
Crónica | Las cenizas de Amador Barcia fueron depositadas donde huyó de la muerte En 1936 escapó del fusilamiento, pasó diez años oculto en la cuenca del río y en 1946 se fugó en un barco a Francia; no regresó hasta que España fue libre
14 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.?as cenizas de Amador Barcia, uno de los últimos guerrilleros que sobrevivió en el Eume después de 1936, descansan desde ayer en un monte de Fene por su expreso deseo, dicho poco antes de morir, hace dos meses. ¿Por qué en ese punto? Fue allí donde huyó de la muerte segura cuando la noche del 5 de septiembre de 1936 una partida de falangistas al mando de un guardia civil lo iban a fusilar. Habían logrado huir de la represión desatada tras el triunfo del golpe militar de julio pero fueron capturados. En una escena propia de una película, Amador consiguió sacar del bolsillo una pequeña navaja con la que cortó sus ataduras y las de un compañero. Sin pensarlo, saltaron de la camioneta y huyeron campo a través. Los tres que quedaron fueron ejecutados. Amador consiguió unirse al grupo guerrillero que operaba en la cuenca del Eume, que llegó a manejar una emisora de radio, siempre con la esperanza de que las fuerzas aliadas, tras la derrota de Hitler, echasen abajo el régimen de Franco. Pero llegó 1946 y vieron que sus esperanzas se esfumaban con el reconocimiento del régimen. Por ello el Partido Comunista, mayoritario en la guerrilla de la zona, organizó su huida a Francia junto con otras 20 personas en un bonitero, desde O Vicedo. Desembarcaron en la costa a la altura de Burdeos. Este luchador por la democracia no es extraño que pusiese de nombre Libertad a su única hija. Ayer recordaba que tenía seis meses cuando su padre huyó, tiempo después su madre y ella pudieron unirse a Amador en Francia, donde residieron. Libertad Barcia recuerda que las ideas republicanas llegaron a la aldea de Regüela (Cabanas), de donde era su padre, de la mano de la emigración americana. «En pouco máis de catro casas morreron máis de media ducia de homes», dice emocionada. Con Libertad, además de los familiares y amigos, estaba Xosé Manuel Iglesias, sobrino del mítico guerrillero Pancho, y Daniel Romero, un superviviente que fue en los años de Amador en el Eume el enlace entre la organización de Lugo y la de la zona de Ferrol. Igualmente un funcionario municipal de Arteixo, investigador del antifranquismo, que recogió los últimos recuerdos salidos de boca de Amador cuando, ya con 90 años, estaba en silla de ruedas. Los historiadores Bernardo Máiz, presente en el acto de ayer, y Xosé Manuel Suárez, recogen en sus libros la historia de la guerrilla del Eume. Constantino Bouza, quien logró escapar con Amador de la camioneta, fue capturado en marzo de 1939, y asesinado poco después. La última voluntad de Amador, ayer cumplida, era que se guardasen sus cenizas hasta el 14 de abril (Día de la República) y que se depositasen en aquel monte donde la suerte le tocó el hombro.