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Julieta Serrano 'Me tomaban por lesbiana cuando no sabía ni lo que era eso'

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A sus 88 años, Julieta no deja de trabajar —acaba de terminar de rodar con Almodóvar— ni de recibir premios: «A veces creo que me los dan antes de que desaparezca». Hablamos con ella del pasado y de un presente que ni la COVID logra ensombrecer.

Por Virginia Drake/Foto: Javier Ocaña

Jueves, 24 de Junio 2021

Tiempo de lectura: 9 min

Nacida en el barcelonés barrio del Poble Sec en 1933, Julieta Serrano lleva seis décadas viviendo en Madrid y se siente de todas partes y de todos los tiempos. Acaba de ser galardonada con el Premio Corral de Comedias, que recibirá el próximo 1 de julio, en el transcurso de la apertura de la 44ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Por este motivo, nos citamos en las dependencias del Circo Price de Madrid, apenas unos días después de participar en el rodaje de Madres paralelas, la nueva película de Pedro Almodóvar.

XLSemanal. Oiga, está usted estupenda.

Julieta Serrano. Bueno, un poco sorda y hoy no llevo los audífonos.

XL. ¡Mal empezamos! (risas)

J.S. Pero ya estoy vacunada; así que, si quieres, puedes quitarte la mascarilla para que pueda entenderte mejor.

XL. ¿Nos separamos un poco más entonces?

J.S. Muy bien, pero entonces habla alto y vocaliza, como si fueras a estrenar una obra de teatro.

Julieta es muy dulce y tiene mirada de mujer pizpireta que sonríe nada más saludarte y que mantiene la sonrisa hasta el final de nuestra conversación.

XL. ¿Se siente liberada tras vacunarse?

J.S. No he tenido mucho miedo a la COVID, fíjate. Aunque, después de haber pasado una guerra civil, que es lo peor que se puede pasar, este virus me ha parecido algo insólito y sorprendente. La familia de mi madre es valenciana y tengo allí primos y sobrinos, y cuando oí decir que se anulaban las Fallas pensé que esto tenía que ser gravísimo, me quedé alucinada. Después, cuando pasó lo de las residencias me pareció terrible.

XL. ¿Es usted religiosa?

J.S. No; soy agnóstica, pero no me importaría que hubiera otra vida. No sigo ninguna religión, pero al ver el universo tan inmenso y tan maravilloso a veces pienso que algo tiene que haber. Tengo dudas.

XL. ¿Vive sola?

J.S. Sí. Yo estoy bien por dentro aunque por fuera tengo mis achaques. Me duele un poco la pierna porque me he roto el menisco y, como no he podido hacer ejercicio este año de pandemia, lo estoy notando; pero ya he empezado a andar un poco más. También, hace diez años, me operaron la cadera y no me la dejaron demasiado bien.

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En 'Mi querida señorita', filme de Jaime de Armiñán, de 1972, con José Luis López Vázquez.

XL. Estará aburrida de oír que no aparenta la edad que tiene.

J.S. Me lo dicen siempre, sí. Yo tampoco me creo la edad que tengo (ríe). En esto del aspecto, soy igualita a mi madre, que tenía cara de niña y siempre le hacían diez años menos.

XL. He leído que no se llevaba muy bien con ella y que no le hacía tanta gracia el parecido que tenían.

J.S. ¡Ja, ja, ja! Eso fue en una etapa de nuestras vidas, pero todo cambia y se arregló un poco al final. Menos mal que todo cambia.

XL. Cuenta que sus amigas actrices se operaban para parecer más jóvenes.

J.S. Sí, pero yo no me he operado nunca nada. Si me opero para pretender parecer más joven, voy a quedar muy rara cuando me quieran dar papeles más acordes con mi edad.

XL. La última vez que hablamos, hace un par de años, le habían concedido en el Festival de Málaga la Biznaga Ciudad del Paraíso. Luego, vino el Goya, ahora el Corral de Comedias...

J.S. ¡Uy! Estos últimos años han sido como un tsunami de premios. A veces pienso que me dan muchos premios antes de que desaparezca (ríe).

'No sigo ninguna religión, pero al ver el universo tan inmenso y tan maravilloso a veces pienso que algo tiene que haber. Tengo dudas'

XL. No tiene hijos, ¿qué cree que pasará con sus premios?

J.S. Tengo una sobrina muy querida. Pobrecita, no quiero castigarla de esta manera con esta cruz. No dejo de decirle que, cuando pase lo que tenga que pasar, haga lo que quiera con todo esto: que lo regale o que se lo venda a alguien del Rastro.

