Bruno Sestelo, estríper: «Los hombres son los que más ovacionan»

ANA TORRES

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

LAS DOS VIDAS DE BRUNO. Este electricista de Pazos de Borbén muda de piel cada fin de semana. En cuanto cae el sol pasa de operario a estríper. En Galicia se lo rifan, él defiende con orgullo sus dos facetas

13 may 2019 . Actualizado a las 09:47 h.

N o tiene una ocupación lo que se diría corriente, aunque juega con las chispas en sus dos oficios. De día Bruno Sestelo (Pazos de Borbén, 34 años) es electricista. Trabajó para empresas del naval en Vigo y también para Citroën. Los fines de semana sigue tirando de monos, aunque un poco distintos a los que viste el operario de una factoría. En Galicia, es uno de los estríperes más populares.

-¿Cómo llega un electricista a estríper?

-Todo empezó con un book de fotos. Daba clases de baile latino y un amigo me sugirió que probara como gogó. Empecé a bailar para hacer un dinero extra los fines de semana. Después, comprobé que como estríper ganaba más dinero y trabajaba menos horas. Y así hasta ahora, desde hace diez años.

-En casa, ¿cómo se lo tomaron?

-Empecé de menos a más, trabajando como bailarín, y se fue asumiendo. Mi madre siempre me dijo: ‘Tú, mientras no te metas en problemas y te mantengas sano, haz lo que quieras’.

-¿Vidas paralelas?

-No son vidas paralelas, solo que el fin de semana, en vez de ir de fiesta, trabajo. 

-¿Cuál es tu área de trabajo?

-Toda la comunidad y a veces también el norte de Portugal y Asturias.

-¿Cómo te promocionas?

-Tengo página web (www.brunostriper.com), algún anuncio, trabajo con agencias... pero lo que mejor funciona es el boca a boca.

-¿Están de capa caída los boys?

-Hay menos trabajo que hace unos años, pero en verano las mujeres siguen haciendo muchas despedidas y siguen queriendo un estríper.

-Además de en despedidas, ¿dónde se te puede ver?

-Bailando. He actuado en eventos como alguna gala contra el cáncer, con Panorama, en concentraciones de motos o en discotecas. Como estríper, también me llaman para cumpleaños y cenas de empresa.

-Eventos mixtos, entonces.

-Sí, y a veces los hombres son los que más me ovacionan. Que ellos, en una cena de empresa o en otro evento te digan «buen trabajo», a mí también me llena.

-¿Lo más incómodo?

-Cuando la anfitriona no se siente a gusto. Yo también lo paso mal ahí.

-¿Conoces a muchos estríperes?

-Uno de mis mejores amigos lo es, pero no es el trabajo más habitual.

-¿Y lo escondes?

-No, para nada. Sé que aún es un poco tabú. No lo voy diciendo por ahí a la primera de cambio, pero tampoco lo oculto.

-Vivimos en un mundo de prejuicios.

-Sí. Se dice que somos más promiscuos, pero no es así, soy como cualquier otro. He tenido novia trabajando de esto. ¡Y siempre fui fiel!

-Y en tu otro trabajo, el diurno, ¿cómo lo llevas?

-A mis compañeros les hacía gracia, preguntaban. Los chicos, sobre todo. Cuando trabajo como electricista no tengo problemas, alguna broma puede haber, pero nunca mal intencionada. Creo que, en el fondo, todo el mundo quiere trabajar en esto.

-Trabajarás como estríper hasta...

-Tenía un amigo que decía: ‘Voy a ser estríper hasta los 80 años‘. Yo no soy de esos. Calculo que antes de los 40 lo dejaré.

-¿Cuántas horas de ejercicio necesitas para estar en forma?

-Lo más importante es la alimentación. Mis platos son, cómo se diría, de hospital. Todo a la plancha, cocido, sin sal y, además, ni bebo alcohol ni fumo. El ejercicio que realizo es de mantenimiento, dos veces a la semana. No vivo en un gimnasio, lo que ocurre es que me gusta el deporte desde crío.

-¿Cómo fue tu debut?

-La primera vez como estríper lo pasé bastante mal. Tenía miedo de que se dieran cuenta de que no era profesional.

-Cuando no eres estríper ¿eres tímido?

-Soy muy extrovertido, si no, no me imaginaría aquí. Eso sí, me da pánico subirme a un escenario y hablar. Puede parecer contradictorio, pero soy así.

-¿Cuál fue tu aforo máximo?

-En una gala benéfica en Vilagarcía, ahí actué ante unas 25.000 personas con una performance.

-¿Cómo te ganas a tu público?

-Creo que acabo gustando porque trato de sacar siempre una sonrisa, de quitarle tensión al momento y que sea algo divertido. Se trata de eso. De pasar unos veinte minutos de risas, distendidos, entre amigas y ya está.

-Por edades, ¿notas diferencias?

-Digamos que, cuantos más maduras, son más divertidas [sonríe].

-¿Dónde te inspiras? ¿Hay algún tipo de copyright interno en el sector?

-No me gusta copiar a otros, sobre todo si son de aquí. Me fijo en los pasos que más gustan, los que más aplauden... Aquí, también hay que innovar.

-¿En Pazos de Borbén saben de esta otra faceta de Bruno?

-Supongo que sí, mi madre seguro que lo cuenta y vive en un pueblo pequeño.

-¿Qué te dice tu madre?

-Mi madre me dice que está orgullosa de mi personalidad, de cómo soy, y que el oficio que uno tenga es lo de menos.