de Caballero, todavía no permite acceder a los que conducen sus escúteres

11 dic 2016 . Actualizado a las 09:45 h.

El año a punto de concluir ha contemplado un conflicto protagonizado por aquellos discapacitados que manejan sillas de ruedas autónomas, conocidas como escúteres. Cansados de que se le impida el acceso a los autobuses del transporte urbano decidieron plantarse, protestar y exigir. Su demanda fue rápidamente atendida, pero solo de palabra. Se les prometió una solución que seis meses después sigue sin llegar. Mientras tanto, para desplazarse por la ciudad tienen que seguir recurriendo a taxis, con el coste económico y la limitación que supone.

Su caso es especial ya que ni siquiera tienen como recurso el vehículo de Vitrasa destinado a las personas con movilidad reducida. Específicamente creado para atender a la carta a personas discapacitadas, tampoco está a su disposición. En cambio, si se utiliza una silla de ruedas sencilla o incluso con motor, el acceso a los buses urbanos con acompañante no ofrece problema y también pueden pedir desplazamientos en el bus especial.

«Movernos en taxi es carísimo. Llegar al Meixoeiro para una revisión o acercarnos a Samil son 12 euros por cada trayecto, pero no tenemos otro medio», se lamenta Helena Suárez, una de las afectadas más activas contra lo que considera una medida sin sentido que les genera un grave problema.

En este caso no solo no existe discriminación positiva sino quizás todo lo contrario. En el Concello se asume, y Vitrasa lo acepta, ya que es una empresa concesionaria de un servicio municipal que atiende las instrucciones de quien le contrata. Los que tienen en sus manos tomar la decisión aceptaron variar la situación meses atrás, tras las primeras protestas. Insistieron entonces que había problemas legales para aceptar escúteres en los buses urbanos derivados del mayor tamaño de estas sillas, pero que podían solucionarse. También, que era preciso que los afectados realizaran prácticas.

Dicho y hecho, en el mes de julio el colectivo fue convocado en pequeños grupos para realizar pruebas de acceso, anclaje y descenso de los autobuses. Después, mantuvieron contactos con el departamento municipal de Tráfico, el último hace solo unos días, para que se elimine la prohibición, lo que no termina de concretarse.

«Me parece fatal que nos traten así. Nuestros carritos nos dan independencia, pero con ellos nos impiden subir a los vehículos de transporte urbano. En las pruebas que hicimos se demostró que es factible acceder a los autobuses», explica Suárez, molesta con el retraso del Concello en dar una solución. Asume que el colectivo de afectados es reducido, una quincena, y que todos ellos realizaron las prácticas que Vitrasa consideraba imprescindibles. El objetivo es que accedan sin problemas y, a la vez, que no generen dificultades a los demás viajeros ni retrasos en los recorridos de los autobuses.

El Langui abrió la puerta

La protesta de un discapacitado en sillas de ruedas de Madrid, el artista conocido como el Langui, despertó también al colectivo de Vigo. Se plantó en febrero ante un vehículo del transporte urbano madrileño y se negó a moverse si no le permitían acceder. En cuestión de días el consejero de Transportes anunció una modificación de la normativa para que estos vehículos de discapacitados pudieran acceder a los buses.

En la parroquia redondelana de Chapela otro discapacitado siguió su ejemplo con Vitrasa, que unas veces paraba para recogerlo y otras pasaba de largo, lo que le impedía acudir con regularidad al instituto. Como ocurrió con los escúteres, de inmediato el alcalde prometió una solución, que en su caso se ha logrado.

A finales de marzo, un grupo de discapacitados con sillas motorizadas se plantó ante el Concello para pedir una solución. Aunque utiliza una silla no motorizada, contaron con el respaldo del nadador paralímpico Chano Rodríguez, lo que les garantizó mayor repercusión a su reclamación. Rodríguez declaró que «el transporte público es para todos o solo es transporte», una demanda que se mantiene sobre la mesa por parte de un colectivo que sigue esperando.