?l escaso calado de la ría de Ribadeo supone un auténtico quebradero de cabeza para Astilleros Gondán, la firma con base en Figueras que cuenta con instalaciones en el muelle comercial ribadense, donde suele concluir sus barcos. El calado condiciona las botaduras y el traslado de las embarcaciones y, de hecho, lo habitual es que los buques que amarra al muelle de Figueras o de Ribadeo, cuando baja la marea, queden varados. Ahora Gondán tiene intención de trasladar a Mirasol un remolcador que construye para Noruega y por ello desde hace unos días está dragando la zona de amarre en la dársena ribadense. Para llevar a cabo esta actuación, el astillero solicitó permiso a Portos de Galicia, que se lo concedió. Precisamente la Xunta adjudicó recientemente el dragado a la cota menos cinco del canal de acceso a Ribadeo, que aún no se ha iniciado, y que figura en el plan director de infraestructuras del puerto de Ribadeo 2003-2006. El barco que construye Gondán tiene seis metros y medio de calado y para llevarlo de Figueras a Mirasol se ha elegido la pleamar de mañana. Fuentes de Gondán confirmaron que para realizar el traslado se han tomado todo tipo de precauciones. Para el astillero esta situación en principio anómala es algo habitual. Ya meses atrás, cuando se llevó un arrastrero de altura desde Figueras a Ribadeo se usaron dos remolcadores ante el riesgo de que varase en el propio canal. El remolcador para Noruega permanecerá en Mirasol hasta enero, cuando está previsto que lo reciba el armador. Lo curioso del barco es que en lugar de tener hélices cuenta con un sistema de propulsores verticales, situados bajo el casco, que en parte justifican su calado de más de seis metros. Es la primera ocasión en la que Gondán construye una embarcación de estas características. Ahora, el astillero castropolense está trabajando en un barco de vigilancia para Kenia y va a iniciar la construcción de un barco de patrulla para Aduanas, similar al Petrel aunque ligeramente más pequeño, de sesenta metros de eslora.