Viernes, 12 de Diciembre 2025, 10:22h
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Osa uno de nuestros lectores conjugar este verbo que nuestro siglo trepidante casi ha desterrado a la categoría de acción sospechosa, inconveniente o indicativa de debilidad por parte de quien la practica. La gente que corta el bacalao, la que nos influye, inspira, aguijonea y dirige no se permite perder el tiempo en darle un par de vueltas a nada: según viene el toro de los problemas lo torea con desparpajo y devuelve todas las pelotas a bote pronto, no vaya a pasar por un amuermado, un lento, un perdedor. Si no te mueves más rápido que los demás no sales en la foto, que ya no es analógica, ni siquiera real, sino mediada por el algoritmo que todo lo mejora y optimiza y que dicta la tendencia, el éxito, el todo. Muy bien, para quien se conforme con eso. Nuestra vida, por fortuna, posee otras dimensiones.
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