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Albal, heroína y un pendrive. Pertenencias de un preso gallego que reutilizaba el papel albal, la gran sorpresa fue encontrarle una memoria USB.
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Miniteléfonos como este confiscado hace un mes en Teixeiro son lo último. Se venden en la Red a 25 euros y en prisión a 350. No tiene metal, por eso no pitan en los arcos de seguridad. El cuerpo humano permite introducir hasta cinco dispositivos para esconderlos y, tras los controles, expulsarlos.Cedida
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Ni de Taramundi ni de Albacete, estas armas blancas responden a la maña de los presos para fabricarlas y usarlas si lo consideran necesario.Cedida
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Esta máquina casera de tatuar se confiscó en Teixeiro en el 2018. Se construye sobre un tubo de bolígrafo y una aguja de coser atada. De ahí salen dos cables que van al portapilas de un radiocasete que aporta la energía. A mayores se coloca un motor, habitualmente de walkman, para que mueva el tubo. La tinta usada también es de bolígrafo, que se calienta para hacerla líquida y que caiga sobre la aguja. Cedida