
El festival de «indie» defiende su liderato en una noche bajo la lluvia y con mucha música
20 jul 2025 . Actualizado a las 11:03 h.La amenaza de lluvia y la bajada de temperaturas no fueron impedimento este sábado para que los asistentes al Atlantic Fest, que se encontraban en el recinto de A Concha, lo dieran todo por sus grupos favoritos. Quique González comenzó la tarde a las 14.00 horas ante el público frío, pero numeroso, de Vilagarcía de Arousa, que poco a poco se fue animando.
A las tres y media tenía que salir Pablopablo, aunque por problemas técnicos se retrasó un par de minutos y tuvo que acortar el número de canciones que interpretó. Sidekick, la colaboración con Guitarricadelafuente, fue uno de los temas que lograron poner al público a cantar, y con Nueva vida consiguió emocionar a las fanáticas reunidas en primera fila, que sostenían carteles con frases de apoyo como «I love you, Pablopablo».
«Gracias a los que estáis aquí delante cantando, que sepáis que os veo a todos», así se refería el cantante a los que ocupaban las vallas al final de su actuación. Su grupo estaba compuesto por dos músicos londinenses, uno con el saxofón y el otro con la batería, mientras que el protagonista intercalaba los teclados y la guitarra. Aunque de vez en cuando intercambiaban posiciones.
Pero el guion del festival cambió por completo durante el concierto de León Benavente, que tocaba después de Xoel López. Empezó a caer agua a niveles diluvianos y buena parte del respetable buscó refugio en los bares cercanos, aunque también quedó un grupo considerable de irreductibles dispuestos a no moverse más que para seguir saltando y coreando temas. Al cierre de esta edición, era turno de Los Planetas y todavía quedaban por tocar los escoceses Primal Scream y Zahara, la artista elegida para acabar la fiesta. La cantidad de agua caída y acumulada era ya sensible, aunque daba la impresión de que el cielo tenía intención de calmarse algo para que, chubasquero y mojadura mediantes, el Atlantic pudiese cerrarse por todo lo alto.
Slowdive encandiló al público de la playa de A Concha
m. s./ m. a.
El Atlantic Fest no fue una cita para aquellos a los que no les gusten las emociones fuertes o el sonido de las guitarras. A pesar de la gran cola que se formó a las nueve de la noche del viernes, en la entrada del recinto para ver actuar a Lori Meyers los asistentes acabaron eufóricos al son de canciones como Alta fidelidad.
Después del rock en español, vino el inglés, de la mano del famoso Slowdive. El momento culmen de la noche llegó cuando las primeras notas de When the Sun Hits, la canción mas icónica del grupo británico, empezaron a sonar. Los brazos subieron al aire y muchos se quedaron sin voz en el estribillo de un himno que consiguió remover algo en el pecho de los asistentes.
Después de un breve parón amenizado por Grande Osso, el grupo The Jesus and Mery Chain salió al escenario. Humo, luces a contraluz y el estruendoso sonido de las guitarras comenzó a sonar. Los fieles seguidores del grupo escocés, que llevaban camisetas con las caras de los componentes, se volvieron uno con ellos y vibraron en un trance musical hasta el fin de la noche, que llegó sobre las dos de la mañana.