David Macía confiesa la autoría del crimen del profesor de Vigo: «No sé por qué lo maté»
VIGO CIUDAD
Un miembro del jurado le preguntó los motivos del homicidio y el acusado admitió que ignora las razones
02 oct 2024 . Actualizado a las 01:03 h.El acusado David Macía, de 24 años, ha confesado la autoría del crimen del profesor jubilado de Vigo Benito Torreiro en la segunda sesión del juicio con jurado. Ante las preguntas del fiscal, este contestó afirmativamente a todo y reconoció que acuchilló y golpeó a su víctima y que luego usó sus tarjetas de crédito o contrató otras virtuales a nombre del difunto para hacer compras por valor de 17.000 euros a lo largo de una semana entre el 28 de diciembre del 2021 y el 4 de enero del 2022, cuando fue detenido.
El acusado también reconoció su voz en una grabación telefónica donde ordenó a una entidad bancaria que ampliase sin límite la disposición del crédito de una tarjeta del fallecido.
En un momento de tensión, un miembro del jurado le preguntó por qué mató a Benito Torreiro y el joven contestó: «No lo sé».
Otro miembro del jurado preguntó al autor confeso del crimen qué relación tenía con la víctima y este se negó a contestar.
Con su intervención, el implicado ha cumplido su parte del trato con la Fiscalía para declararse culpable de un delito de homicidio.
Tras el reconocimiento de los hechos, declaró la sobrina del difunto, que fue la que abrió la puerta del piso de su tío en la calle Areal a los policías. Estos hallaron el cadáver del maestro jubilado en el salón, junto al sofá, en un charco de sangre. Tenía golpes y cuchilladas. Llevaba una semana muerto.
También declararon por videoconferencia varios agentes e investigadores que inspeccionaron la escena del crimen. La Fiscalía es la única que ha hecho preguntas a los testigos.
El acusado ya ha abonado 37.000 euros de indemnización a los dos hermanos del finado, con lo que estos dan por saldada la responsabilidad civil. Sus abogados no han hecho más preguntas en el juicio.
El resto del juicio giró en torno a probar el delito de estafa continuada. El fiscal demostró en el juicio el despilfarro que hizo el acusado con el dinero del difunto: se compró dos coches de segunda mano e invitó a copas y cenas. También se iba con sus amigos a hacer apuestas en el Casino de Vigo y se apostó 500 euros con un amigo si se bajaba en la calle los calzoncillos, dinero que le ingresó a través de un bízum.
Todos estos pagos los hacía con un teléfono iPhone del difunto que David Macía solo usaba para temas de dinero, según contó un colega suyo. Un menor contó en el juicio que le dejó a David 80 euros para apostar en el Casino y el acusado le prometió devolverle 150 euros tanto si ganaba como perdía.
En la vista han declarado amigos del fallecido que decían que un impostor les contestaba los mensajes de Feliz Año con palabras en gallego, idioma que Benito Torreiro nunca usaba. El presidente de la sala apercibió varias veces al fiscal para que centrase su interrogatorio a los testigos en el escrito fiscal cuyos hechos reconoció el acusado.
Los hechos
En la primera jornada de juicio, celebrada ayer, el fiscal llegó a calificar el crimen como estremecedor, pero mantuvo en pie el pacto sobre la pena de diez años y medio de cárcel por el delito de homicidio y otro año por estafa continuada al que llegó con el abogado del joven.
El crimen ha sido calificado como homicidio en vez de asesinato porque el implicado no planificó la muerte sino que, según la conjetura del fiscal, la agresión surgió durante una riña en una cena en la casa del fallecido, que le reprochó al joven que hubiese clonado su tarjeta de crédito porque le llegaron cargos de compras no autorizadas. El implicado cogió una bola de mármol del salón y golpeó en la cabeza a la víctima. Luego buscó un cuchillo de cocina para impedirle huir y le asestó 21 cuchilladas, una de ellas en el cuello y mortal de necesidad. Dejó un reguero de pistas, con ADN en el mango del cuchillo y en unas zapatillas. La señal telefónica lo sitúa en el piso o el barrio antes del crimen.
Luego, se compró dos coches, invitó a sus amigos a copas y compró ropas con dinero del fallecido. En apenas tres días, usó una tarjeta virtual de pago por teléfono móvil, que contrató con los datos personales del difunto. Los extractos bancarios prueban que, en palabras del abogado de un hermano del fallecido, Macía «se fundió más de 10.000 euros en tres días en chorradas».
El juicio se celebra en la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. El joven iba a ser interrogado este lunes, pero se retrasó a este martes para permitir que el fiscal expusiese un detallado informe al jurado. Aunque hoy haya pacto, la ley obliga a celebrar todo el juicio, pero se acortará si renuncian a testigos.