Sexo, mentiras y bailes
Sexo, mentiras y bailes
Viernes, 04 de Octubre 2024, 11:06h
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En el año 2022, la iglesia mormona vivió uno de los escándalos más sonados de su historia. Taylor Frankie Paul, una mujer de este movimiento religioso que formaba parte de un grupo de madres mormonas tiktokers de Utah (Estados Unidos), subió un vídeo en el que le contaba a sus 3,5 millones de seguidores que ella y su marido Tate practicaban soft swinging, un juego de intercambio de parejas en el que se permitía el roce pero nunca llegar hasta el final. ¿El drama? Que ella hizo trampas.
En el vídeo, Taylor añadía que haberse saltado las normas (y haber sido un poco más hard que soft con un hombre que no era su marido) le había hecho enfrentarse al colapso de su matrimonio, que se iba a divorciar y que allí había más parejas que se encontraban en el mismo caso. No daba nombres, pero el resto de las madres del grupo conocido como MomTok salió rápidamente a decir que ellas no hacían esas cosas. En ese momento ya se habían convertido en famosas influencers con grandes ingresos gracias a sus bailes en redes sociales. Juntas cuentan con 11,3 millones de seguidores en TikTok.
Las amigas se distanciaron, la protagonista empezó una relación con Dakota Mortensen, el adicto en recuperación con el que engañó «un poco más de lo que debía» a su marido y en 2023 la volvió a liar. En esta ocasión, con arresto por violencia doméstica en presencia de un niño tras una pelea con su nuevo novio y con mucho alcohol en las venas.
¿Que si hay alguno de estos episodios que no admita su religión? Pues básicamente todos: ni alcohol ni malas palabras ni relaciones sexuales antes del matrimonio.
También parece que las MomTokers patinan un poco con la recomendación de su iglesia sobre ser humildes. Porque ellas, con sus extensiones de pelo, sus labios carnosos, hiperarregladas y tan cortadas (literalmente) por el mismo patrón que apenas se diferencian unas de otras, son más de ‘antes muerta que sencilla’: «Sí, eso es Utah: nos dedicamos a la cirugía plástica, al bótox, a las extensiones de pelo, al maquillaje… a todo», dice Ngatikaura, una de las madres que tiene su propio negocio de peluquería.
Y es ahí donde radica el éxito de La vida secreta de las esposas mormonas, el reality de Disney+ que ha seguido las andanzas de todas ellas y las ha vuelto a juntar.
Según The Sunday Times, «los intentos del grupo de reconstruir tanto las amistades como la lucrativa marca MomTok es el abismo entre las expectativas de las mujeres mormonas y de la iglesia (ser modestas, diligentes, obedientes) y la 'realidad' de las MomTokers, que involucran mucho secador de pelo, mucho bótox y mucha ropa ajustada, así como grandes casas, grandes coches y grandes cocinas».
Así que la iglesia mormona está que trina. En respuesta al estreno del programa, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (su nombre completo) emitió una declaración titulada Cuando los medios de entretenimiento distorsionan la fe. En el texto que subieron a su página web aseguran que la industria del entretenimiento «recurre a estereotipos o tergiversaciones groseras que son de mal gusto y tienen consecuencias en la vida real para las personas de fe». Y añaden: «Comprendemos la fascinación que algunos medios de comunicación sienten por la Iglesia, pero lamentamos que las representaciones a menudo se basen en el sensacionalismo y las inexactitudes que no reflejan de manera justa y completa la vida de nuestros miembros de la Iglesia o las creencias sagradas que aprecian».
«Me encanta la iglesia mormona, pero debemos seguir demasiadas reglas», explica Mikayla Matthews, una de las Momtokers. Mientras su compañera Whitney explica: «Nos criaron para ser amas de casa de un hombre y para satisfacer todos sus deseos. Hay muchas reglas que hay que seguir, como tener hijos cuando tienes 21 años». Y, concluye: «Estamos rompiendo la norma. Estamos tratando de cambiar el estigma de los roles de género en la cultura mormona».
