Los buzos cuentan sus peripecias al bajar a la sala de máquinas del barco reflotado en el muelle de Bouzas
05 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El equipo de Ardentia Marine retiró ayer los globos de flotabilidad del Baffin Bay y dieron por finalizado el adrizado (enderezamiento) del congelador de Copemar hundido tras escorarse en un incendio el 3 de diciembre del 2020. En el muelle de reparaciones de Bouzas, los buceadores celebraron el fin de la misión y no pudieron evitar recordar al fantasma del buque que les acompañó durante el mes que les llevó retirar el combustible y reflotar el barco.
La historia del fantasma surgió porque algo movía la escalerilla que los buzos colocaban al bajar a oscuras a la peligrosa sala de máquinas, calcinada e inundada, para poner las bombas de achique. O cuando iban a sellar compartimentos. «Teníamos que meternos por sitios angostos y peligrosos, sin visibilidad, con el riesgo de engancharse en una tubería y con todo suelto y flotando», recuerda un jefe de equipo de buceo, Tiago Ferreira. Al volver, el submarinista se llevaba un susto porque «algo» había movido la escalerilla. Desde tierra, le decían que en los monitores veían merodear el espectro de un marinero filipino. En realidad, la inclinación del barco la movía por inercia. Pero la leyenda del fantasma caló y los buzos miraban de reojo cuando bajaban a manipular las válvulas del depósito de combustible, tal y como les había instruido Faustino, el jefe de máquinas, a pie de muelle.
En el reflote participaron más de 20 personas, entre ingenieros, técnicos de salvamento y buceadores, todos experimentados. La anécdota del fantasma la recordaban ayer el jefe de proyecto, Martín Castiñeira, el salvage master, Miguel Lorenzo, el ingeniero naval Borja Rey y Ferreira (el otro jefe de buceo, Andrés Pita, partió a otra misión). «Era un barco muy difícil de reflotar por su puntal, los de pesca son complicados sin carga», dicen.
Para adentrarse en el Baffin Bay usaron un dron submarino o ROV de medio metro de longitud, que pilotaron desde tierra. «Buscamos uno pequeño, para acceder a espacios a los que los buceadores no llegan o para comprobar sin son zonas seguras. No todos lo tienen, es útil si es muy arriesgado o casi imposible entrar», dice Ferreira.
«La operación entrañaba muchos riesgos por lo que la maniobra se desarrolló de forma muy controlada, el barco cogió escora a estribor pero salió todo como esperábamos», dice Miguel Lorenzo. En el reflote participaron más de 20 personas, entre ingenieros, técnicos de salvamento y buceadores, todos experimentados. Ardentia Marine es desde 2009 proveedor exclusivo de respuesta a emergencias y servicios subacuáticos para Salvamento Marítimo (Sasemar). Entre sus acciones destaca la remoción de combustible, reflotamientos y rescate de buques varados.
Así fue el reflotamiento
Según explican los técnicos de Ardentia Marine, lo primero de todo fue hacer un estudio de ingeniería para saber dónde bombear y recuperar escora. Para extraer el diésel de los tanques, hicieron la retirada secuencial y controlada. Usaron un sistema de valvulería diseñado a medida, sin pérdidas y controlaron desde tierra el vaciado. Para el reflote, colocaron airbags tipo pontoon (globos de flotación), dieron estabilidad y el control de la escora y trimado. Hicieron los compartimentos estancos y colocaron bombas de achique en estos lugares.
El reflotamiento controlado del buque duró 36 horas. Instalaron sistemas de monitorización de desplazamiento para comprobar los movimientos del buque, controlar su estabilidad y con ello la integridad de la operativa. Fue necesario instalar sensores en el casco, enviando las señales a un procesador central de monitorización y control. Con esos datos, el equipo de salvamento observó en tiempo real la escora, trimado y posición del buque. Las labores de reflotamiento se realizaron de forma ralentizada para evitar movimientos no deseados.
La última fase consistió en estabilizar el buque y asegurar su flotabilidad. Para ello, inspeccionaron el interior, los tanques y el casco para comprobar la estanqueidad e idoneidad del mismo.
Los miembros de Ardentia Marine agradecieron la colaboración del armador del buque (Copemar), peritos y seguros del barco y del armador, a la Capitanía Marítima y Autoridad Portuaria de Vigo, a Salvamento Marítimo, Garda Costas de Galicia. Están agradecidos a todos los involucrados en esta operación, especialmente al armador del buque pues, según afirman, sin ellos no hubiese sido posible llegar al resultado exitoso de la operación.
El grupo tiene sedes en Ferrol, Cartagena, Tarragona, Tenerife y Oporto. Es miembro de la International Salvage Union (ISU). En estos años ha realizado decenas de operaciones de inspección de pecios, remoción de combustible y reflotamiento de buques. Destacan el MT Woodford, el Santa Ana en Cabo, la recuperación de palas de aerogeneradores perdidas por el BBC Ontario, en el fondeadero de Viveiro en el 2017, el Panagia Parou, la varada del dragaminas Turia, la remoción in situ del ferry Pinar del Río, la varada del ferry Ecolux y el Bentago Express.