Kiss desató pasiones en el Resu de Viveiro

AL SOL

PEPA LOSADA

Unas 20.000 personas disfrutaron de un espectacular concierto de rock puro

16 jul 2018 . Actualizado a las 21:19 h.

Casi cualquiera de los cien conciertos del Resurrection Fest podría ser la estrella en la mayoría de fiestas, pero quedan eclipsados por leyendas como Kiss o Scorpions y por bandas como Ghost, Stone Sour, Megadeth, Prophets o Rage, Exodus... Casi cualquier localidad aspiraría a lo que ha sido este fin de semana Viveiro, un paraíso del rock en el que miles de personas conviven con «buen rollo». Anoche el Resu 2018 escribió otra página de la historia musical de Galicia con el primer concierto de Kiss en la comunidad. Desató pasiones con sus impresionantes interpretaciones de rock puro y duro, adornadas con una impresionante puesta en escena a base de proyecciones en pantallas gigantes, luces, llamas, explosiones...

Una experiencia inolvidable para unos 20.000 espectadores, según cálculos de fuentes solventes, no de la organización. 45 años después de iniciar en Nueva York la trayectoria que la erige como la banda de rock con más discos de oro de la historia, Kiss pisó por primera vez Galicia con dos de sus fundadores, Paul Stanley (voz) y el demonio Gene Simmons (bajo), y con los menos veteranos Tommy Tahyer a la guitarra y Eric Singer a la batería.

Sonaba el Rock and roll de Led Zepelin, luces rojas sobrevolaban al público, se oyó una explosión, cayó el telón negro que cubría el escenario y sobre un plataforma apareció la banda con el maquillaje facial y el vestuario por el que todos los identifican. Y a partir de ahí, hora y media de rock duro sin concesiones: Deuce, Shout it out loud y War machine precedieron a Firehouse, con Simmons sobre botas gigantes y lanzando fuego con una espada. Poco después, Thayler se marcó un solo de guitarra desde la que dispara cohetes.

Vibraba el público con cada tema hasta que el escenario se llenó de humo, una luz verde iluminó a Simmons y de su boca manó sangre. Tocó God of thunder desde una plataforma y, después de I was made loving you, Stanley sobrevoló al respetable desde una tirolina mientras sonaba Love gun. Siguió el trepidante ritmo con Black diamond, antesala de los bises, las dos últimas canciones que todos recordarán porque después de Detroit rock city se oyó el archifamoso Rock and roll all nite mientras llovían confetis y Stanley destrozaba una guitarra contra el suelo. Y el sueño de ver a la legendaria Kiss en Viveiro acabó con fuegos artificiales.

Fue la estrella en un día con otras 30 bandas entre las que sobresalieron Propehts of Rage, Exodus, Thy Art is Murder, Alestorm, Zebrahead, The Bronx, Stoned Jesus, Eyhategood....