Reputado jurista, exasesor jurídico del rey Juan Carlos I y conde, José Manuel Romero disertó sobre el condado de Fontao y avanzó su intención de seguir promocionándolo
02 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Con la conferencia sobre el condado de Fontao quedaron ayer inauguradas las XXI Xornadas de Historia Local de Foz. Fue el actual conde, el reconocido jurista José Manuel Romero quien repasó la historia del título y del condado con propiedades que se extienden por Fazouro y Santa Cecilia. Quien ostenta el título de conde desde 1993 (tras fallecer su madre) aprovechará el verano para descansar en A Mariña.
-¿A qué siglo se remonta la relación del condado con Foz?
-Ininterrumpidamente desde el siglo XIV. Ese es el primer valor. Pero la relación de esta familia nobiliaria con un territorio no es solo con Foz sino con otras zonas de Galicia y de Asturias, aunque el centro de gravedad está en Foz.
-¿Qué representa para usted ser conde?
-Es una pregunta que me he hecho algunas veces. Representa la continuación de un linaje y de una realidad física que se concreta en la casa de Fontao y en el territorio Fontao, y que supone una riqueza en el sentido de que es un patrimonio que se ha conservado a lo largo de generaciones y que ahora me toca a mi; un patrimonio con elementos valiosos. Quiero asumirlo con modernidad y de acuerdo con las pautas de conducta de hoy en día. Quiero que sea un patrimonio no solo de la familia sino de estas tierras, de los hombres y mujeres de A Mariña, que lo tengan como una referencia. Hay una reliquia histórica que depende de una familia, con el cuidado y el esfuerzo económico que ello supone, y lo he asumido con mucha dignidad. Además, tengo relación con instituciones del Estado con la que he procurado que se relacionen y tengan un cariño a esta provincia y a estas tierras.
Este condado tiene un característica muy especial. Es un título de Castilla pero que es la sucesión de un señorío jurisdiccional. El título es del XIX, cuando la familia Fontao va a Madrid e interviene en la política nacional, pero el señorío viene del siglo XVI. Un señorío cuya realidad física se mantiene, hay una casa y otras propiedades.
-El condado está ligado con la familia López de Moscoso...
-La familia mantuvo una actividad económica a lo largo del XVII y XVIII que fue la explotación de buques balleneros. Antes, incluso habían trabajado el hierro y por eso su mayorazgo inicial se llama Ferrería. Mi abuelo y mi tío, ingenieros de caminos y relacionados con los ferrocarriles, trabajaron lo posible para que el ferrocarril llegara con mayor frecuencia que lo hacía a Lugo y luego, promovió el desarrollo del puerto de Foz, donde la plaza del puerto lleva el nombre de mi abuelo.
-Su familia se ha caracterizado por su relación continua con Foz...
-Y yo ahora, en la medida que puedo, me integro en las asociaciones y en los colectivos. Me considero un vecino más de Foz y, en este sentido, participo en las actividades de carácter cultural. También quiero estar vinculado y ayudar como empresario forestal y procuro integrarme dentro de la actividad forestal de la zona. Tengo especial vinculación con la empresa Energía y Celulosa y me gustaría ayudar a que esa relación fuera beneficiosa.
-¿Tiene pensado la familia otras fórmulas para contribuir a divulgar más el condado?
-Estoy abierto a cualquier otra posibilidad y Fontao está abierto en el sentido de que la finca está siendo usada. Allí cazan los miembros de la sociedad de cazadores en la que estoy integrado, hay rutas turísticas... Y hay una capilla muy importante abierta a todo el mundo, donde hay una celebración especial, San Andrés, abierta a todos los que quieran asistir. Para su actual titular y para sus hijos, Fontao será un activo de la familia y también de las tierras y los hombres que la rodean.
-Fue asesor jurídico del monarca y de la Casa Real desde 1993 hasta la abdicación del rey Juan Carlos I ¿le ha invitado en alguna ocasión a visitar el condado?
-Alguna vez, pero no había manera. Lo más que he traído es a la infanta Elena y a don Jaime de Marichalar, cuando estaban juntos, que llegaron hasta Mondoñedo. Fue después de la recepción oficial como duques en Lugo.