La espiral de violencia crece en Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Expertos sospechan que el alto volumen de droga y la falta de policías hacen aflorar conflictos

10 abr 2024 . Actualizado a las 01:10 h.

Unos agentes y policías de paisano registraron ayer por enésima vez la narcocasa situada a escasos metros de la Cidade da Xustiza de Vigo para controlar a unos intrusos que se habían colado dentro supuestamente para trapichear. Esta vivienda simboliza hasta qué punto la droga está visible en la ciudad. Los expertos consultados aseguran que están llegando barcos llenos de toneladas de droga, hay mayor volumen circulando por la ciudad, más barata y asequible y menos policías para controlarlo. Un cóctel explosivo.

El resultado es más trifulcas entre los proveedores para disputarse un mercado saturado sin perder beneficios porque todos quieren llevarse su trozo de la tarta y no da para más. Esta es una de las principales teorías policiales que explica el aumento de los delitos violentos en Vigo desde el pasado verano y, en especial, en los últimos meses. Al tener los ciudadanos más acceso a drogas baratas y en abundancia, son más propensos a las riñas en las zonas de ocio o a perpetrar ajustes de cuentas o vuelcos.

En el 2023, se contabilizaron 479 delitos violentos en Vigo (asesinatos, intentos de homicidio, riñas callejeras, agresiones sexuales y atracos), un 13 % más que el año anterior. Lo más preocupante fueron las tentativas de homicidio, que pasaron de 4 a 9, un 125 % más. Además, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer contabilizó la cifra récord de 1.300 denuncias presentadas por maltratadas. Hubo 91 investigaciones por tráfico de drogas, un 15 % más que un año antes. A ello se suma que los ladrones son más osados y entran más en las casas habitadas, lo que siempre supone un riesgo de peleas o lesiones. En el 2023, hubo 311 denuncias por asaltos a viviendas, un 8 % más.

Aunque por número total de infracciones descendió y Vigo tiene una ratio modesta de 41 denuncias por 1.000 habitantes, lo preocupante es que están subiendo todos los delitos graves que causan daños físicos a los ciudadanos.

Las alarmas saltaron en el primer trimestre del 2024. En apenas un par de meses, la Brigada de Homicidios de la comisaría de Vigo ha investigado tres crímenes en Vigo, una brutal paliza en un monte y un disparo en el abdomen a un joven en Tui.

La espiral de violencia comenzó en agosto, cuando O Chioleiro, condenado por dos crímenes de mujeres, supuestamente, acuchilló mortalmente a su compañera de calle en una habitación alquilada que compartían en una pensión de la calle Fragoso. El cadáver se descubrió dentro de una maleta el pasado febrero, casi ocho meses después.

A ello se sumaron en esta última semana otros dos homicidios. Por un lado, el pasado jueves, un vecino de Lavadores sufrió un brote psicótico y apuñaló mortalmente a su hermana. El juez autorizó ayer que este continúe bajo tratamiento psiquiátrico en el Hospital Álvaro Cunqueiro, a la espera de que mejore su salud mental para informarle de su situación como investigado en el crimen. Ya no tiene la condición de detenido.

El otro caso fue el sábado por la noche cuando un vecino de la calle de Abaixo, en el Rocío, en Coia disparó a bocajarro con una escopeta en la cara a un conocido con el que tenía discrepancias, presuntamente por temas de droga.

A ello se suman otros episodios que pudieron acabar en tragedia pero las víctimas sobrevivieron. En un reciente caso, un joven fue tiroteado en Tui, recibió un balazo en el abdomen y un desconocido llevó en coche a la víctima hasta el Hospital de O Meixoeiro, donde lo dejó en la puerta. Todo hace sospechar que había un trasfondo de drogas que la policía está investigando.

Además, otro hombre recibió una brutal paliza en un monte e incluso se llegó a decir que le habían clavado unas tijeras en el cuello aunque el juzgado lo niega. El lesionado fue evacuado a un hospital y se salvó.

«La violencia y delitos graves se adueñan de Vigo», dice el secretario de comunicación en Galicia de la Confederación Española de Policía (CEP), José Javier Martínez. «Estamos matando moscas a cañonazos, Vigo se ha convertido en un avispero donde cada día hay más delincuentes en las calles y menos policías para hacerles frente, una muestra de ello es proliferación de puntos de ventas de droga por numerosas calles de la ciudad en un momento en que hay menos grupos y policías que persigan este delito», afirma Martínez.

«Llevamos años denunciando que en Vigo hacían falta cien agentes más de Policía Nacional y mayor número de funcionarios de cuerpos generales para hacer labores administrativas», añade.

Algunos agentes que trabajan en la calle incluso se quejan de que tienen que hacer tareas de oficina como expedir DNI porque falta personal.

Otra de las quejas policiales es que los tres grupos antidroga de Vigo se han reducido a dos en un momento en el que llegan más toneladas de cocaína a las costas gallegas. Las grandes aprehensiones del 2023 lo demuestran.