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Talento Joven Fundación BBVA Ujué Etayo, matemática: «Busco la verdad y que esta me sorprenda»

«En matemáticas no hay lugar para la fealdad. Una demostración simple puede ser más elegante... Y acercarse más a la verdad», asegura Ujué Etayo, premiada por la Fundación BBVA y la Real Sociedad Matemática Española por encontrar fórmulas de alcance universal que ya se aplican en la carrera del espacio y en medicina.

Ujué Etayo, matemática: «Busco la verdad y que esta me sorprenda»
Fundación BBVA.

Viernes, 19 de Julio 2024

Tiempo de lectura: 2 min

No me interesan las teorías, sino los teoremas. Busco la verdad. Una teoría se puede refutar, pero un teorema es o no es. Si se demuestra, como el teorema de Pitágoras, nunca perderá su validez», explica Ujué Etayo (Pamplona, 1992), que compara su trabajo con el de pintores y poetas: «Todos nos basamos en patrones. No lo hago por afán de control. No pretendo que la verdad me tranquilice en una época de incertidumbre. Al contrario, aspiro a que me sorprenda», señala.

«Para mí es una suerte que un teorema no se pueda patentar, porque así lo compartes con todo el mundo. Por fortuna, las matemáticas no se han monetizado. Solo en casos aislados, como en épocas de guerra, un matemático no publicará sus avances», dice esta investigadora, que recibió el Premio Vicent Caselles (2020), de la Fundación BBVA y la Real Sociedad Matemática Española, por su abordaje de problemas que llevaban abiertos más de un siglo.

«Tampoco me interesan las aplicaciones prácticas. La NASA utiliza mis soluciones para estimar el riesgo de colisión de sus satélites con meteoritos. Es un plus, pero no me dedico a eso. Sería asumir el trabajo de los ingenieros, y el mío es teórico. En el mundo, nos movemos en tres dimensiones: largo, ancho y alto. Pero yo imagino mundos con más dimensiones, desde cuatro a infinitas», aclara Etayo, que ha desarrollado su carrera en las universidades de Valladolid, Cantabria y Graz (Austria). «A la academia le sobra burocracia», se queja. El curso entrante empieza en Cunef, una universidad privada de Madrid.

«Tengo mucha libertad para investigar. La necesitas porque nada te garantiza que vayas a descubrir algo a lo que puedes dedicar tu vida. Y también necesitas creatividad. La inteligencia artificial hace cálculos rápidos, pero no es ni creativa ni original. Por el momento, suspende en matemáticas puras», ironiza.

Y añade: «Trabajo con lápiz y papel. O en la pizarra. Una parte consiste en hacer cuentas. Pero hay momentos en los que el cerebro está muy enfocado y no necesitas escribir nada. Los matemáticos somos bastante peripatéticos. Salimos al monte, damos paseos… Las grandes ideas siempre me han venido cuando hacía otras cosas».

Las claves de mi investigación

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«Resuelvo problemas clásicos; algunos llevan 150 años abiertos. Por ejemplo, cómo distribuir puntos sobre la superficie de una esfera de la manera más eficiente».

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«La NASA está aplicando resultados de investigaciones sobre distribuir puntos en la esfera para simular el riesgo de exposición de los satélites a los meteoritos con los que se cruzarán».

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«Otro ejemplo de aplicación práctica es en medicina. Mis investigaciones se pueden usar en la elección de ángulos para atravesar las células que serán bombardeadas en sesiones de radioterapia».

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«Me alegra que mis fórmulas tengan uso, pero no es mi objetivo. Busco certezas incuestionables. Creo que Platón y san Agustín aciertan al equiparar verdad, belleza y bondad».