Laria se resiste a cederlos a los organismos interesados y prefiere que continúen en Luarca
14 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En la capital de Estados Unidos, en Washington, maravillan a millones de personas. En Francia, hasta hace unos días, eran objeto de admiración, sobre todo por científicos y estudiantes. Pero en Luarca, estos mismos calamares gigantes de regreso de su exposición eventual en Francia siguen tirados en un prado. Ni el Concejo de Valdés ni el Principado responden a la llamada de su propietario, Luis Laria, para habilitar un lugar donde mostrarlos, tras la destrucción hace dos años del museo del calamar gigante de Luarca.
Laria presiona y mantiene los ejemplares en un prado, pero ni Ayuntamiento ni Principado entran en el juego. El pasado viernes, Luis Laria, se reunió con el alcalde valdesano, Simón Guardado (PSOE), en teoría, para intentar buscar una solución y abrir un museo temporal. El encuentro no dio ningún fruto, según Laria porque Guardado le trasladó que el Concejo no tienen ningún local disponible para esta función.
En tanto, Laria se mantiene firme y sigue presionando con la imagen de unos calamares gigantes únicos en el mundo guardados en urnas de cristal (en buenas condiciones de conservación) en un prado de su propiedad. Y como su verdadero interés es que la exposición se mantenga en Asturias y preferentemente en Luarca, donde ha desarrollado toda su actividad, de momento no atiende al interés que han mostrado una treintena de colectivos, entre ellos un banco, para hacerse con algunos de los calamares, incluso comprándoselos.
Hace unas semanas, más de 500 personas se manifestaron en Luarca, frente al antiguo museo, para reclamar una solución. El Principado argumenta que su reparación costaría más de 1,5 millones de euros, dinero que dice no tener, por lo que apuesta por un recinto provisional. En tanto, los calamares gigantes siguen dando de qué hablar.
82.000 firmas para que Cepesma siga recogiendo animales marinos heridos
Desde principios de año Cepesma no recoge animales varados en nuestras costas. En los últimos veinte, este colectivo rescató a unos 3.500 ejemplares, la mayoría de los cuales fueron recuperados en un centro de Cepesma en La Mata y después liberados, pero recientemente decidió dejar de hacerlo en protesta por la escasa ayuda que recibía del Principado.
El presidente de Cepesma, Luis Laria, asegura que no pide dinero, sino reconocimiento institucional. En esta batalla, Laria no está solo. En la plataforma Change.org se ha llevado a cabo una recogida de firmas para que se recupere esa red de varamientos del Cepesma y en tres semanas han logrado reunir 82.000, que fueron entregadas ayer al Principado. El coste anual de la red ronda los 30.000 euros, de los que el Principado aportaba hasta el año pasado 4.000 euros. Luis Laria renunció a la ayuda y solicitó al gobierno regional que se firmase un nuevo convenio que otorgase más autonomía y reconocimiento a la labor del Cepesma. Se elaboró un borrador, pero no se ha firmado.