El supuesto autor del crimen de Lavadores seguirá bajo internamiento psiquiátrico al no mejorar su estado

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

Foto del día del crimen de Lavadores, el pasado jueves 4 de abril
Foto del día del crimen de Lavadores, el pasado jueves 4 de abril XOAN CARLOS GIL

Deja de tener la condición de detenido aunque no ha podido ser informado de su situación como investigado en el homicidio de su hermana

08 abr 2024 . Actualizado a las 15:23 h.

El supuesto autor del crimen de Lavadores, Juan D.E., de 63 años, seguirá en internamiento en la Unidad Psiquiátrica del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Así lo ha decretado el Juzgado de Instrucción número 2 de Vigo tras consultar a los médicos.

El supuesto autor, que padece una enfermedad psíquica, sigue sin estar en condiciones de declarar respecto al homicidio de su hermana, según fuentes judiciales. 

El implicado deja de tener la condición de detenido porque el arresto no se puede prorrogar más tiempo de 72 horas, por lo que continúa en situación de internamiento involuntario. 

Cuando reciba el alta, el centro hospitalario tiene la obligación de avisar al juzgado para que tome las medidas oportunas y para informar al sospechoso de su situación legal.

Los hechos

La alerta surgió en una casa del barrio de Lavadores el pasado jueves al mediodía. Eran las 13.41 horas cuando la primera patrulla de la Policía Nacional se personó en el escenario del crimen. Allí estaban ya los profesionales sanitarios que vieron a la víctima, su hermana María del Carmen, de 71 años, herida mortalmente.

Los agentes procedieron entonces a localizar al hermano, que encontraron en otra habitación dentro de la cama. «Llevo durmiendo cuatro días, no lo sé, no recuerdo nada», fue toda la respuesta que obtuvieron al encontrarlo y detenerlo, tras ver el arma homicida, restos de sangre y otras pruebas incriminatorias en la estancia. 

El primero en llegar a la zona fue un cuñado de la fallecida, que cuida la vivienda. Explicó que Maricarmen «acudió al domicilio para dejar dinero a su hermano a la espera de que los Servicios Sociales de la Xunta se hicieran cargo de la custodia del presunto autor del crimen». Más testimonios de otros allegados confirmaron la deriva de Juan D.E. en los últimos días, cada vez más afectado por su esquizofrenia.

Desde el 2015, está bajo curatela [una medida de apoyo que se aplica a personas que no tienen plena capacidad y requieren de asistencia] de la Fundación Galega para o Apoio ao Exercicio da Capacidade Xurídica (Funga), dependiente de la Xunta, debido a sus problemas de salud mental y otras circunstancias, y recibía atención de proximidad y médica, según la Consellería de Política Social.

Carta de la familia

La familia de la fallecida, María del Carmen D.E., quiso aprovechar para hacer un llamamiento a la reflexión. «Creo que el trágico final que ha tenido mi madre tendría que darnos que pensar, para replantearnos muchas cuestiones relacionadas con la forma en que está avanzando esta sociedad, en la que se ofrecen falsamente múltiples servicios o coberturas sociales, que parecen completar un nivel de bienestar determinado, pero que realmente no son más que una mera apariencia, una suerte de burlería que emplean los políticos, apoltronados en sus cómodos puestos, para contentar a sus votantes», reflexionan los allegados.

Sostiene que «si los mecanismos prometidos por los políticos y por las administraciones hubieran sido desplegados, mi madre ahora no estaría muerta». «En estos momentos desconozco si esa falla se debe a la negligencia de alguna persona que no ha realizado correctamente su trabajo, por falta de empatía o por dejadez, o si responde más a una falta de recursos económicos, pero me encargaré de averiguarlo», advierte.

En su misiva, su hijo recuerda y comparte pensamientos de la víctima. «Ya lo decía mi madre, que estábamos perdiendo el norte cuando resulta que un perro parece tener las necesidades más cubiertas que una persona o cuando ese mismo perro provoca más sentimientos o más empatía en la generalidad de la gente que una persona que pueda estar tirada en la calle o desatendida en su casa durante largo tiempo. Y no se entiende. Esperemos que estos perros puedan luego pagarnos las pensiones».