Decenas de clientes del Queens solían elegir durante temporadas a la misma mujer a la hora de sus relaciones sexuales. Este tipo de hombres eran los que le interesaban a García Adán. Solían repetir con mucha frecuencia y dejaban mucho dinero.
Sin embargo, los clientes más apetecibles eran aquellos que se encaprichaban con una de las empleadas y querían sacarla fuera del club. Este servicio tenía un precio alto: 372 euros por noche en algunos momentos. De esta cantidad, 72 había que ingresarlos en la cuenta del establecimiento. Eran para Adán.
En el Queens estaban perfectamente establecidas las tarifas. No había manera de que las mujeres se escaquearan de su pago. Estaban controladas en todo momento. En las diligencias aparecen, según algunas fuentes, decenas de libretas que hacían las veces de registros contables sobre cada servicio.
Los precios que rigieron durante muchos años fueron 30 euros por copa. Se pagaba al momento y 10 euros eran para Adán. El servicio sexual tenía distintos precios, según la exigencia. Las mujeres que dormían en el club pagaban 12 euros diarios por la cama y la comida, y las otras, 12 por el taxi.