En Viveiro, Cervo, Barreiros, Xove, Ourol y Ribadeo, lejos de los 54 º del desierto
20 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Nueve familias de A Mariña participan este año en el programa Vacaciones en Paz, que desarrolla Solidariedade Galega co Pobo Saharaui con la colaboración de familias y concellos. En esta ocasión, diez niños y niñas, de entre 8 y 12 años pasarán el verano con sus familias de acogida: 3 en Viveiro, 2, en Cervo, 2 en Barreiros, 1 en Xove, 1 en Ourol y 1 en Ribadeo. Llegaron a sus casas mariñanas el pasado fin de semana, en dos de los casos, será su primera estancia, y toda una aventura.
Ana Mejuto Esmorís, coordinadora del programa en a Mariña, acoge en esta ocasión a Teslem, una niña de 12 años y a Mohamed, de 10. Llevan cuatro años pasando el verano en Viveiro, y esta será «seguramente, salvo que haxa problemas de saúde, seguramente será o seu último ano». Y es que el objetivo del programa es que los niños disfruten del verano lejos de las altas temperaturas del desierto, «lonxe dos 54º que pode facer alí agora», y pasar exhaustivos programas de revisión médica, desde la visita al oftalmólogo y el dentista, pasando por el control de su nutrición. «A nena, a primeira vez que veu traía un ollo vago, e se lle poido correxir», explica Ana. Permite además la convivencia entre dos culturas «o que fai a experiencia máis enriquecedora».
José Ignacio Posada, «Nacho» acoge en su familia a Lala, de 12 años, con la que han compartido los dos veranos anteriores. «La experiencia es muy bonita, pero hay que tenerlo muy claro, porque no es una adopción ni una acogida porque no tengan familia. Estos niños son muy queridos por sus familias, y tienen morriña de ellas».
Lala, «por costumbres, está mucho tiempo fuera, y el día que llueve o le toca quedarse en casa se agobia». Estos días ya disfrutó de la piscina, de la playa, «le gusta mucho la bicicleta y vamos a apuntarla a los campamentos de RoqSport para que se relacione con otros niños también», explica Nacho.
Cuando el verano acabe volverán a casa con un montón de experiencias y con una relación con sus familias de acogida que, en muchos casos se mantiene a lo largo del tiempo. Algunas familias programan viajes y siempre salen desde A Mariña paquetes cargados con ropa, comida no perecedera, productos higiénicos, medicinas y material escolar.