La música «underground» se hace con las plazas de A Coruña

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA

AL SOL

ANGEL MANSO

El Noroeste Estrella Galicia consolida su modelo expansivo

15 ago 2017 . Actualizado a las 21:57 h.

Un concierto de Aviador Dro en la plaza de las Bárbaras, en pleno corazón de la Ciudad Vieja. La avalancha retro de Mambo Jambo sacudiendo San Nicolás. La portuguesa Lula Pena, enmudeciendo el castillo de San Antón con su folk hipnótico. Y las guitarras metaleras de Adrift en el Campo da Leña. Ocurría en A Coruña el pasado jueves. Todos, nombres alejados de las listas de ventas. Todos, tocando en escenarios insólitos. Todos, respaldados por un nutrido público con ganas de dejarse sorprender. Es, sí, el  Noroeste Estrella Galicia.

El evento, heredero del Noroeste Pop Rock, se ha consolidado en esta edición. Su apuesta por los grupos gallegos y las bandas nacionales e internacionales no muy conocidas levantó escepticismo en el 2015, cuando se reformuló el evento. A la vista de lo ocurrido la semana pasada en A Coruña difícilmente se puede hablar de fracaso. Tres flashes, a modo de ejemplo. Bala haciendo rugir la plaza de José Sellier a las tres de la tarde. Lisa and The Lips desatando el torrente de rock-soul. Swans, portentosos, firmando uno de los mejores conciertos que se hayan podido ver en Galicia este año.

ALEJANDRA DEL RIO

¿El problema? Asimilarlo todo. Fueron más de cien actuaciones repartidas en seis días, provocando todo tipo de solapamientos, algunos de los cuales generaron frustración en el público ( por ejemplo, la coincidencia de Swans con Rosalía & Refree). Frente a ello, la sensación de pasear musicalmente por la ciudad. Caminar de un lado a otro saltando estilos, en la mayoría de los casos con grupos poco o nada conocidos.

En ese sentido, se hace necesario subrayar la amplia cuota gallega. Da la sensación de que el Noroeste se ha convertido en el escaparate perfecto del excelente momento musical que vive la comunidad. De Malandrómeda a Pantis, de The Soul Jacket a Druso, de Emilio José a Puma Pumku. Hay bandas, sí. Pero también muchas personas interesadas en verlas.

Donde quizá aún falte el golpe certero es en la parte de la playa de Riazor. Carente de la visión plural de los otros emplazamientos, se ha apostado claramente por el indie festivalero con resultados desiguales. Bandas de calidad como Jesus & Mary Chain o Surfin' Bichos posiblemente hubieran brillado más en otro formato diferente al de un evento en un arenal frente a miles de personas que, en muchos casos, van a ciegas. Sí se desenvolvieron bien ahí Iván Ferreiro y Kaiser Chiefs (estos con muchas quejas por el sonido, no obstante). La organización, que en el pasado ya lo intentó con artistas mucho más transversales como Iggy Pop o Patti Smith, quizá dé en el punto el próximo año. Redondearía un evento que ya ha encontrado una personalidad que semeja definitiva.