
El suvenir que en otro momento era la compra de compromiso surge como icono de moda veraniego
13 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace ya un tiempo que las camisetas que solíamos comprar en los aeropuertos, a modo de cutre recuerdo de última hora, se han convertido en una de las prendas imprescindibles en nuestros armarios. Este verano, las tiendas turísticas se convertirán en boutiques, y las camisetas horteras serán esenciales para estar a la última.
Pese a su reciente popularidad, su origen se remonta a los años 70, década en la que nacieron a partir del logo de Milton Glaser para patrocinar Nueva York. Su sencillo diseño se convirtió rápidamente en el emblema más representativo de la Gran Manzana. Las demás ciudades, viendo la popularidad que había tenido el eslogan neoyorquino, comenzaron a adaptar la fórmula. En la actualidad, cada vez son más las personas que escogen llevarse a casa una de estas camisetas. En el verano del 2025 más que un suvenir, son un icono.
Paloma Vilariño, graduada en diseño de moda, cree que esta tendencia nace por la naturaleza cíclica de la moda. Considera que el resurgimiento del Y2K y del estilo de los 2000 en redes sociales como TikTok da lugar a que se recuperen este tipo de microtendencias. «Al fin y al cabo, Internet es lo que actualmente dictamina qué es lo que se lleva o lo que no se lleva. De ahí nacen muchas de las nuevas tendencias», explica.
Desde su perspectiva, la popularidad que tienen estas camisetas hace que las marcas se fijen en ellas y las lleven rápidamente a las tiendas. «Muchas marcas miran qué es lo que está repuntando en redes y lo incorporan a sus colecciones. Es un poco lo que pasa con esto», cuenta Paloma. Cree que el principal motivo detrás de su éxito es la sencillez de su diseño. Ella las describe como «unas prendas muy ponibles y muy monas que, a estas alturas, están prácticamente en todos los armarios». La joven considera que, a largo plazo, esta tendencia no será algo a lo que se mirará atrás con vergüenza, sino que se consolidará como un básico.
Cuando Daniela Prada y Uxía Rey viajaron juntas a Roma el pasado mes, tenían un objetivo claro: no podían irse de la ciudad sin una prenda conmemorativa. Tras recorrer todas las tiendas de suvenires en busca de los mejores precios, encontraron en un pequeño puesto cercano al Vaticano sus tan deseadas camisetas. Para ellas, era mucho más que un recuerdo de su viaje. «Son muy monas, muy divertidas, y además pegan con todo», comenta Uxía. Ambas coinciden en que llevar estas camisetas es camp. Precisamente esta estética desenfadada, basada en la ironía, es uno de los mayores atractivos que tiene esta tendencia para muchos. «Para hacerlo todavía más camp, me puse la camiseta mientras estábamos en Roma, para así parecer todavía más turista de lo que ya era de por sí», comenta Daniela.
Aunque este valor sarcástico y este amor por lo kitsch no es el motivo por el que todos las compran. Hace unas semanas, Lucía Martínez se fue con sus amigos a recorrer Europa en un interrail. En Budapest, la última de sus paradas, decidieron comprar una camiseta con la intención de vestirse a juego para la noche final de su viaje, y también para recordar los 12 días que pasaron juntos cruzando el continente. «Las compramos porque nos gustaron y porque nos hacía gracia la idea de ir todos conjuntados», explica Lucía. «Tan solo nos costaron ocho euros en un puesto del mercado de Budapest, y la verdad es que son monísimas. Nos las pusimos también ayer en las fiestas del Burgo», concluye.
Sea cual sea el motivo para llevarlas, estas prendas están en boca de todos. Así que si este verano alguien que les quiere mucho les regala una camiseta muy chula de su destino vacacional, no duden a la hora de usarla, ya que marcarán tendencia entre todos sus conocidos.