En uno de los episodios de La vida secreta de las esposas mormonas, Taylor queda con dos de las chicas y todas comentan lo maravillosos que son sus pechos operados. En otro, Layla, una madre divorciada de dos hijos, explica que nunca ha tenido un orgasmo. «En nuestra comunidad no se habla de sexo», dice Taylor. «Hay muchas chicas que tienen miedo de hablar de sexo, pero la gente tiene sexo. La gente tiene aventuras».
En el polo opuesto, pero también mormona y también famosa, está Hannah Neeleman, más conocida como Ballerina Farm. Ama de casa e influencer, tiene 34 años, ocho hijos y diez millones de seguidores en Instagram. Se crio en una familia de mormones y, tras conocer a su actual marido y casarse, dejó atrás los escenarios de Nueva York para vivir en una granja en Utah. Ahora lo pasa genial: hace pan de masa madre, pasta artesanal, ordeña vacas y cuida de todos sus retoños sin ningún tipo de ayuda. «A veces termina tan agotada que no puede levantarse de la cama en una semana», decía orgulloso su marido durante una entrevista reciente que ella (no él) concedía a The New York Times.
Hannah Neeleman se ajusta a todas los 'cánones' de la mujer mormona, salvo por su extrema visibilidad pública. Comparte todo lo que hace y, aunque lo que hace se ajusta a la tendencia tradwife —las esposas tradicionales que eligen ser amas de casa 'como las de antes'—, su presencia en redes no deja de ser singular para una religión que durante años se caracterizó por su extremada discreción.
Sé dócil: Reza y obedece es un documental dirigido por Rachel Dretzin que cuenta la historia de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (FLDS), y de su aterrador líder, Warren Jeffs, que, cuando fue condenado a cadena perpetua en 2008, tenía 60 esposas. Sus incontables crímenes por violación y pederastia se unían a otros tantos fraudes y delitos... Leer más
Tampoco es que sea una religión con mucha antigüedad. El mormonismo, nombre informal que recibe el Movimiento de los Santos de los Últimos Días, fue fundado por Joseph Smith en 1830, un predicador que aseguraba que hablaba con Dios y que había recibido de Él unos escritos que se convertirían en las bases y leyes de una nueva sociedad. A pesar de que esas normas, poligamia incluida, contravenían algunas leyes terrenas, Smith y sus sucesores lograron aglutinar a suficientes seguidores en el medio oeste americano como para asentarse y 'colonizar' los terrenos casi inhabitados de Utah. La religión mormona tiene hoy 17 millones de seguidores, la mayoría en Estados Unidos, pero son más que judíos hay en el mundo: 13 millones.
Sin embargo, los mormones no tenían apenas presencia en la industria del entretenimiento (y si están pensando en la película Único Testigo, esos son amish). La primera serie que se adentró en el universo mormón fue Big Love, en 2006, que giraba en torno al propietario de un casino con tres esposas y nueve hijos y tres casas que mantener. Este polígamo de Salt Lake City se debatía entre sus intereses empresariales y sus tradiciones familiares y permitía al espectador asomarse a unas costumbres bastante desconocidas y, por ello, interesantes, como también ha demostrado el reciente éxito en España del musical The Book of Mormon.
Este año, además de las 'mormonas Kardashian', otra serie en este entorno ha sido un éxito: Por mandato del cielo (Disney+), un thriller que aborda el lado oscuro del sector fundamentalista de los mormones y la compleja realidad a la que se enfrentan los practicantes de esta religión en el siglo XXI. Y está a punto de estrenarse la película Heretic, en la que Hugh Grant hace por primera vez de 'malo malísimo', una película de terror que comienza con dos misioneras mormonas llamando a su puerta. Aunque la verdadera historia de terror es la del documental Se dócil: reza y obedece (Netflix) que cuenta la historia, muy real, de Warren Jeffs, líder de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la facción más radical de los mormones, condenado hoy a cadena perpetua por innumerables delitos de violación, pederastia y abusos sexuales.