Alarma en Vigo por las autolesiones de adolescentes acosadas en redes

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Los jueces de familia han ordenado este año al menos tres exploraciones psicológicas e internamientos en el Cunqueiro. Muchos casos surgen tras rupturas sentimentales

15 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los juzgados de Vigo han explorado psicológicamente en lo que va de año, al menos, a tres adolescentes que se autolesionaron tras ser víctimas de acoso en las redes sociales o por WhatsApp, generalmente, a manos de su novio o exnovio. Las presiones suelen tener como escenario el entorno del instituto o colegio. Psicólogos consultados están alarmados por el elevado número de casos de víctimas de bullying a través de las redes sociales que se hicieron daño físico. Lo ven como un fenómeno emergente. A su vez, dos juzgados de familia de la ciudad han constatado este año una alta cifra de víctimas adolescentes de bullying con autolesiones entre los pacientes que fueron internados en la unidad psiquiátrica del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.

Las tres exploraciones psicológicas realizadas este año en los juzgados de Vigo desvelaron que las chicas se habían autolesionado con leves cortes en el brazo. Para los psicólogos eso tiene una interpretación: ellas se sentían muy estresadas, nadie las escuchaba y herirse a sí mismas, de forma leve, era el modo de lanzar al mundo una «llamada de atención». Querían que sus allegados se preocupasen por ellas, y que comprendiesen su problemática y que estaban siendo víctimas de un acosador a través de las redes sociales.

En algún caso, los padres revisaron el historial de WhatsApp del móvil de la menor e hicieron capturas de mensajes del supuesto acosador, pruebas que presentaron en la policía para denunciarlo por ciberbullying o acoso a menores por las redes sociales.

Para investigar la denuncia, los jueces ordenaron una exploración psicológica de las víctimas que evaluase la credibilidad de su testimonio. En las entrevistas psicológicas, afloraron casos de ghosting que precipitaron una abrupta ruptura de la relación sentimental. El novio se esfumó sorpresivamente sin motivo y ya no contestaba los wasaps de la víctima ni al móvil. Los padres boomers lo conocen como hacerse el sueco, despedida a la francesa o si te vi no me acuerdo. Para los psicólogos, el ghosting es acoso de manual: «Ignorar a un ser querido es acoso». Un ejemplo es cuando los compañeros de instituto boicotean a otro en redes y lo condenan al ostracismo.

Otras veces, la pareja rompió de malos modos, lo que generó estrés y ansiedad a la víctima. No se trata solo de un desengaño amoroso o una ruptura dolorosa, sino que hay acoso porque en el hilo de WhatsApp de la víctima aflora un historial de mensajes tóxicos que lleva a los padres de la menor a denunciar. Comprendieron que sus hijas se habían autolesionado porque estaban desbordadas y gritaban ayuda. «Muchos que sufren bullying en las redes sociales lo pasan muy mal», dice un experto. Teme que el alza de autolesiones refleje un «efecto contagio».

No solo los psicólogos judiciales han detectado un aumento de casos de adolescentes autolesionadas. Lo mismo han descubierto dos juzgados de familia de Vigo, que reclaman al hospital psiquiátrico crear una unidad exclusiva para menores. La comisión judicial entendió la gravedad de los hechos tras entrevistar a varias adolescentes víctimas de acoso que se autolesionaron y estaban ingresadas en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro. Fueron aisladas en sus habitaciones y alejadas de los pacientes adultos, con otro tipo de patologías. «Nos dicen que se encuentran mal allí porque quieren estar con gente de su edad. Hay bastantes casos de adolescentes y es una casuística diferenciada, hay mucho bullying y anorexia», confirma una letrada judicial de familia.

Dos de estas juristas piden que el hospital abra ya un módulo específico para menores para separarlos de los adultos. «Allí hay muchos críos, muchísimos por intento autolítico, y otros no cuentan sus razones. Desde la pandemia se ha triplicado el número de internados muy jóvenes, de 14. 15 o 16 años. Y para ellos, el estar con los adultos no es el ambiente más adecuado. No les dejan salir ni deambular por el pasillo para no mezclarse con los mayores ni tener problemas. Es imprescindible abrir ya una unidad para menores», apremian.

Un abogado: «Tuve requerimientos de chicas que pedían la retirada en webs de sus fotos desnudas»

El abogado vigués Brais González recuerda su etapa como becario hace diez años en la Agencia Española de Protección de Datos, donde contestaba los requerimientos de ciudadanos por ciberbullying. «Muchos eran de chicas porque sus exparejas habían colgado sus fotografías desnudas en webs y querían que las retirasen, pero ahora este delito ha bajado porque se pena con cárcel», dice. En esa época, no había autolesionadas por ciberbullying, un fenómeno más reciente como han detectado los juzgados de Vigo. «En Vigo, tuve un caso en el que el denunciante de bullying se inventaba cosas pero no de autolesiones. Un niño que sufría acoso por redes de sus compañeros de colegio inventaba cosas para que sus padres no lo supiesen», dice.

La comisaría de Vigo registró del 1 de enero al 30 de abril de este año un total de 755 denuncias presentadas por víctimas de ciberdelitos. De estas, 615 fueron por estafas informáticas (un 27,6 % menos que hace un año) y el resto por otros ciberdelitos, que sumaron 140 (un 42,9 % más que un año atrás, apartado donde se encuadra el ciberbullying.

Las víctimas de ciberdelitos menores de edad en la provincia de Pontevedra son mayoritariamente mujeres, según las estadísticas del Ministerio de Interior del 2021. El Gobierno contabilizó 44 víctimas femeninas frente a 33 varones. Las adolescentes denunciaron 12 casos de acceso e interceptación ilícita en sus equipos informáticos o móviles, cuatro veces más que los hombres. Tres mujeres sufrieron una falsificación informática, sin haber casos de chicos. Hubo 11 víctimas de amenazas y coacciones en la red (frente a 15 varones), y 8 por delitos sexuales.