Su particular orografía convierte al municipio sonense en un territorio bañado por el Atlántico de un extremo al otro, el mismo océano que acompaña al peregrino
Altura máxima de un metro, encendido hasta la una de la madrugada y prohibición de usar restos forestales y agrícolas, entre las condiciones impuestas por los concellos
Entre los inscritos predominan los hombres, hay diez con nacionalidad extranjera y unos doscientos ya estuvieron presentes en alguna de las últimas ediciones