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Talento Joven Fundación BBVA Íñigo Urtiaga Erneta, matemático: «Los problemas matemáticos exigen que te lances al abismo. Para resolverlos, también debes tener ideas locas»

Las ecuaciones más difíciles del mundo son también las más útiles y versátiles. Íñigo Erneta, galardonado por la Fundación BBVA y la Real Sociedad Matemática Española, se dedica a desentrañar problemas complejísimos que describen procesos tan diferentes como la propagación de una epidemia, los vaivenes de la bolsa o la formación de galaxias.

Fundación BBVA.

Viernes, 26 de Septiembre 2025, 10:07h

Tiempo de lectura: 2 min

Vivimos en un mundo cada vez más caótico. Aprender matemáticas te da herramientas para detectar lo importante y que no te abrume la sobrecarga de información», reflexiona Íñigo Urtiaga Erneta (Pamplona, 1994), galardonado con el Premio de Investigación Matemática Vicent Caselles Real Sociedad Matemática Española-Fundación BBVA 2024. «Si un problema es interesante, te va a exigir que te lances al abismo. No tienes ni idea de cuánto tiempo te llevará y ni siquiera sabes si lo resolverás», explica. La frustración forma parte del oficio. «Los matemáticos somos muy obsesivos. Cuando no puedo con un problema, lo aparto un tiempo. Salgo a pasear, hago otras cosas». Cita el caso de Henri Poincaré: «Solo trabajaba por la mañana temprano y por la noche. Las mejores ideas las tuvo en el tranvía. Tu cerebro sigue trabajando por su cuenta sin que te percates».

«Uso la inteligencia artificial, aunque sigo fiel a la pizarra. Estoy asombrado por algunas cosas que es capaz de hacer. Pero producir algo nuevo... eso aún no lo he visto»

«Uso la inteligencia artificial, aunque sigo fiel a la pizarra. Estoy asombrado por algunas cosas que es capaz de hacer. Pero producir algo nuevo... eso aún no lo he visto», comenta. «No descarto que la IA siga avanzando. Pero hay algo misterioso en nuestras neuronas. La mente humana hace algo más que calcular».

Su periplo académico por Europa y América le ha mostrado sistemas diferentes. «Me impresionó ver cómo hacían las cosas en Alemania; el rigor, la lógica... Las matemáticas al final son blanco o negro, o eres capaz de demostrar el teorema o no lo eres». Pero la investigación necesita algo más: «Debes tener ideas locas también».

Estados Unidos le ha ofrecido esa efervescencia creativa. «Aquí viene gente de todo el mundo y los profesores tienen muchísima libertad, más que en España, aunque los alumnos también les exigen mucho», describe. «Si se ponen puertas al talento, todos perdemos. Me da pena que en el mundo ya no haya lugar para el romanticismo. Platón no podría abrir su Academia porque ya no se debate con tranquilidad», lamenta. «Es como volver a la Guerra Fría, cuando se hacían matemáticas en el bloque del este y en el occidental, pero apenas había contacto. Hubo un montón de resultados que ya se habían descubierto. Se perdió mucho tiempo».


Las claves de mi trabajo


1

«Mi especialidad son las ecuaciones en derivadas parciales. Son tan complejas que nunca tienes una solución exacta, no hay una fórmula que te diga “Se resuelven asíy el resultado es este”».

2

«Se trata de ecuaciones muy generales que sirven para todo. Describen procesos en física, biología, economía, clima… Predicen temperaturas, velocidades. Los ingenieros las usan a menudo».

3

«Yo las investigo de manera abstracta. Luego otros pueden aprovechar mi trabajo para crear modelos concretos sobre evolución de epidemias, tumores, mercados, tsunamis…».

4

«Por ejemplo: una ecuación describe cómo se produce la ignición de un combustible. Afinando los resultados, la industria aeroespacial podrá diseñar cohetes más seguros».

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