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EL BLOC DEL CARTERO

Reciclaje

Lorenzo Silva

Martes, 25 de Septiembre 2018

Tiempo de lectura: 4 min

Nos invita un lector a practicar con más celo el ejercicio cívico del reciclaje de residuos -que algunos entre nosotros tienen bastante descuidado- y, ya que nos ponemos, a que extendamos esta sana práctica al ámbito de otros residuos, los morales, de los que a la vista está que no hacemos la mejor gestión posible. Se refiere en particular al inveterado afán hispano de jorobar al prójimo o darle en la cresta con lo que cada cual tiene más a mano -ya sea una idea, un agravio, una patria irrenunciable o la mezcla turbia de todas esas cosas-. No le falta razón a su petición ni tampoco a su pronóstico de que mucho mejor nos luciría si acertáramos a reciclar las cáscaras de odio y los envases de discordia, para reemplazarlos por el empeño compartido en hacer mejor lo de todos. ¿Tanto nos cuesta?LA CARTA DE LA SEMANA

Soñando con barrotes

Un día se terminaron la agenda repleta de compromisos y mis responsabilidades laborales. Me volqué en mi familia y amigos, en aficiones pospuestas. Voy perdiendo facultades, no por dejadez, sino por ley de vida. No oigo bien. Y aunque intento hacer ejercicio, voy perdiendo también resistencia. Toda mi vida he tomado decisiones, en el trabajo y en política, cuando me dediqué a ello. También en la familia. Muchos me han pedido consejo. Hoy, menos. La vida avanza rápida y siento que es la hora de las pérdidas. Llevo un mes ingresada en un modernísimo hospital y me siento muy atendida. Pero un detalle me mata: no hay manillas en las ventanas. Mi yerno dice que es la tendencia, que la ventilación es inteligente y no hace falta abrir ventanas. Voy a enloquecer con este encierro. Llevo días soñando con unos barrotes carcelarios por los que pasa el aire. Hoy lo he comentado con Itziar, la enfermera tan maja. Me ha escuchado y ha conseguido una manilla, 'la' manilla y ha abierto la ventana como una concesión especial.Susana Aragón Fernández (Correo electrónico)
Por qué la he premiado... Por cómo ayuda, desde su atalaya, a valorar lo que somos y tenemos, lo que seremos y tendremos.

La guerra terminó

Desconozco las motivaciones -más allá de las penurias de la época- de Germán Visús y José Mir para defender, respectivamente, al Ejército Nacional y al Ejército Popular de la República en la batalla del Ebro, hace 80 años. Ambos han protagonizado un vídeo en el que son capaces de mantener una conversación distendida sobre lo que les ha deparado la vida. Y esas imágenes -según el presidente del Gobierno- pretenden utilizarse en la conmemoración del 40.º aniversario de la Constitución. Ante lo que algunos representantes políticos y colectivos no han tardado en escandalizarse. Pero ni Germán representa al general Franco y los rebeldes, ni José hace lo propio con Azaña y los suyos. Como tampoco su actual buena sintonía se debe únicamente a la posibilidad de votar la Carta Magna en su momento. Lo que seguramente más ha contribuido a su actual relación es que lo que los condujo a uno u otro bando hace muchos años que terminó. Su amena conversación, no obstante, ha pretendido ser interrumpida por quienes siguen viendo en ellos a los vencedores y a los vencidos, y por quienes sin haber sidoÿ testigos de lo que ellos fueron en el pasado pretenden -probablemente en una cerrada defensa de sus ocupaciones actuales- seguir viendo heridas abiertas donde Germán y José solo ven dolorosas cicatrices.Luis Alberto Rodríguez Arroyo, Santo Tomás de las Ollas (León)

Reciclar España y a los españoles

Siempre me ha llamado la atención la gran dificultad que tenemos en este país a la hora de reciclar la basura y, mire usted, lo fácil que en verdad resulta.Porque hay contenedores muy claritos y para todo tipo de residuos. Pues nada, a tirar todo sin discriminar una basura de otra. Supongo que la explicación es que carecemos de una cultura ecológica y que a una gran mayoría le importa más bien poco el futuro de las nuevas generaciones. Pero el problema mayor no es ese, desgraciadamente. También hay una basura tóxica sin eliminar ni reciclar, que es esa dichosa manía de hacernos los unos a los otros la puñeta a la primera ocasión que se nos presente. Y no hablo solamente de la política, qué va. Me refiero a la sociedad en general. Desde el Siglo de Oro de las letras, que dio lugar a grandes autores, pero fue el comienzo de una progresiva decadencia, en lo social y en lo ético. Ortega lo recogió de manera única y magistral en España invertebrada, ensayo de obligada lectura. Pues eso, reciclemos, y bien a fondo, el tejido epidémico de esta nación. Para el bien de la sociedad, limpiando las toxinas y favoreciendo las endorfinas, hormonas de la felicidad de los pueblos.Julio J. Elías Baturones (Sevilla)

Vivir sin ilusión

Todos los días, suelo ver en mi calle a un chico joven con un carrito azul de propaganda, repartiéndola por la zona que  tiene asignada. Brevemente, nos saludamos y me explica su situación, que es como la de muchos: soltero, con un trabajo malo, con un sueldo peor, sin pareja, sin hijos y sin casa. ¿A qué va a acceder con unos 700 euros al mes? A aguantarse y conformarse. La solución de Renta General de Inserción no hay manera de que funcione bien, dicen que se la dan a los inmigrantes. No lo quiero creer. Me gustaría que alguien del Gobierno nos brindara más datos. Además, eso -aunque soluciona algo- no será viable en nuestro país para que sea como una renta vitalicia, eso está lejos. De esa manera, hay mucha gente como mi amigo Gari y aun peor. Él ya tiene treinta y pico años. Eso es vivir pobremente sin ilusión, más que vivir al día, sin poder ahorrar nada, y de momento poder ayudar a sus padres.Pedro Gil  Pondal, Getxo (Vizcaya)