XL. Ha contado que los mejores años de su carrera fueron entre los 40 y los 50.

J.S. Sí; no paré de trabajar, fue cuando me convertí de verdad en actriz profesional.

XL. Nació en Cataluña pero lleva más de 60 años en Madrid.

J.S. Exactamente 63, pero estuve siete años yendo y viniendo, porque no me hacía a la idea de que me iba a quedar aquí. Tengo casa en los dos sitios.

XL. ¿Y dónde vive mejor? (risas).

J.S. En la casa de Madrid, porque la de Barcelona es un apartamento pequeño y la de aquí es muy bonita. Pero vivo con mucha tristeza todo lo que está ocurriendo en Cataluña.

XL. ¿Cree que el indulto a los presos del procés ayudará a desbloquear el conflicto?

J.S. Lo que me parece es que hay una confusión terrible y que no se aclara nadie. Yo no soy independentista y me parece un disparate. Yo me siento de todas partes y adoro Barcelona. Me pasé años y años añorándola cuando me vine a vivir a Madrid. En cuanto terminaba de trabajar, aunque solo fuera para pasar un día en mi barrio del Poble Sec, me iba a Barcelona en esos trenes tremendos de madera que tardaban nueve horas en llegar. Echaba de menos respirar el aire de allí, a mi familia, a mis amigos… Y eso que Madrid me acogió como acoge siempre a todo el mundo, con los brazos abiertos. Esperemos que no se estropee nunca la generosidad tremenda que tiene Madrid con todo el mundo.

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Julieta Serrano (con sombrero) en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', de Pedro Almodóvar, estrenada en 1988.Cordon

XL. Fue sobre todo actriz de teatro, hasta que terminó inmortalizada en el cine de la mano de Almodóvar. Después de rodar siete películas con Pedro, ya no podemos llamarla ‘chica Almodóvar’, es usted una de sus musas.

J.S. ¡Ja, ja, ja! Mejor llámame ‘señora Almodóvar’, porque de ‘chica’ ya tengo poco. Es verdad que empecé haciendo más teatro, que es una cosa frágil y efímera, donde cada función es distinta cada noche. Sin embargo, el cine, aunque estás muy sometida a lo que dice el director, es más eterno.

XL. A estas alturas, ¿se atreve a decirle a Pedro que algo de su papel no le gusta?

J.S. Yo soy muy disciplinada, pero si hay algo que no lo veo del todo, claro que se lo digo.

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Julieta vuelve en 'Madres paralelas', lo nuevo recién rodado de Almodóvar. Con él, Penélope Cruz, Rossy de Palma y su hermano Agustín.

XL. ¿Cómo es su papel en 'Madres paralelas'?

J.S. Esta vez tengo un papelito muy corto, pero es muy bonito y muy emocionante. La película habla de la relación entre madres e hijas. Las ‘madres paralelas’ son Penélope, que es una madre mayor, y Milena Smit, que es una madre muy jovencita. Pero hay otra madre, Aitana Sánchez-Gijón, que es la madre de Milena y está fenomenal. A mí esta vez me ha tocado ser la abuelísima, pero no te puedo decir nada más.

XL. Tres veces ha sido la madre de Antonio Banderas, es como si formaran una tribu almodovariana: Rossy de Palma, Penélope Cruz, Antonio Banderas, Julieta Serrano…

J.S. Pedro tiene un equipazo enorme de gente maravillosa. Ya me gustaría volver a ser la madre de Antonio. No tiene nombre lo de él: cómo se expresa, cómo te trata, el corazón enorme que tiene...

XL. ¿Siempre que Pedro la ha llamado le ha dicho que sí?

J.S. ¡Hombre, claro!, y ni pregunto por el papel. Con otros directores sí pido que me manden el guion, para ver si lo hago o no. A Pedro no le preguntas nada, le dices que sí al momento.

XL. Dice su amigo Pedro que usted no se vende bien porque no tiene ambición.

J.S. ¡Y tiene razón! Tengo ambición por hacer bien las cosas, pero no he perseguido nunca la fama. Quizá no sé venderme porque no tengo mucho ego. Los actores somos exhibicionistas, egocéntricos, vanidosos…, pero yo no lo soy mucho porque soy muy crítica conmigo misma, me trato bastante mal. Soy poco ecuánime: a veces me siento un sol y otras menos que nada.

'No tengo ambición, nunca he perseguido la fama. Quizá no sé venderme porque no tengo mucho ego'

XL. Cuando cumplió 60 años de carrera hizo una fiesta de jubilación… pero, no.

J.S. Pensé que ya era momento de retirarme y di una copita a los amigos en mi casa, que tiene un jardincito muy mono; pero siguieron llamándome y, como a mí me gusta trabajar, decidí que fuera la vida la que me retirara poco a poco.

XL. ¿Llega a la edad que llega con la vida resuelta?

J.S. No sé yo, el mundo cambia mucho y yo no soy rica. Provengo de una familia humilde y, aunque no he tenido hijos, la vida resuelta del todo un actor no la tiene nunca.

XL. Usted es soltera porque quiere (risas).

J.S. Sí, porque no he creído mucho en los papeles. Estuve diez años viviendo con un señor pero hicimos bien en separarnos porque, visto de lejos, aquello fue lo que fue en el momento en el que lo vivimos. Después he tenido varias relaciones, pero nunca se ha dado la cosa de enamorarme y querer casarme porque el teatro me tenía abducida.

XL. Ha contado que en una ocasión estuvo a punto de tener un hijo.

J.S. Sí, pero lo dejamos para más adelante, porque no teníamos dinero y porque queríamos que nuestro hijo tuviera todo lo que yo no tuve, que vengo de una familia muy modesta. Así que aquello se fue pasando y pasando…

'Soy soltera porque quiero. He tenido varias relaciones, pero nunca se ha dado la caso de enamorarme y querer casarme'

XL. Cuenta que, en una época, la tomaban por lesbiana.

J.S. Sí, cuando yo ni siquiera sabía lo que significaba esa palabra. Era porque yo siempre he tenido muy buena relación con las mujeres, era soltera y tenía muchas amigas. Siempre me he llevado muy bien con ellas. Yo empecé a trabajar a los 15 años en un taller de pintura en el que había doce mujeres y allí aprendí mucho sobre la solidaridad entre nosotras, eso que ahora llaman sororidad.

XL. Ha comentado que sus amigas guapas sufrían cosas que usted no sufrió, ¿está hablando de acoso?

J.S. Sí. Yo tenía una amiga muy guapa que siempre nos decía: «Es que vosotras no sabéis la cruz que supone ser guapa». A mí me daban ganas de darle una hostia, porque yo no era fea, aunque me sintiera más fea de lo que era. Yo no he tenido problemas de acoso, pese a que viví un mundo muy machista y muy patriarcal.

XL. ¿Por qué dice que era una niña triste, cuando parece una mujer muy alegre?

J.S. Porque de pequeña siempre estaba triste, la guerra me influyó, mi padre tuvo que alistarse y fueron años muy duros. El terror y la miseria que vivimos me afectó mucho. Yo era muy consciente de todo lo que ocurría y por eso fui una niña muy triste, muy tímida, muy miedosa y cagueta. Muchas veces he contado que hasta los 40 años apenas hablaba, pero ahora estoy recuperando ese tiempo y no hay quien me pare (sonríe).

'Yo tenía una amiga que decía 'es que vosotras no sabéis la cruz que supone ser guapa'. A mí me daban ganas de darle una hostia, porque yo no era fea'

XL. ¿Qué hubiera sido de no ser actriz?

J.S. Yo era muy buena copista, así que hubiera sido una buena restauradora si hubiese podido estudiar esa carrera. Trabajé y me gané bien la vida copiando dibujos, hasta que descubrí el teatro a los 24 años. Pero, además de que no me pude permitir estudiar, me sentía mucho más viva y más imaginativa en el teatro que dibujando. Era muy agradable dibujar y tenía ciertas aptitudes desde pequeñita, pero he sido mucho más feliz en el teatro.

XL. ¿Qué tiene ahora entre manos?

J.S. Nada, acabo de terminar lo de Pedro y no tengo ningún trabajo pendiente, pero no me preocupa. Entiendo la crisis que estamos pasando, soy consciente de la edad que tengo y de que no es fácil que surjan los trabajos. Ahora parece que toca recoger premios como el de Almagro (sonríe).

Etiquetas: actores españoles
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